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Relaciones abiertas: ¿La postmodernidad tiende hacia el fin de la monogamia?

Por la Lic. Jacqueline Orellana Rosenberg

Innegablemente en los últimos años la estructura monogámica atraviesa su momento más crítico, sin dudas ya no es la única alternativa posible a la hora de relacionarnos y esto puede verse en el surgimiento y cada vez más masividad de los distintos modelos y formas de relacionarnos, como lo son las relaciones abiertas.

Históricamente la monogamia nos ha llevado a enfrentar una serie de  crisis en las relaciones, como por ejemplo la infidelidad, el estancamiento de las relaciones, la falta de deseo sexual y los celos.

Todos estos conflictos nos exponen a emociones muy difíciles de procesar, ya que en definitiva nos enfrentan a la inseguridad que provoca el temor a la pérdida del objeto amado.

Así, las relaciones abiertas  parecen llegar a poner fin a los tantos conflictos que la monogamia  no parece haber podido evitar y prometen de alguna manera evitarnos varios imprevistos y disgustos en el amor.

Por lo tanto las relaciones abiertas en el presente han ganado su estatus y el podio de » Relaciones Sanas».

Sucede también, que los conflictos antes mencionados han sido los grandes monstruos del amor:  Los celos nos ponen en una situación de inseguridad y vulnerabilidad muy difícil de soportar.

La infidelidad es la prueba concreta de que no puedo controlar en absoluto nada de lo que sucederá y muchísimo menos a un Otro y sigue siendo hoy la mayor causa de separaciones y divorcios en el mundo.

Luego,  la rutina y el aburrimiento son el monstruo del lago Ness de la postmodernidad. En un mundo cada vez más lleno de estímulos, cada día soportamos menos el aburrimiento y, muchas veces, exigimos a nuestra pareja que se encargue de sacarnos del tedio.

Sin embargo, si bien una relación abierta implica que me puedo vincular sexualmente con otras personas, exige a la vez  establecer nuevas reglas y un contrato claro, lo más explícito posible. Como en cualquier otra relación, las fallas en el contrato y la falta de comunicación asertiva, ponen en jaque el vínculo, al igual que cualquier traición en una relación monógama.

Por otro lado, los celos, que son muy mal vistos en las relaciones abiertas, son algo intrínseco al ser humano en tanto el amor pretende de algún modo, poseer al objeto amado. El amor siempre exige  reciprocidad y para ello tengo que sentir que la otra persona me elige,  cualquier situación que la ausente, que la aleje o incluso que comparta con otra persona, inevitablemente requerirá de un esfuerzo enorme de mi parte para no sentirme inseguro, celoso.

¿Quiere decir esto que si amamos, entonces nos mostramos posesivos?

No necesariamente, dependerá de cuánto hayamos elaborado en nuestro interior esa tendencia a la posesión, pero sin dudas, no es algo que los individuos podamos tener del todo resuelto, requiere de una aceptación enorme de las pulsiones más íntimas, donde por lo general, a ninguno nos gusta reconocernos.

Por último, el aburrimiento es parte de la vida misma. ¿Por qué aspiramos tanto a eliminarlo? Ningún vínculo nos puede prometer, no caer en la rutina o en el aburrimiento, es demasiada carga para una relación de pareja semejante promesa.

Las relaciones abiertas ofrecen una actividad sexual más variada en tanto a la posibilidad de cambiar de partner, la variedad en las propuestas sexuales entonces vendrán de un Otro, es decir, no es mi creatividad la que está siendo protagonista, ni tampoco me garantiza que no pase momentos aburridos con mi pareja afectiva.

Ni la monogamia es la panacea del amor, ni las relaciones abiertas la solución a los conflictos.

Esta perfecto que podamos elegir la forma en que queremos vincularnos, pero seguramente la posibilidad real de elegir será en tanto y en  cuanto más creativos seamos en nuestro vínculo con nosotros mismos y cuánto más en profundidad nos conozcamos. Cuánto más lidiemos con nuestros demonios internos, más lejos estaremos de cualquier molde social con el cual no me quiera identificar.

La libertad es una sensación interna, muchas veces producto de la resolución de conflictos propios, no algo que me pueda ofrecer un Otro.

Seamos libres de nosotros mismos y cualquier vínculo nos hará sentir libres.

Acerca de la Lic. Jacqueline Orellana Rosenberg

Jaqueline Orellana Rosenberg es psicoanalista y sexóloga recibida en la UBA (MN 49996). Escribió varios textos acerca de la sexología y los vericuetos del inconsciente.

Comenzó sus estudios en medicina, luego hizo su propio camino en la psicología clínica y se especializó en sexología, siempre con una mirada curiosa y audaz que la llevó a la investigación de nuevas técnicas que miran al paciente como un ser integral. Hoy su consultorio combina psicoanálisis y sexología en una misma sesión.

«El sexo, la muerte y el dinero continúan siendo un tabú en la sociedad actual. Tocamos estos temas superficialmente. Hablamos permanentemente de sexualidad, pero no de sexo y mucho menos de nuestro vínculo con él.” Este es el disparador de los textos de la Lic. Rosenberg.

 

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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