Moda

Zara y las copias en la moda

«Creo que fue Coco Chanel quien dijo que si eres original, has de estar preparado para que te copien». Larga es la historia de amor y odio entre las firmas de lujo y las grandes cadenas textiles, pero las palabras del director creativo de Balmain han abierto el camino hacia una concepción más libre (y comprensiva) de las tendencias. Olivier Rousteing ha sido entrevistado esta semana por el irreverente editor Alexander Fury del diario The Independent, y entre sus declaraciones queda patente un absoluto estado de complacencia con el efecto que firmas como Balmain tienen en las cadenas como Inditex. «¡Me encanta ver un escaparate de Zara con algunas de mis prendas mezcladas junto a Céline y Proenza! Creo que es de genios. ¡Es mejor incluso que lo que yo hago! El estilismo, las historias… Siempre me fijo en sus escaparates y me encanta cómo lo hacen. Van rápido, tienen un gran sentido estético y saben qué seleccionar de cada diseñador».

Rousteing, que a sus 28 años se convertía en el año 2009 en uno de los directores creativos más jóvenes de la industria actual, hacía también hincapié en el cambio generacional que la moda ha sufrido en consecuencias como el hecho de «tener a Rihanna en mi campaña hoy es, a mi generación, algo similar a tener a Cindy Crawford», pero lo que más sorprende de sus declaraciones es la absoluta aceptación de que para que una tendencia de lujo triunfe en la calle, ha de pasar inevitablemente por los burros cuajados de ropa de cualquier tienda de Zara, Primark o H&M.

No ha ocurrido siempre así: diseñadores con firmas mucho menos establecidas –aunque igual de asentadas como Lazaro Hernandez de Proenza Schouler espetaba hace unos meses su opinión al respecto: «Hay un sinfín de diseñadores desconocidos a lo largo y ancho de América trabajando en sus estudios y esperando a que alguien compre sus prendas o accesorios. Tantos las firmas establecidas o más pequeñas nos hemos visto afectadas por la piratería en el diseño de moda. Algunos sobrevivimos, afortunadamente, a pesar de sus desastrosos efectos, pero muchos colegas han tenido que cerrar sus negocios. Nuestro bolso PS1 es uno de los diseños más plagiados y reproducidos del mercado actual».

El excepcional blog de moda legal The Fashion Law es uno de los portales que más remite a este tipo de casos –que cada día registran decenas de alertas–. Sonados son algunos ejemplos como la batalla judicial que ha llevado enfrentando los últimos años al grupo LMVH con eBay –hasta un acuerdo alcanzado la última semana–, las similitudes atribuidas a algunos de los diseños de Zara con otros de Phoebe Philo para Céline, Balmain o Prada o incluso los conflictos acarreados entre colegas del sector, como la sonada suela azul de Yves Saint Laurent y Louboutin, la archiconocida pelea entre Guess y Gucci o los cruces de acusaciones que intercambiaron hace pocos meses los diseñadores Michael Kors y Roberto Cavalli.

La autora del blog Devil Wears Zara confía en una teoría propia: «Siempre he pensado que el éxito a nivel popular (no de los expertos claro, ¿pero quién importa más?) de una colección es el número de clones que genera. Y que por primera vez un diseñador de prestigio como Olivier Rousteing afirme que le gusta ver las inspiraciones en sus diseños en el escaparate de Zara, mezcladas con prendas de otras grandes firmas me parece tan genial como necesario. Me fascina cuando dice que al ver una de sus colecciones supo que las versiones en Zara o H&M era cuestión de tiempo. Porque los diseñadores saben que van a ser clonados, y quien diga que no, miente. No todos se lo toman tan bien, y si no sólo hay que recordar el rebote de Isabel Marant ante las múltiples versiones de sus sneakers. Pero cuando vemos por primera vez uno de sus desfiles, sabemos que va a ser clonada sí o sí».

En esa tesitura, ¿dónde esta el límite? Según ella, conviene discernir entre clones y copias. «La línea que los separa es delgada pero firme. El clon se inspira, reproduce el diseño pero no la marca; la copia tiene el afán de reemplazar, de hacerse pasar por el original. Ya hemos dicho muchas veces que es evidente que el público que compra clones en Zara no es el target que compra Balmain o Valentino. De hecho muchos los comprarán sin saber realmente el origen de ese diseño. Por eso, Balmain seguirá vendiendo sus prendas por miles de euros, y el resto de los mortales podremos llevárnoslas a casa por unos pocos».

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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