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Bla, bla, bla por Jorge Elías

El grito de Greta, “bla, bla, bla”, anticipa el resultado de dos semanas de sesiones de la COP26 sobre el cambio climático

Greta Thunberg: «La COP26 es un fracaso»

La crisis sanitaria eclipsó la emergencia climática en 2020. Comprensible. Hasta cierto punto. Un año después, con repetición de incendios, sequías, inundaciones, huracanes y olas de calor sin precedente, la cumbre mundial sobre el cambio climático COP26 Conferencia de las Partes arroja un resultado provisional magro. “Bla, bla, bla”, a los ojos de la activista sueca Greta Thunberg. Dos contradicciones. La primera: en un par de días aterrizaron en GlasgowEscocia, unos 400 aviones. Dejaron una huella de 13.000 toneladas de dióxido de carbono entre desplazamientos aéreos y terrestres. La segunda: los faltazos del país más contaminante del planetaChina, y de Rusia.

El grito de Greta, “bla, bla, bla”, anticipa el fracaso de dos semanas de sesiones, entre el 31 de octubre y 12 de noviembre, a cinco años y once meses de la firma del Acuerdo de París sobre el cambio climático. La ONU consiguió el 12 de diciembre de 2015 el compromiso de 195 naciones para detener el aumento de la temperatura mundial merced a la eliminación progresiva de los gases de efecto invernadero. Entre ellas, Estados UnidosChinaIndia y las europeas. ¿Cómo? Empezando por casa con la eliminación de esos gases en heladeras, aerosoles y aparatos de aire acondicionado, capaces de expandir más calor en la atmósfera que el dióxido de carbono.

La meta era mantener la temperatura promedio del planeta por debajo de los dos grados centígrados con respecto a la era preindustrial y, en el futuro, limitarla a 1,5 grados. La decisión de Donald Trump de retirar a su país de ese pacto y la inverosímil actitud de Jair Bolsonaro en contra del “activismo ambiental chiita”, como llamó a quienes se tomaban la cabeza con las manos frente a los incendios y la deforestación de la Amazonía, echaron por la borda todas las promesas. Las de Canadá y la Unión Europea de alcanzar la neutralidad del carbono en el año 2050 y la de China de plantearse ese objetivo para diez años después, entre otras.

No sólo hay desplazados y refugiados por razones políticas, económicas y de seguridad, sino también por las ambientales

El autor de La feria de las vanidades y El libro de los snobsWilliam Thackeray escribió: «Siembra un pensamiento y recogerás una acción; siembra una acción y recogerás un hábito; siembra un hábito y recogerás un carácter; siembra un carácter y recogerás un destino». El destino plantó la pandemia en un mundo que, durante su gestión, demostró ser una orquesta desafinada cuyos músicos tocan para sí mismos. Cada cual con su partitura según los intereses creados y las necesidades políticas y económicas domésticas.

No sólo hay desplazados y refugiados por razones políticas, económicas y de seguridad, sino también por las ambientales. Cada año, más de 20 millones de personas deben abandonar sus hogares y trasladarse a otros puntos de sus propios países debido a los peligros que causan las lluvias fuertes, las sequías prolongadas, la desertificación, la degradación ambiental, los ciclones o el aumento del nivel del mar, dice el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Fenómenos inusuales.

La pandemia provocó la mayor reducción de la producción industrial y de las emisiones de la historia

El derecho internacional no contempla la denominación desplazado o refugiado climático. La COP26 coincide con otro fenómeno que sube la temperatura: la tremenda desigualdad entre países ricos y pobres en la distribución de las vacunas contra el coronavirus. Los más desfavorecidos deberán hacer los mismos esfuerzos que los otros para combatir el cambio climático. Sudáfrica, donde una de cada cinco personas recibió las dos dosis, produce más de las tres cuartas partes de su electricidad a partir del carbón. Es el duodécimo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. No dispone de fondos para una transición rápida hacia la llamada energía verde.

Las ayudas, al igual que las donaciones de vacunas, quedan en pausa. Como el mundo en 2020 por el confinamiento de millones de personas. No usaron vehículos ni viajaron en avión por las restricciones gubernamentales. La pandemia provocó la reducción de la producción industrial y de las emisiones. La mayor de la historia, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El colapso económico perdura. Nada indica que en la nueva normalidad vayan a cambiar las cosas. Entonces, a tono con Greta y miles de personas convocadas por la plataforma Fridays For Future que no ven viernes ni futuro, “bla, bla, bla”. Telón de la COP26.

Jorge Elías

Twitter: @JorgeEliasInter | @Elinterin

Instagram@JorgeEliasInter | @el_interin

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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