Buceador del mundo interior

Diego Raimondo nació un 4 de mayo de 1967. Este hermano del “medio”, como él mismo graciosamente hace referencia, se le ilumina la cara cuando habla de sus padres, sus dos hermanos y las familias de ambos. Su mirada tan clara como profunda demuestra que este artista plástico se nutre del mundo que lo rodea. Nada pasa desapercibido, pareciera estar frente a alguien que va apoderándose de los colores, las formas, las situaciones, para luego volcarlas en un lienzo otorgándole su sello personal. Muestra graciosamente una foto tomada en una sala de espera de un médico para luego mostrar el cuadro que surgió plasmando esa situación.

Sus obras son intensas, tanto en sus trazos como en la elección de la paleta cromática. Podría definírselo como posimpresionista. Si bien esta corriente surgió por los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo, acuñado por el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh en Londres 1910.

Estos continuaron utilizando colores vivos, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes presentaron una visión más subjetiva del mundo. Y eso es lo que se siente al observar las obras de este artista plástico.

-Me crié en Martínez, zona norte del Gran Buenos Aires. Cómo me gustaría volver a vivir allí, tengo muy lindos recuerdos de los años vividos. De chico hice cursos de pintura donde empecé a interesarme por el arte. Fui a la secundaria y me recibí con el título de Dibujante Publicitario. Luego, en la facultad cursé licenciatura en publicidad y me recibí.

-¿Y qué te llevó al mundo de la pintura?

-Algunos años trabajé en publicidad hasta que un amigo me propuso pintar muebles; lo que se denomina falsos acabados. Empecé a pintar murales de todo tipo (trompe l’oeil -trampa ojo-, murales para cuartos de chicos, livings, comercios, entre otros). No me preguntes por qué –risa mediante- pero me encanta pintarlos. Me siento como “pez en el agua”. Me das una tela de 2 m x 2 m y no paro de crear.

-¿Cuándo aparece el artista plástico “Diego Raimondo” en sus obras?

-Poco tiempo después tanto decoradores como arquitectos me convocaban para hacer cuadros por encargo ya que la demanda de obras empezó a cobrar fuerza. Los lleve a cabo con todo tipo de técnicas y estilos. Es allí cuando en paralelo a mi trabajo de «artista de obras por encargo» decidí pintar sobre la tela lo que salía desde mí. Cuando lo hice, sentí una gran satisfacción imposible de traducir en palabras. Creo que fue en ese momento que me pensé realmente como un artista plástico. Hice algunas exposiciones individuales y otras colectivas.

-¿Qué te nutre a la hora de empezar a crear?

-Siento que aprendo todos los días algo nuevo, así como te pasa en la vida que la considero la mejor escuela. Me creo un autodidacta, pinto lo que siento, trato de no estar atado a determinadas reglas porque creo que hay que soltarse interiormente. Ese es mi motor, mi fuente de inspiración –su mirada se pierde como mirando a lo lejos, buceando en su mundo interior-.

-¿Tenés referentes en las artes?

-No tengo muchos referentes. Todos los artistas tenemos algo que ofrecer y es maravilloso. Siento la misma pasión por el arte renacentista como así también por el impresionismo, el arte moderno, entre otros. No quiero ser como «tal artista» quiero ser yo mismo. Lo que me interesa es que si esa obra que hice me conmueve a mí y a los que la observan, mi trabajo esta hecho.

www.diegoraimondo.com

Marcela Fittipaldi