Moda

Ciclón Cavalli


Diseñador del exceso, maestro del lujo y amante de la buena vida, Roberto Cavalli ha hecho de sus pasiones vitales la seña de identidad de la firma: creacciones para una mujer segura, sexy e irresistible. 
«No tengas miedo”. Esas fueron las últimas palabras que le escuchó decir a su padre antes de que se lo llevaran los nazis. No volvió a verlo con vida nunca más. Aquella frase se le quedó grabada en la memoria y la ha llevado a la práctica durante 73 años. A lo grande, porque es la única forma que conoce de disfrutar de su existencia. Nieto del pintor Giuseppe Rossi (del movimiento Macchiaioli) e hijo de una de las modistas más reputadas de Florencia, Roberto Cavalli es una fuerza de la naturaleza. 
Una ciclogénesis creativa que no ha dejado de encontrar posibilidades inmensas en todo lo que le rodea. Inventó una forma de estampado floral para las medias en los años 60 que fue toda una revolución en la calcetería y también un sistema de grabado en piel en los 70 que todavía utilizan casas como Hermès. A él, y solo a él, le debemos la pieza más importante del guardarropa moderno: el vaquero elástico. Cavalli lo creó a finales de los años 80. 
Además, se sacó de la manga la segunda línea accesible (que se acabó llamando Just Cavalli, aunque se estrenó como Cavalli Jeans) cuando a nadie se le había ocurrido hacer rentable su nombre llegando a aquellos compradores que aspiran a su ropa, pero no se la pueden permitir. Repetiría operación en 2008 con H&M y su colaboración batió récords: fue la que menos tiempo tardó en agotarse de todas las que ha sacado el gigante sueco en colaboración con un diseñador de éxito. 
No es extraño que, con la perspectiva que da la edad, ahora acuse a todo el mundo de copiarle. Probablemente tenga razón, aunque los demás no sean conscientes de que lo hacen. Porque casi todos los caminos que llevan a la moda, él ya los ha recorrido antes: del diseño al “retail”, del taller de costura a la tecnología puntera. El “print” animal es su gran aportación a la moda. “Dios es el mejor diseñador, por eso le copio”, ha dicho varias veces. 
Se inició creando dibujos florales, pero enseguida descubrió que la piel de los felinos era un inspiración que daba mucho más juego y resultaba infi nitamente más sexy sobre la piel de una mujer. Su estampados de leopardo, de hecho, tienen “copyright”. Entrelazados en telas vaporosas que muestran más de lo que ocultan, son la seña de identidad de sus creaciones desde hace más de 40 años. No es un hombre sutil ni discreto y sus diseños tampoco lo son. Sus vestidos abrazan las formas femeninas y las realzan sin pudor. “El minimalismo es aburrido”, dice siempre que tiene ocasión. Y, realmente, los años en los que la ausencia de formas y adornos triunfó sobre las pasarelas coincidieron con sus horas bajas. Pero, a fi nales de los 90, las mujeres empezaron a reclamar el poderío visual de un vestido estampado de cebra, tigre o leopardo y ahí estaba él para ofrecérselo. 
Desmesurado. La década de los 2000 y la actual son suyas por derecho. Y porque las divas de la música lo han tomado por bandera: las Spice Girls, Christina Aguilera, Beyoncé, Jennifer Lopez, Mary J. Bigle, Kylie Minogue… La lista es larga y Roberto las adora. “Es mejor vestir a una cantante que a una actriz. Se arriesga mucho más con sus elecciones y te pide dos opciones: una fantástica para subirse el escenario y otra exuberante para sus apariciones públicas”. La última en sumarse al listado es Miley Cyrus, que presentó hace unas semanas las creaciones de Cavalli para su próxima gira, “Bangerz”. Aun así, intérpretes, como Sharon Stone y Catherine Zeta Jones, o modelos, como Kate Moss o Naomi Campbell, también han hecho una gran labor de proselitismo para la marca. Él lo sabe y siempre busca la oportunidad de devolverles el piropo. 
Pero Roberto es también un tsunami personal, una ola gigante que arrastra con su estentórea vitalidad a todos lo que están en su órbita. Cuentan quienes han coincidido con él en una cena, en un desfile o en una presentación que es un ser expansivo y genial que convierte cualquier velada en un momento único de diversión garantizada. Su incomparable talento social ha conseguido convertir su yate en punto de encuentro en alta mar de “celebrities” de primerísima clase durante la semana que dura Cannes. Lo amarra frente a La Croissette y todo el que es alguien encuentra un momento para escaparse hasta allí. En verano lo lleva hasta Ibiza y luego recala en la Costa Brava antes de pasar por Capri y Cerdeña. 
Sus fiestas son legendarias, casi tanto como su capacidad de aguante: pasada la setentena, sigue manteniendo el tipo con la misma energía que cuando quemaba la noche de Saint Tropez con Brigitte Bardot. Porque Cavalli es muy italiano, pero, curiosamente, el ADN de su firma se creó en la Riviera francesa. Allí abrió su primera tienda en 1972 y se ganó a pulso la fama de voluptuosidad que persigue a su ropa. Más de cuatro décadas después, suma más de un centenar en todo el mundo, cuatro de ellas en España (una boutique en Madrid y “corners” en El Corte Inglés de Castellana, Barcelona y Marbella).
Superlativo. El helicóptero y el yate decorados con pintura iridescente, la mansión espectacular en las colinas de Florencia, el zoológico en casa (tiene perros, gatos, loro, acuarios con peces exóticos y, en otro tiempo, hasta un mono y un tigre), el glamour superlativo, el bronceado en todas las estaciones, la exageración italiana… Roberto Cavalli es eso y mucho más. Él se autodefi ne como “el diseñador que ama a las mujeres”. 
Y alguien a quien le encanta rodearse de bellísimas jovencitas, tanto en horas de oficina como en las de placer, es curioso que solo haya estado enamorado dos veces: de su primera mujer (“fue mi primera novia y no nos acostamos juntos hasta la noche de bodas”, cuenta en sus recién publicadas memorias, “Just Me”) y de su actual esposa y “partner” profesional: Eva. Hasta su historia de amor encaja a la perfección en el estándar Cavalli: se conocieron durante el concurso de Miss Mundo de 1977. Él era jurado y ella competía como Miss Austria. Se vieron, se enamoraron y contrajeron matrimonio tres años después. Han tenido tres hijos y llevan juntos desde entonces. “Eva es el contrapunto perfecto a mis excesos, asegura el creador. 
Sus negocios se expanden mucho más allá de la ropa. Por supuesto, están los perfumes, lanzados hace solo un par de años junto a Coty, el gigante norteamericano de la cosmética. También tiene un vodka con su nombre y los vinos Cavalli Tenuta Degli Dei, que produce en la zona vitivinícola de Chianti, donde cría caballos. Otro de sus éxitos son los garitos repartidos por todo el mundo: hay cafés en Beirut, Saint Tropez, Florencia, Milán, Kuwait y Nueva Delhi y clubs en Florencia, Miami y Dubái Y todo este imperio, valorado en más de 1.000 millones de dólares, lo dirige él. Con la colaboración de alguno de sus hijos, pero sin socios, de momento. Aunque todo parece estar a punto de cambiar. 
En las últimas semanas ha salido de la empresa su retoño Danielle, el consejero delegado y el director de operaciones. Y los medios especializados han anunciado que Permira, el grupo de capital riesgo que posee Hugo Boss y Dr. Martens, podría estar interesado en comprar. ¿Rumores o algo más?

Sus señas de identidad 

1. “I’m party” es el grito del propio Roberto que ha convertido en seña de su fi rma. Sus colecciones son hedonistas y noctámbulas, como debería serlo la fi esta perfecta. 
2. El reino animal. Cebras, leopardos, tigres, serpientes… es entre la fauna salvaje donde mejor se mueve. Su estampado ha sido la gran aportación del creador italiano a la moda. Y el diseño más sexy para lucir sobre la piel de una mujer. 
3. Cubrir … y enseñar. La actitud abierta y desafi ante de la mujer Cavalli no solo se traduce en los estampados: vestidos ceñidos, escotes frontales y en la espalda, estratégicas aberturas, perforaciones, encajes… todos los recursos son buenos si dejan entrever la figura. 
4. Tejidos etéreos. Sedas y gasas que envuelvan la fi gura femenina y la destacan, que siguen el ritmo de quien los luce y se adornan con plumas, pedrería o pieles. 
5. Jeans elásticos. Fue el primero en hacerlos, a fi nales de los 80, y son su otra gran aportación a la moda: un arma más para esas divas a las que viste

    Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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