Salud

CONTAMINACIÓN SONORA: LA SALUD AUDITIVA EN RIESGO

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Bocinas, motores, generadores, frenadas, gritos, música en los comercios o en la calle, parlantes y la lista continúa. Cuando la intensidad del ruido es excesiva o se prolonga demasiado en el tiempo, puede llegar a afectar el desenvolvimiento normal de las actividades cotidianas, pudiendo causar problemas de salud.

 

En general suele haber más tolerancia hacia este tipo de contaminación que a la generada por la basura y otros tipos de desechos tóxicos, ya que de manera progresiva los ruidos se han vuelto parte del entorno. Desde los Centros de Diagnóstico DIM, el Doctor Marcelo Rinaldi, explica cómo detectar y prevenir los daños que este tipo de factores externos pueden causar a la salud.

Para determinar el grado de molestia de un ruido, debe considerarse tanto la intensidad sonora como el tiempo de exposición. También influyen las características del sonido y la sensibilidad individual. El ruido suele tener un componente subjetivo, ya que al ser vivenciado negativamente por una persona puede producirle efectos adversos en la salud.

Generalmente, en condiciones normales una conversación entre dos personas se da con una intensidad de 60 decibeles. Cuando los sonidos superan los 100 decibeles, se consideran de alta intensidad y es cuando estamos en presencia de lo que se conoce como “contaminación sonora”, la exposición aguda o crónica a este tipo de ruidos puede generar daños permanentes en la audición.

La presencia de zumbidos o silbidos que se escuchan en uno o en ambos oídos sin que exista una fuente exterior de sonido, se conoce como acufenos, y son la señal más frecuente que alerta al paciente ante la pérdida de la sensibilidad auditiva. Otros síntomas son la irritabilidad a los sonidos intensos, el dolor de oídos y en algunos pacientes síndrome vertiginoso. Cuando la exposición es crónica se produce una disminución progresiva de la audición y la aparición de acufenos en algún momento de la evolución.

Ante la presencia de alguno o varios de esos síntomas, deben tomarse las medidas preventivas a tiempo para evitar daños, que en algunas ocasiones pueden resultar irreversibles, explica el doctor Marcelo Rinaldi, profesional de los Centros de Diagnóstico DIM.

  • Las personas más vulnerables a ser afectadas por este tipo de padecimientos son los pacientes con antecedentes heredo familiares de hipoacusia, los que presentan diabetes o enfermedades metabólicas crónicas, los que tienen antecedentes de enfermedades neurodegenerativas o de enfermedades otológicas crónicas o desde la infancia.
  • Otros grupos de riesgo ente los efectos de la contaminación sonora, son las personas que trabajan en ambientes ruidosos sin la protección auricular adecuada, como los trabajadores de la industria y las metalúrgicas y el personal que trabajan en lugares en donde se realizan espectáculos musicales. También hay una alta presencia de este tipo de afecciones en los jóvenes que utilizan los celulares con auriculares en un volumen elevado.
  • Los niños y los ancianos son grupos tradicionalmente susceptibles de padecer afecciones ante las exposiciones a la contaminación sonora. A las personas con antecedentes familiares de pérdida de audición, sobre todo de pacientes de hipoacusia se recomienda el uso de protectores auriculares.
  • Los trabajadores que se encuentran en ambientes muy ruidosos, deben usar todas las medidas de protección para evitar el daño por ruidos, como el uso de auriculares especiales y de calzado diseñado específicamente para realizar ese tipo de actividades.

Las afecciones más comunes causadas por la contaminación sonora son:

1.- Padecimientos o enfermedades cardiovasculares: debido al aumento de la presión arterial como consecuencia de una exposición a un nivel de ruido muy intensos.

2.- Estrés: La exposición prolongada al ruido puede afectar el sistema fisiológico, impidiendo que sustancias como la adrenalina vuelvan a sus niveles normales una vez concluida la exposición.

3.- Depresión: Los síntomas depresivos pueden aparecer en personas expuestas, a niveles de ruido de más de 50/55 decibeles, durante la noche o por más de 24 horas.

4.- Trastornos o enfermedades del sueño: tales como el insomnio, dificultades para dormir, despertarse frecuentemente durante la noche o levantarse muy temprano.

5.- Pérdida auditiva: es la afección más grave, ya que puede ir desde un daño auditivo leve hasta la pérdida irreversible de la audición.

6.- Acúfenos: Sensación de zumbido en los oídos. Esta percepción de sonidos se produce en ausencia de un estímulo sonoro externo.

7.- Problemas de comunicación: se produce de manera gradual y progresiva. Genera aislamiento y conflictos interpersonales.

8.- Daños al sistema nervioso: Este tipo de daño ha sido detectado cuando se combinan ruidos con agentes industriales como metales pesados o disolventes, o medicamentos como antibióticos o quimioterápicos.

9.- Bajo rendimiento laboral: Cuando las tareas son complicadas o múltiples en medio de ruidos intermitentes, o en ambientes ruidosos, la concentración y la cooperación en el trabajo disminuyen.

La exposición segura a los sonidos depende tanto de su intensidad o volumen, como de su duración y frecuencia. Cuando se pierde la audición, es un proceso irreversible, por ello es importante la adopción de sencillas medidas preventivas que permitan desenvolverse en ambientes laborales y recreativos sin poner en peligro la capacidad de audición.

 

Doctor Marcelo Rinaldi.

MN 88723. / MP 33120 

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Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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