Cocina

La cocina casera de Gordon Ramsay

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La comida ha sido la vida de Gordon Ramsay desde que tenía 17 años, tanto en el ámbito personal como en el profesional, en el que ha conseguido reconocimiento mundial –y hasta 15 estrellas Michelin, 14 en la actualidad– gracias a restaurantes londinenses como Petrus, Foxtrot o el buque insignia del emporio, que lleva el mismo nombre que el mediático chef. Pero en Mis mejores recetas(Grijalbo, 2014) no propone menús complejos elaborados con técnicas e ingredientes solo al alcance de la cocina profesional, sino una recopilación de los platos que prepara en su entorno familiar. La filosofía es la misma: utilizar ingredientes de gran calidad e intentar sacar lo mejor de ellos. Pero en este caso la forma de cocinar se vuelve mucho más sencilla y relajada.

El libro está dividido en diferentes capítulos que van desde sabrosos desayunos hasta cenas festivas con los amigos –y otras más sencillas para diario–, pasando por propuestas dulces para media tarde, ensaladas, sopas o bocadillos. “Eso no significa que deje de utilizar las técnicas que aplico en las cocinas profesionales”, matiza el chef. “Como cocinero, usas todos tus conocimientos de forma instintiva; lo que ocurre cuando trabajas en casa es que tienes que aplicarlos de otro modo, pues los desafíos a los que te enfrentas son diferentes”. En su caso, como parte de una familia de seis miembros que él mismo define como “numerosa y activa”, su principal deseo es ofrecer una dieta saludable, variada, trufada de sabores intensos y fácil de gestionar. “Por encima de todo, deseo que sean recetas que reúnan a toda la familia. Para mí, sentarse alrededor de una mesa para disfrutar de la comida y la conversación es el mayor placer que existe”.

El chef invita a perder el miedo a condimentar los platos con generosidad y a cocinar con un fuego potente

Con el objetivo de que el disfrute empiece ya en la cocina, recomienda poner especial cuidado en la organización, que para él es regla de oro –“nueve de cada diez veces, si algo falla, el problema está en los preparativos”, asegura–, y la innovación, algo que considera absolutamente necesario para no estancarse y aburrirse uno mismo y al resto de los comensales. “Pruebe con unos fideos asiáticos o unos tacos mexicanos, prepare unas albóndigas con las especias típicas de Oriente Próximo”, propone el chef, junto con otro axioma gastronómico: “Da igual si un plato es ligero y exquisito o suculento y contundente; en ambos casos, los sabores deben distinguirse bien”.

También invita a perder el miedo a condimentar los platos con generosidad y a cocinar con un fuego potente, calentando bien los recipientes antes de añadir los ­ingredientes para conseguir dorados contundentes, y a implicar al resto de la familia o a los invitados en los quehaceres de la cocina. “Pídales que corten, batan o pongan la mesa, y haga que toda la preparación sea parte de la reunión”. Y añade con socarronería: “De este modo, todos pasarán un buen rato, y si al final algo sale mal, ¡podrá echarle la culpa a otro!”

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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