Moda

Nathalie Colin, directora creativa de Swarovski

Nathalie Colin, en su estudio de París.
¿En qué te inspiras para crear las colecciones?
Lo más importante para mí son esos universos que no tienen que ver con el mundo de la joyería y de la moda: la pintura, el arte contemporáneo, la música, el grafismo, el cine… ¡y los viajes! Me paso la vida viajando. Siempre me ha influenciado el choque cultural. Por ejemplo, la primera vez que fui a Hong Kong, me subí a un tren, y me dejé llevar. Perderse en una ciudad es genial. Dejarse absorber por todas las imágenes, todos los paisajes que nos rodean…
 ¿Cuál es tu grupo favorito?
Mi ídolo absoluto es David Bowie. Nunca me cansaré de escucharle, de verle. Soy muy fan, como una groupie. Por otra parte, me encanta descubrir nuevos grupos.
 ¿Alguna película preferida, o que te haya marcado últimamente?
Por lo general, lo que más me inspira de las películas son sus imágenes, los colores… Fotogramas que pueden llegar a marcar el espíritu de una colección. In the mood for love, de Wong Kar Wai, lo hizo muchísimo en su día. El color, la estética y el ambiente que emanan de la película me fascinaron. Posteriormente, la imagen, los colores y la estética tan futurista de Avatar hicieron lo propio con la colección que creé en aquella época.

Fotograma de la película ‘In the mood for love’
¿Tienes algún icono de estilo?
Sí, hay una persona que me inspira muchísimo y de la que he leído muchas biografías y entrevistas: Diana Vreeland. Lo que me encanta de ella, y de otras mujeres como Ida Rubinstein, es su fuerza y su excentricidad. Admiro su forma de ignorar los códigos preestablecidos y romper barreras. Diana no tenía el perfil típico que se espera de una mujer que trabaja en moda, pero tenía esa fuerza y ese carácter rompedor que tanto admiro. Me gusta el compromiso, el hecho de afirmar una opinión y un discurso y de mantenerlos. Es una cualidad que aprecio mucho también en los jóvenes diseñadores. Creo que es necesaria para crear y para diferenciarse de los demás.
¿Cuál es tu destino favorito?
Me fascina Asia. Estuve viviendo dos años en Pekín. Viajo muchísimo por trabajo a sitios como Corea, Japón, Filipinas, Tailandia… Pero también por placer a Birmania o Vietnam. Estuve viviendo en una tribu en el Himalaya, en la frontera con Pakistán. Hay muchas cosas allí que me alimentan. Viajar me permite alejarme de la locura del mundo de la moda de vez en cuando, para volver más fuerte. Necesito ese choque y ese cambio para poder seguir y volver mucho más zen, más tranquila, más fuerte.
 ¿Tus tres piezas imprescindibles?
Me encantan los monos. Creo que me he quedado un poco enganchada a la estética de los 70. Siempre me fascinaron, desde pequeña, los monos con cremalleras en la espalda. Me parece una pieza muy fácil de llevar y de transformar. Me encanta llevarlos con un buen brazalete y un collar imponente que rompan un poco con el estilo del mono. También adoro las faldas en piel. Quedan genial con tops y con una sudadera muy finita, bajo la cual puedes meter un collar con cristales que asome a través de la tela, para quitarle un poco de bling y transformar la joya en una pieza más delicada. Y por fín, los vestidos. Adoro los estructurados y bien armados.

Estas tres piezas nunca faltan en el armario de Nathalie.
Do’s y Don’ts: ¿Qué se puede hacer y qué no con una joya de Swarovski?
El DO por excelencia, es escucharse a uno mismo. Dejarse llevar por sus propios sentimientos, en vez de obedecer a las tendencias y a cualquier regla preestablecida. ¿Qué me gusta?, ¿qué quiero enseñar? Hay que autoanalizarse y darse cuenta de lo que queremos que se vea más. Por ejemplo, de día, creo que hay que sublimar más las manos: las movemos mucho, saludamos con ellas… Así que de día optaría por un anillo, acompañado de algún brazalete. De noche, creo que hay que atraer las miradas hacia todo lo que rodea el rostro, la cara. Collares espectaculares, pendientes grandes…
En cuanto al DON’T, una chica muy tímida no se puede dejar devorar por un collar imponente. El tamaño de una joya debe ser proporcional a la personalidad y el atrevimiento del que la lleva puesta. Una joya con mucha personalidad nunca le irá bien a una persona muy tímida. Obviamente, uno puede ir poco a poco, empezando por joyas pequeñas y atreviéndose más a medida que se siente más cómodo con las piezas. 

Piezas de la nueva colección de Swarovski.
¿Tu lugar favorito en París?
Es un restaurante muy pequeño, en el que hay que reservar un mes antes si quieres tener mesa. Se llamaYam Tcha, está en Rue Sauval, y hacen cocina ligera y creativa. Fusiona comida china y francesa, y todo está delicioso. No hay que mirar ningún menú ni ninguna carta. Simplemente, al llegar, te preguntan si eres alérgico a algo, y luego tienes que dejarte llevar por lo que te trae el camarero. Hay tres opciones: puedes pedir tés, y en ese caso cada plato viene acompañado de un té diferente. Si eliges té y vino, van variando entre una bebida y otra. Es un verdadero viaje gastronómico. También me encanta el Musee de la vie romantique. Tiene un pequeño jardin con flores en el que se puede disfrutar de un buen té y pasar una tarde agradable. 

© Anais Vercken

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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