Moda

ESTILO ARGENTINO: ¿YA NO APLICAN LAS REGLAS DEL BUEN VESTIR?

 

 

Poco más de un siglo atrás, en nuestro país existía un “dress code” (código de etiqueta) que estaba en línea con la tendencia europea de vestir. Prendas específicas para momentos diversos durante el día y la noche. La ¿olvidada? costumbre de vestirse según la ocasión ha dejado paso al jean y remera para toda oportunidad? Por qué sí vale la pena readquirir el hábito de agasajar al otro y a uno mismo con lo que vestimos.

 

El reconocido artesano de la moda masculina, Nicolás Zaffora – mentor de su marca homónima Zaffora Bespoke – rescata y pone en valor la importancia de qué prendas se combinan para crear una determinada imagen que se adapta y acomoda a diversas experiencias y momentos. Un recorrido por la historia de la moda masculina en dos siglos, que nos lleva a una actualidad en donde parecería que se han empequeñecido las opciones y que el “vale todo” en la moda masculina se ha instalado. Pero hay un camino diferente que se puede tomar, en donde las telas nobles y los tejidos refinados son protagonistas, las formas se ajustan a cada figura, los cortes y costuras cuentan un relato de perfección y se revaloriza el concepto d el “buen vestir”, con opciones de prendas que amplían y favorecen el guardarropa y suman saberes y construyen cultura.

“Después de las dos revoluciones industriales, la figura del campesino deja de existir y le da paso al obrero, toda una novedad en la historia, porque esto hace que suban su poder adquisitivo muchas personas, nace la clase media. Es ahí cuando se empezaron a pulir las prendas que eran las que fabricaban los sastres. Saco, pantalón, chaleco, camisa, sobretodo y todas estas prendas, por un gran periodo de tiempo, fueron las únicas disponibles para todo fin. Nacen y se elaboran para todo tipo de actividades, pensando especialmente en el trabajo, las relaciones sociales, eventos especiales, etiqueta, etc.” explica Zaffora. Esto da lugar a que el «dress code» (código de vestimenta) – especialmente en Europa – se difunda entre más personas, y los ingleses son los que organizan y categorizan los códigos al momento de vestir:

FORMAL – las prendas largas por excelencia que, eran requisito siempre que estubiera una dama presente: el FRAC (hasta la rodilla caracterizado por una sección trasera de la falda, conocida como cola, con la parte delantera de la falda recortada) y el CHAQUÉ (traje de máxima etiqueta para el hombre. Se utiliza en eventos formales y ceremonias de día)

SEMIFORMAL – se utiliza la «dinner jacket”, que se usaba para reuniones de caballeros sin damas presentes, o chaqueta de hombre negra o blanca, generalmente, que se usa en eventos sociales formales, generalmente por la noche, con pantalones a juego y moño al cuello. Otra opción era el «stroller», un de salón, casi siempre negro, que es un intermedio semiformal de un vestido de mañana formal y un traje de salón informal; compuesto por un pantalón de vestir gris a rayas o cuadros, pero que se distingue por una chaqueta de salón de largo convencional, con botonadura simple.

INFORMAL – el traje de 2 o 3 piezas, teniendo en cuenta que, en aquellos años, todo era con chaleco.

SPORT – Se suma luego otra opción que es la chaqueta de un color y el pantalón de otro. Esto persistió durante todo el siglo XX. Las prendas se crean en el siglo anterior, pero tienen su auge de plena utilización durante el XX, sobre todo en las primeras décadas.

“Luego, pasada la segunda Guerra Mundial y con un nuevo orden de ciudades, producción industrial, tecnología y tendencias sociales, se agregan otros estándares de estilo: BUSINESS CASUAL, SMART CASUAL, CASUAL y dos más que son de opinión propia: algo que podríamos llamar «VERANEO» y «DEPORTES»” detalla el sastre.

BUSINESS CASUAL – que es una simplificación para mandos medios o bajos en cuanto a trajes se refiere. Está compuesto de pantalón de vestir (siempre), camisa o para ciertos momentos oportunos, puede reemplazarse por una remera tipo polo (chomba, remera con cuello) y carterita con botones.

SMART CASUAL – es muy amplio para el uso, en general es de un estilo urbano, que se pueda adaptar a ámbitos laborales y en circunstancias de no mucha formalidad. Es un mix de prendas urbanas (como las enumeradas anteriormente) y prendas sartoriales. Este estilo tiene un rango de uso amplio, reuniones individuales, trabajo, salidas, afters, cenas, etc.

CASUAL – son prendas urbanas (jeans, pantalón chino, camisa a cuadros, sweaters, campera de cuero, etc.)

VERANEO – en este ítem tenemos opciones en lino, bermudas, remeras y pies descubiertos. En las ciudades de veraneo, se registra un outfit especial, porque es algo que sucede especialmente en estas locaciones. Es decir, no es toda ciudad se recomienda utilizar bermudas y pies desnudos. En aquellos centros cosmopolitas en donde no hay mar, ni playas ni escenarios de veraneo, se recomienda no mostrarse en circunstancias sociales de índole personal o familiar. Generalmente, en la ciudad que no es de veraneo, para la moda masculina es preferible pantalón largo de géneros livianos y frescos y los pies cubiertos.

DEPORTES – podemos encontrar ropa de gimnasio o de deportes específicos. Este tipo de vestimenta queda, en tal sentido, supedita a situaciones vinculadas al tipo especifico de actividad (cabalgatas, polo o pato, fútbol, montañismo, natación, etc.) y al traslado necesario.

“En el siglo XX también se desarrolla otro fenómeno – posterior a esta fase de creación de prendas para el hombre de ciudad – que es la creación de un gran número de prendas nacidas para trabajo, deporte, combate, jeans, camperas, sweaters, camisas reforzadas, remeras, buzos, chombas (o polos), enteros, chaquetas, calzas, joggins, mamelucos, etc. toda esta gran variedad de opciones se van incorporando al uso urbano y diario”, relata el alma mater de Zaffora Bespoke.

“Hoy tenemos un dress code largo. El formato largo es el formal, compuesto por el frac, para la noche y el chaqué, indicado para el día. En el semi formal tenemos los tuxido o dinner jacket, los smokings (en donde la diferencia radica en que el tuxido, que es un traje de dos o tres piezas, con detalles en seda, es, o todo negro o azul noche o chaqueta blanca y pantalón negro) Por su parte, los smokings, que nacen para fumar justamente (smoking es fumar en inglés), son chaquetas que están confeccionadas en pana o velvet (terciopelo), que no toman el olor a tabaco. Hoy en día se han creado diferentes chaquetas de colores diversos, con detalles en seda o no. Entonces son una opción semi formal por debajo del tuxido.&rdquo ; Todas estas prendas son inherentes al más nativo estilo masculino de moda y son las que se proponen vuelvan a formar parte del buen vestir nacional. Por su parte, “el stroller (una chaqueta negra con un pantalón a rayas de diferentes grises) más camisa blanca y chaleco, es una prenda bastante más sencilla que el chaqué. Uno puede sacarse la levita del chaqué, que es larga y ponerse un saco negro, para simplificar el outfit” agrega Nicolás.

“Volver a tener opciones de categoría al momento de vestirse, refundar el concepto de elegancia, cultivar el “savoir faire” para agasajar al otro y a nosotros mismos con estilos que marcan la diferencia, que dicen algo. Ese es hoy el desafío, salir un poco de la comodidad de usar de la mañana a la noche la misma ropa, dejarse enamorar por texturas de calidad, reconciliarse con usos y costumbres que añoran el buen trato, la distinción. Los hombres argentinos deben poder distinguir una reunión de trabajo durante la mañana, ir al gimnasio, salir con amigos o una cena romántica. Es sólo cuestión de proponérselo y animarse. En el atelier recibo muchos clientes, de edades diversas, que buscan alternativas de calidad, géneros puros y una construcción personalizada de cada prenda, porque reconocen en la moda actua l una falta de identidad, una masificación de los estilos y diseños. Es ahí donde podemos brillar con nuestra identidad y buscar el impacto deseado” remata Zaffora.

Más en https://www.nzaffora.com/ y en redes @nzaffora 

 

Sobre ZAFFORA – Sus primeros pasos como profesional del corte los desarrolló junto a renombrados sastres italianos y españoles que habían venido a la Argentina a mediados del siglo XX, en busca de nuevos horizontes, tras la II Guerra Mundial en Europa. Sin embargo, su visión totalmente disruptiva y creativa, su impronta, estilo y personalidad lo animaron en 2009 a crear su propia Sastrería en el Palacio Barolo. Un oficio que a principios del nuevo milenio había quedado relegado a algunos pocos sastres y que Nicolás Zaffora supo reinventar, manteniendo las reglas del artesanato pero aportando su visión única e innovadora. Nicolás Zaffora, alma mater de esta nueva faceta del negocio en la moda masculina y femenina en la Argentina, es quien dirige las crecientes operaciones de Zaffora con proyección internacional. Su sede se ubica en Buenos Aires, Argenti na, en un exclusivo espacio de más de 250 mts2 en la icónica calle Arroyo 961, Recoleta. Sus continuos viajes al exterior y su participación en la feria de moda masculina más importante del mundo, Pitti Uomo, que se celebra dos veces al año, en Florencia, Italia, le han permitido perfeccionarse y convertirse en uno de los sastres más aclamados por la alta sociedad argentina y de la región.

 

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *