Lanzamiento ICCP- Paidós: Para qué sirve evaluar la personalidad

 

 

La personalidad es uno de los elementos más complejos en el campo de la psicología. Se compone de una serie de rasgos que pueden ubicarse entre dos polos, el de los rasgos positivos y los psicopatológicos.

Durante gran parte del siglo XX, la psicología se centró en estudiar los trastornos y las patologías, agrupándolos en clasificaciones como las del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Pero al hacerse hincapié en los trastornos, no se tomaban en cuenta otros aspectos del funcionamiento psíquico, y que atañen al bienestar psicológico. Se trata de aquellos rasgos positivos de personalidad, los que estimulan la resiliencia, por ejemplo, o la templanza.

El ICCP (Inventario de los Cinco Continuos de la Personalidad), de Guadalupe de la Iglesia y Alejandro Castro Solano, es el primer instrumento informatizado creado en la Argentina que permite realizar una evaluación integral del sujeto. Su desarrollo, que ha contado con una extensa investigación auspiciada por la Universidad de Buenos Aires y el Conicet, se basa en la teoría con mayor aceptación global en la comunidad científica, la de los Big Five (los Cinco Grandes Factores de la Personalidad) y tiene en cuenta los últimos aportes del DSM-5.

La evaluación de la personalidad es central para muchos ámbitos. En el campo forense, porque permite detectar personalidades psicopáticas; en el campo laboral, pues permite identificar fortalezas y debilidades; en el campo clínico, distinguir los tipos de personalidad puede ser un insumo de utilidad a la hora de pensar la terapéutica. Esta prueba, que se administra online, tiene además la virtud de detectar simulación en las respuestas, aquellas que magnifican o minimizan psicopatología.

 

 

 

Esta nueva obra del Departamento de Evaluación Psicológica de Editorial Paidós constituye un avance de la investigación argentina, que nos pone en este tema en los primeros niveles de  Investigación y Desarrollo del mundo.

El campo de la evaluación psicológica ha de ser profundizado en la Argentina, de modo de detectar a tiempo las alarmas y las situaciones de riesgo. Las instituciones públicas –desde las fuerzas de seguridad hasta los empleados y funcionarios públicos– y el universo de la sociedad civil –donde un sinnúmero de problemáticas emergen a diario, como la violencia doméstica y de género– se verían altamente beneficiados si desarrollamos la conciencia sobre la importancia de una evaluación psicológica de calidad.

 

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Preguntas que todos nos hacemos

 

→ ¿A qué rasgos psicopatológicos de un sujeto debemos estar atentos, es decir, encender las alarmas (por ejemplo, el narcisismo excesivo, la ansiedad, etc.) pues pueden derivar en gestos de violencia? (desde la verbal a la física)

 

→ Si un individuo tiene rasgos patológicos ¿puede ejercerlos en un ámbito y no en todos? Por ejemplo, ser un jefe maltratador, y en la casa ser un padre y esposo amoroso. ¿O esos rasgos se van a verter en todos los ámbitos en los que se desarrolle el individuo?

 

→Tener una personalidad más orientada a los rasgos positivos ¿hace al sujeto más o menos flexible a los cambios de contexto?  ¿Tiene alguna relación con la tendencia al estrés?

 

→ El ICCP es un test en que la persona responde sobre sí misma. Sabemos que muchas veces las personas frente a los tests mienten. ¿Hay algún modo en que eso está “atajado” en el test? ¿Puede el evaluador detectar esa simulación?

 

→Teniendo en cuenta el incremento de violencia y actitudes psicopáticas en distintos ámbitos, ¿se puede reutilizar el ICCP en un mismo ámbito? ¿Cada cuánto debería evaluar una empresa o una institución a su personal jerárquico y de mandos bajos? ¿Recomiendan que lo realicen profesionales internos de esos ámbitos o que sea un grupo de profesionales externos?

 

→ Los rasgos positivos de personalidad, precisamente por ser positivos, parecerían que no tienen tanta “prensa”. Y sin embargo, inciden notablemente en el bienestar psicológico y en las relaciones interpersonales.¿ Estos rasgos son innatos, se pueden “cultivar”, pueden perderse?