Salud

Cardiopatías Congénitas: Una enfermedad que afecta a 1 de cada 100 recién nacidos

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El 14 de febrero se conmemora el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, una fecha que nos convoca a tomar conciencia sobre esta enfermedad que en la Argentina ya afecta a uno de cada cien recién nacidos, según datos del Ministerio de Salud de la Nación (MSal).

También conocida como malformaciones del corazón, las cardiopatías congénitas son problemas en la estructura y funcionamiento del corazón que se producen durante la vida fetal del bebé y están presentes al momento de nacer.

Esta enfermedad es la anomalía congénita más común y la principal causa de muerte durante el primer año de vida. En nuestro país nacen al año unos 7 mil niños y niñas con esta patología.

La mayoría de las cardiopatías congénitas se presentan como un defecto aislado sin asociación con otras enfermedades. Pero, en algunos casos pueden ser parte de diversos síndromes genéticos y cromosómicos, como el síndrome de Down, Síndrome de Turner entre otros.

Causas y síntomas de las cardiopatías congénitas

Si bien en la mayoría de los defectos congénitos no se puede identificar una causa conocida, se sabe que el consumo de alcohol y de ciertas sustancias químicas durante el embarazo, como medicamentos anticonvulsivantes, ácido retinoico, y ciertas infecciones como la rubéola o la diabetes materna mal controlada pueden contribuir a su desarrollo.

Los síntomas dependen de la afección específica de que se trate. Aunque las cardiopatías congénitas están presentes al momento de nacer puede no ser visible inmediatamente ni causar problemas durante años.

En el caso de los bebés, el color azulado de la piel y mucosas, el retraso de crecimiento con poco progreso de peso puede ser indicador de una cardiopatía congénita. En niños más grandes cuando hay incapacidad para realizar actividades físicas, desmayos o cuando el niño presenta un color cianótico (azulado) en la piel o las mucosas.

Ante estos signos y síntomas se debe consultar inmediatamente al pediatra quien decidirá la derivación al cardiólogo infantil.

La mayoría de los defectos cardíacos congénitos se pueden detectar mediante las ecografías durante el embarazo. En algunos casos se puede diagnosticar también luego del nacimiento del bebé.

Cuando se encuentra una anomalía en la ecografía fetal, un cardiólogo pediatra, un cirujano y otros especialistas pueden estar allí cuando el bebé nazca. Tener atención médica lista en el momento del parto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para algunos bebés.

Tratamiento y recomendaciones para los padres

El tratamiento adecuado depende de qué tipo de cardiopatía se trate. Muchos de los defectos producidos necesitan un seguimiento cuidadoso a lo largo de la vida, algunos se curan y otros necesitan de un tratamiento.

Algunas se tratan solo con medicamentos mientras que otras requieren de cateterismo o cirugías. Alrededor del 50 por ciento de estos niños requieren cirugía en el primer año de vida y dos terceras partes son solucionables con diagnóstico oportuno y tratamiento.

Por esto, desde la Fundación Cardiológica Argentina difundimos algunas recomendaciones, muy importantes de tener en cuenta durante el embarazo:

–       Evitar el consumo de alcohol y otras sustancias.

–       No ingerir medicamentos que no estén indicados por el médico.

–       Realizarse un examen de sangre para detectar la inmunidad contra la rubéola.

–       Controlar el nivel de azúcar en sangre especialmente en las embarazadas con diabetes.

–       Realizarse las ecografías periódicas para detectar cualquier problema antes del nacimiento y que el equipo médico esté preparado para recibir al bebé.

Toda embarazada debería realizarse un ecocardiograma prenatal. El diagnóstico prenatal es vital para la sobrevida de los niños cardiópatas. La edad de gestación más propicia para hacerlo es entre las 19 y 27 semanas. El mayor beneficio que otorga el diagnóstico prenatal es el de evitar que el niño se descompense críticamente al nacer. Esto ocurre cuando están comprometidas las grandes arterias y el bebé no puede adaptarse a los cambios que normalmente ocurren en la circulación

Por la Dra. Daniela Pacheco Agrelo – Médica Pediatra especialista en Medicina del Deporte (MN 84336) – Miembro de la Fundación Cardiológica Argentina

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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