Paternidad y donación de gametas: ¿Cómo viven los hombres esa búsqueda? por Lic. Patricia Martinez
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Por Lic. Patricia Martinez, psicóloga, M.N. 24.411 de Halitus Instituto Médico
Mucho se ha hablado de la búsqueda del embarazo, de los duelos, de las pérdidas y también de los logros desde la perspectiva de la mujer. Históricamente la búsqueda de un embarazo, su éxito o fracaso fue un tema femenino. La mirada y el vivenciar del hombre por mucho tiempo ha sido desterrado del discurso científico e incluso del social. Sin embargo, hoy presenciamos profundos cambios socio-culturales, la constitución de las familias ha variado de manera significativa, y el hombre se ha ubicado en un lugar diferente respecto de la búsqueda de un hijo y de la paternidad en general. Se podría decir que un hijo ya no es cosa “solo de mujeres”. Los hombres están muy presentes en la búsqueda, en los tratamientos, en la llegada y crianza de un hijo.
La gran oportunidad
En la actualidad vemos cada vez más hombres solos consultando motivados por el deseo de tener un hijo. Llegan a la consulta después de un largo camino de elaboraciones internas, en las cuales se deben debatir con sus propios ideales y deseos. La mayoría de los hombres que manifiestan su deseo de tener un hijo en el contexto de una donación de gametas o de una gestación subrogada, incluso en un programa de co parentalidad, provienen de hogares tradicionales donde el hijo es criado por un padre y una madre que permanecen sujetos a roles impuestos por su género. Por este motivo, la primera batalla que enfrenta un hombre solo que quiere ser padre, es romper con el modelo tradicional del cual proviene y que desde siempre ha sido su marco de referencia y su ideal. Los ideales materno-paterno, funcionan muchas veces como mandatos y el no cumplimiento, casi siempre repercute culposamente.
Asistimos al nacimiento del hombre del nuevo milenio, que comenzó a atreverse a tomar lugares que antes eran ocupados por mujeres. Observamos parejas de hombres u hombres solos que piensan en formar una familia. Para estos hombres es justo la donación gametaria o la gestación sustituida la única posibilidad donde antes no había nada. Para ellos es una ganancia y estos tratamientos son vividos con alegría y entusiasmo la mayoría de las veces. Ser padre en el contexto de una pareja igualitaria o en soledad es una aventura que varios están dispuestos a afrontar. Muchos hombres solos no le tienen miedo a los pañales, a las noches en vela y sobre todo a ser juzgados por animarse a buscar un hijo sin pareja o con una pareja igualitaria.
La familia actual, es dinámica, real y creativa. Ver a dos padres hamacando a su hijo o recibiéndolo a la salida del jardín de infantes, así como también ver a una madre o a un padre solos no son escenas “extrañas”, forman parte de nuestra cotidianidad y del entramado de nuestra sociedad.
La ¿renuncia? para ser padre
Cuando la donación de gametas o la gestación por sustitución es indicación médica en una pareja heterosexual, las cosas son distintas. En este caso hay una renuncia en juego y un duelo por la genética perdida. Los hombres que por motivos médicos deben renunciar a su genética, se enfrentan a cuestionamientos propios y a veces cuesta entender y aceptar la paternidad en este contexto.
Renunciar a la transmisión genética no es cosa fácil para un hombre, sobre todo cuando históricamente el rol paterno ha sido el de “la transmisión” de valores, identificaciones y de la genética por supuesto. Frases repetidas como “de tal palo tal astilla” o “la semilla no cae lejos del árbol” funcionan muchas veces como mandatos y nos condicionan a pensar que es la genética la que define la filiación y las identificaciones. Si bien es cierto que un padre debe dejar “marcas“ en su hijo, y que ese hijo luego tendrá que apropiarse de algunas y abandonar otras, esta dinámica propia de la relación padre-hijo nada tiene que ver con haber aportado o no, un espermatozoide.
Muchos hombres pueden atravesar este doloroso camino de la renuncia, aceptando lo que no pueden para acceder a lo que pueden, y otros prefieren abstenerse de este enfrentamiento con la frustración renunciando al hijo. Lo cual por supuesto es totalmente respetable y siempre es un camino posible.
¿Y qué pasa entonces con los hombres que deciden atravesar la renuncia a la genética para traer un hijo al mundo? Vemos que muchas veces, en el contexto de una pareja heterosexual, es el amor y el deseo de “darle a la mujer un hijo” lo que termina por inclinar la balanza de una de las decisiones más difíciles que un hombre puede tomar. Es el amor y esa promesa lo que muchas veces motiva el dar batalla a los propios fantasmas para construir una familia en el aquí y ahora de la relación amorosa.
Para algunos hombres tener un hijo implica vencer fantasmas y temores, arrastrados por muchos años, relacionados con la pérdida de la libertad, la juventud, la independencia y también de su propio lugar de hijo.
Algunos hombres logran conectarse con sus hijos de una manera relajada con espacio para el disfrute y el placer cuando han superado las propias exigencias, se han desafiado a sí mismo ganando y perdiendo en la vida. Esto los coloca en una posición superadora. La paternidad puede ser vivida como una experiencia creadora cuando la propia autoestima no se juega en esto.
Es decir que la experiencia de la paternidad es una experiencia creativa, y creadora de crecimiento y evolución, de cambio y proyección. El hombre para ser padre, desde esta perspectiva, debe poner mucho más que unas pocas células germinales, debe poner su madurez, su seguridad en sí mismo, su flexibilidad y su fortaleza para ayudar a crecer y desarrollarse a otro que lo sucederá en la rueda de la vida.
La paternidad plantea desafíos complejos. El hombre solo o acompañado de otro hombre o de una mujer se enfrenta a una experiencia, que en la actualidad, implica revertir viejos y gastados conceptos para hallar las nuevas herramientas que permitan hacer de la paternidad algo posible. La cuestión está en entender que debemos educar y formar a un hijo para un mundo distinto con exigencias y modalidades nuevas.
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Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial