Moda

París propone sorpresas

Que Goga Ashkenazi, empresaria millonaria y dueña de Vionnet decidiera contar con el talento arquitectónico y escultural de Hussein Chalayan para relanzar el credo en su versión de demi-couture o semicostura en el marco de la Alta Costura deParís, fue una de las más impactantes y recelosas para la industria. ¿Qué similitudes tienen una firma centenaria como Vionnet y el artífice de algunos de los vestidos robóticos más impactantes de la última década? A juzgar por las descripciones, prácticamente ninguna. Sin embargo, la propia Goga –que hasta ahora ha sido la encargada del saludo al final al término de los desfiles de la firma desde 2012– describía como obvia esta decisión. «Hussein representa lo que Vionnet defiende. Él es un artista, con un modus operandi tremendamente interesante y fuera de todo convencionalismo».

Cierto es, que la figura de Madame Vionnet no fue cercana a lo fácilmente prototípico de los años 30, siendo partidaria de una figura acentuada y poco ceñida de la mujer, que tuvo su cúspide en el corte al biés que estudió y perfeccionó en prácticamente todos los tejidos que usaba. Chalayan, curiosamente, optaba por presentar ese legendario corte en el tercer modelo para su estreno en Vionnet, pero este se había ejecutado en una organza liviana y transparente de patrones centrifugantes. Esto adelantaba una auténticadeclaración de intenciones: a pesar del conocimiento por parte del creador chipriota de la herencia recibida, el camino recorrido no pesaría más que lavisión hacia el futuro de Chalayan sobre Vionnet.

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© GETTY IMAGES / CORDON PRESS
UN MODELO DE MADAMME VIONNET CORRESPONDIENTE A 1953; HUSSEIN CHALAYAN Y GOGA ASHKENAZI, TRAS EL DESFILE.
Colores pastel en prendas que superponían estas capas de organza fueron dando paso a tonalidades y materiales más consistentes, mezclándose a su vez con los anteriores edificando la idea de modernidad etérea que Chalayan siempre tiene en mente. Cinturones tubulares incorporados a las prendas, el patrón babero de un cuerpo que se va multiplicando hasta formar un vestido y el continúo contraste entre lo sutil y lo sólido derivaron en una última serie evocadora de las primeras fases de un vestido, aún con líneas de patrones dibujadas en su figura en negro y blanco, como invocando los cálculos sobre un tejido de toile.
La técnica de Chalayan, a pesar de su origen arquitectónico y antojo industrial, sirve para recordar una palabra clave en el oficio histórico de la costura: laconceptualidad de unas prendas que se supone serán exclusivas y únicas en el globo. A falta del visto bueno de Madamme Vionnet, el diseñador salía a saludar junto a Goga Ashkenazi al tiempo que cierto vacío sobre la resurrección de este atelier histórico parecía rellenarse. Y eso que tan solo era semi-costura.
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Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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