Salud

Las relaciones de hermandad son los vínculos más duraderos de la vida

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Lic. Dina Laufer. Psicóloga Clínica, especialista en Familia (MN47037)

 

El 4 de marzo se celebra el “Día del Hermano”, una fecha poco popular en nuestro país, sin embargo siempre es un buen momento para recordar lo importante que son aquellas personas con las que tenemos un lazo sanguíneo o a las que consideramos como si los tuvieran.

 

La relación de hermandad es uno de los lazos más duraderos que pueden tener los seres humanos ya que nos atraviesa toda la vida, nos llevemos excelente, bien o mal.  Es una relación que se va transformando a lo largo del tiempo y que oscila entre momentos de grandes alianzas y rivalidades. Esto está influenciado por la dinámica familiar en sí misma y de cómo se ejerzan las funciones parentales como por ejemplo: las actitudes que los padres toman, las palabras que usan y las decisiones ya que estas pueden dificultar o favorecer el vínculo entre los hermanos.

 

Los hermanos son unos de los primeros modelos de identificación y diferenciación de pares. En algunos aspectos, es una relación que despierta sentimientos contradictorios oscilando entre lealtad y compañerismo hasta la rivalidad y la competencia.

 

Para los padres, una buena relación de hermanos trae la sensación de que parte del rol que deberían ejercer está cumplido, ya que se les pudo transmitir diversos valores como la protección entre ambos a lo largo de la vida, el amor por la familia, la continuidad de la unión familiar más allá de los padres, solidaridad, entre otros.

 

Los hermanos van construyendo el vínculo a través de la historia en común que van transitando, por el espacio y el juego compartido como así también por las infinitas peleas que se suceden día tras día. En estas disputas, conflictos y peleas es muy importante el lugar que toman los adultos para la resolución del conflicto. ¿Podemos los padres permitirles a nuestros hijos que resuelvan por si mismos su conflicto dirimiendo entre ellos, lo que es justo de lo que no lo es? ¿Deben establecer por si solos sus pautas de equilibrio o lo deben resolver los padres como nos parece? Muchas veces, para que la cuestión se resuelva lo más rápido posible, intervienen los padres y no de la manera más eficaz.

 

La rivalidad entre hermanos es una experiencia de aprendizaje, ayuda a que cada uno pueda tener su postura y defenderla, posibilita diferenciarse del otro y muchas veces esta rivalidad está en función de conseguir la aprobación de los padres. En algunas familias en situaciones de crisis familiar, el vínculo entre hermanos se torna fundamental ya sea como sostén y para lograr un equilibrio. Claros ejemplos son las parejas con divorcios conflictivos, el fallecimiento de algún padre, etc.

 

¿Qué podemos hacer los padres para favorecer es vínculo entre hermanos?

 

–          Dar espacios para las diferencias entre cada uno.

–          Evitar las comparaciones.

–          Dar espacio de tiempo para cada hijo.

–          Favorecer espacios de juegos compartidos.

–          Tener ritos familiares.

–          Permitirles que expresen sus emociones negativas.

–          Valorar y visibilizar a cada hijo en sus aspectos positivos.

–          Fomentar la cooperación entre ellos.

–          Ayudarlos a que se puedan pedir ayuda entre ellos.

–          Ayudarlos a dialogar durante los conflictos.

–          No responsabilizar siempre al mismo hijo.

 

El hecho de tener una historia compartida y padres que favorecieron el vínculo hace que la relación de hermanos se profundice cada vez más y esto ayuda a transitar los diferentes momentos de la vida.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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