HAMBURGO, SELECTA Y VITAL JUNTO AL RÍO ELBA
11/03/2013
Hamburgo, la segunda ciudad más grande de Alemania, destaca por sus zonas verdes, su animada vida nocturna y su indudable encanto que desprende un marcado aroma marinero.
No solo su viejo centro histórico brilla en esta hermosa ciudad comercial del norte de Alemania. El Elba, el Alster, el Reeperbahn (su barrio más golfo), laSpeicherstadt (la ciudad almacén), con su tradicional arquitectura de ladrillo neogótica, el Mercado de Pescado, o la Hafencity (el nuevo centro junto al puerto) se ofrecen como grandes atractivos en este importante núcleo de la vieja Liga Hanseática.
La Hafencity constituye hoy en día el proyecto de desarrollo urbanístico más grande de Europa que se ha realizado dentro de una ciudad. Sobre una superficie de 157 hectáreas, Hamburgo ha sentado las bases de un nuevo espacio urbano para crear la primera gran ciudad del milenio, una ciudad en continua evolución, a pocos metros de las antiguas bodegas del puerto, con un metro cuadrado construido que ya se ha cotizado a más de cuatro mil euros.
Las plazas y los edificios de la Hafencity recuerdan a navegantes y aventureros tan famosos como Marco Polo, Magallanes o Vasco de Gama, y se combinan para buscar el mejor aprovechamiento laboral y residencial entre comercios minoristas, hoteles, oficinas, viviendas y espacios de ocio, gastronomía y cultura.
En este último apartado destaca la construcción todavía no acabada del auditorio «Elbphilharmonie», la nueva sede de la Filarmónica de Hamburgo. Los problemas se han cebado en este llamativo edificio futurista levantado sobre un antiguo almacén del río Elba, lo que ha obligado a la empresa constructora, el grupo suizo de arquitectos Herzog & De Meuron, a retrasar su inauguración. Ahora se estima que esta sala de conciertos, cuya cresta de vidrio y sus puntas en forma de ola rompiente se sitúan contra el cielo a 37 metros de altura, pueda ser inaugurada en 2015, pero no está nada claro pues el presupuesto económico de la obra también se ha disparado. Lo único cierto es que cuando se produzca su apertura los hamburgueses podrán disfrutar de la mejor vista sobre el Elba, la ciudad y su puerto que sigue siendo casi mil años después uno de los mayores del mundo.
LA CIUDAD VIEJA
La nueva Hamburgo, que resurge desde donde nació la ciudad, en su río, contrasta con ese antiguo casco viejo que traslada al visitante al tiempo que los ricos comerciantes hacían magníficos negocios con el café, el té, el cacao, las especias o los tapices árabes y las sedas orientales. Y, sobre todo, a su Ayuntamiento, orgullo de sus habitantes, que fue construido entre 1886 y 1897 entre los ríos Alster y Elba. El edificio, de granito y arenisca, es con sus 650 habitaciones más grande que el Palacio de Buckingham y en él sobresalen su torre de 112 metros y la fachada que da a la plaza del Ayuntamiento, en cuyas hornacinas descansan las esculturas en bronce de 20 reyes y emperadores del antiguo imperio alemán, desde Carlomagno aFrancisco II.
Junto a la del Ayuntamiento, otra torre, en la Iglesia de San Miguel (St. Michaelis Kirche), llamativa por su color oscuro, era el auténtico faro de los barcos que se acercaban a Hamburgo. Hoy no es solo el clásico emblema de la ciudad, sino el templo barroco más importante del norte de Alemania, aunque para los hamburgueses, que sienten una debilidad especial por esta iglesia, representa un auténtico teatro con su gran nave de 52 metros de longitud, su llamativo altar de 20 metros de altura y un reloj dorado, situado en lo alto de la torre, el más grande del país con dos agujas que pesan 130 kilos cada una.
EL BARRIO CANALLA
Hamburgo ofrece también su vena más canalla en el distrito de Saint Pauli con la Reeperbahn, una de las vías más animadas y «pecaminosas» del mundo donde se proponen todo tipo de atracciones. Tascas y pubs, bares, casinos, discotecas, cafeterías o una calle acotada para las mujeres que ejercen la prostitución, visibles en sus escaparates al estilo del Barrio Rojo de Ámsterdam, todo es posible en este antiguo vecindario de marineros en el que también es posible hacer un «tour» para comprobar la huella que dejaron Los Beatles en la ciudad antes de ser famosos en el mundo. Desde la peluquería que dio con su «look» revolucionario hasta una plaza dedicada al cuarteto de Liverpool en la que sus seguidores pueden hacerse fotos como si fueran miembros de la banda, pasando por el legendario Star-Club, quemado en 1987, o el Indra, escenarios de sus casi clandestinas primeras actuaciones fuera del Reino Unido.
Además de este espacio de luces de neón donde todo está a la vista, y eso incluye a los acérrimos hinchas del club de fútbol de este barrio, conocidos como «los piratas del norte», los jóvenes también encuentran su sitio para divertirse en la Lonja del Mercado de Pescado de Altona (Fischmarkt), especialmente los sábados. Y después de pasar la noche sin pegar ojo se puede comprar pescado fresco, vino caliente, dulces, souvenirs o antigüedades. Para todos los gustos.
Los amantes de la tranquilidad tienen también sus lugares favoritos en esta urbe dinámica, selecta y vital de casi dos millones de habitantes en la que están instalados unos trece mil millonarios con mansiones que valen entre quince y veinte millones de euros. Una buena opción es pasear por el parquePlanten un Blomenm, muy popular por su flora y su fauna, y porque en él se puede tomar té en un salón japonés, deambular por el coqueto jardín de rosas, patinar o montar en pony. Otros sugieren tomar un barco, de vela o un bote de remo, en el Alster interior (Binnenalster) con rumbo al más grandeAlster exterior (Aussnalster), o simplemente subirse a un barco de turistas para atravesar alguno de los casi 2.000 puentes que embellecen Hamburgo, una delicia para olvidarse del estrés de las grandes ciudades.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial