
Algo más que un diseñador
Casado y padre de tres hijos, irrumpió en el mundo de la moda en 1967 como diseñador de corbatas innovadoras. Pero al crear el vestuario de la película El Gran Gatsby marcó un punto de inflexión en su vida, ya que a partir de entonces fue reconocido mundialmente, Hoy, sus empresas cotizan en la bolsa
La idea de que existe una correlación entre lo que haces y de dónde vienes es ridícula. Yo, sencillamente, tengo un tipo de gusto al que la gente responde. Cuando trabajo en una colección, me siento como si estuviera haciendo una película. Deseo contar una historia, así que creo que se podría decir que escribo a través de mis prendas. No soy una persona fashion, soy antifashion. No me gusta esa parte del mundo, no estoy influido por eso. Me interesan la longevidad, la perpetuidad y el estilo.”
Quien afirma esto nació un 14 de octubre de 1939, en Nueva York, y con el tiempo se convirtió en unos de los referentes indiscutibles del diseño contemporáneo: Ralph Lipchitz (su verdadero apellido) Lauren. De familia judía y criado en el Bronx, estudió economía en el City College de Manhattan, donde se destacó por tener la claridad de saber qué quería hacer y cómo lo haría. A los 25 años se casó con Ricky Low-Beer, una mujer que supo acompañarlo silenciosamente en todos sus emprendimientos profesionales, apoyándolo en forma incondicional, mientras criaba los tres hijos que hoy forman parte de la empresa. Años más tarde sería su musa inspiradora para crear la ya mundialmente conocida cartera Ricky, símbolo de la compañera incondicional de la vida. De baja estatura, y mirada profunda y chispeante, Ralph inició su camino en el mundo de la moda en 1967. Acorde con el bajo perfil que promovió siempre para su vida, comenzó a trabajar en Beau Brummel Neckwear, una firma de corbatas que sería el contexto que lo iba a ver nacer como diseñador de su propia marca. Ese mismo año lanzó una línea que llamó Polo y que marcaría un punto de inflexión dentro del mundo de la moda: corbatas originales, anchas, que expresaran un elemento distintivo para quienes la llevaran: “Clase, estilo, elegancia”, según su propia definición.
Al año siguiente, y fiel a su premisa de pasos firmes y seguros, se unió a Norman Hilton y fundó Polo Fashions New York. Allí comenzó a ampliar su campo de acción al incorporar indumentaria masculina. Pero l’enfant terrible norteamericano no dejaría de asombrar, y en 1969 estableció la primera tienda dentro de otra, revolucionando el concepto de ambiente de venta: una boutique de diseñador para hombres en Bloomingdale’s, en la Gran Manzana.
En pocos meses recibió el primer galardón: premio Coty (hoy, el tradicional Council of Fashion Designers of America). Desde entonces, Ralph Lauren continuó conduciendo el mundo de la moda, con su primera línea de mujer, en 1972; con la introducción de su famosa remera polo y del logo del jugador del polo, y con una exploración continua del icónico estilo americano en vestimenta, muebles para el hogar y fragancias.
Crear es la consigna
“Cuando diseño una colección, tengo un personaje in mente. Diré: ¿quién es ella?, ¿dónde vive?, ¿cuál es su gusto? Estudio su carácter y creo para ella y a través de ella.” A través de este concepto Ralph demuestra cómo ha sabido decodificar sensiblemente la iconografía de Estados Unidos en su visión –ya sea si es una reflexión de Nueva Inglaterra, de la cultura americana nativa del Oeste o del glamour de Hollywood– creando una expresión de estilo americano, y llevándolo a través de las fronteras a partir de su sutil caballo galopante. Por eso fue convocado por el mundo del cine para delimitar claramente el estilo de sus protagonistas.
¿Qué imágenes, telas y estilos aparecen cuando uno piensa en la marca Lauren? Tal vez, en un look rugoso del Oeste, con franelas gastadas y desteñidas, acompañadas de estampados de algodón, denim, camisas invernales y botas; o el Sudoeste de indios americanos, con ponchos de lana, bordes de gamuza y joyería turquesa. También pueden aparecer en la memoria rugbiers, polistas, golfistas o esquiadores en
St. Moritz, aventureros en un safari africano, con livianos algodones caqui. Por la noche, el inigualable black label, que marca distinción en quien los porta con telas sutiles y definidas. Pero quien mejor define ese estilo es el propio Ralph: “La moda es una representación del estilo de vida, y el estilo es una representación de calidad, de integridad y de eternidad”.
Indudablemente, su incursión en el mundo de la cinematografía ha marcado también su carrera, dejando su impronta en aquellas obras a las cuales dio marco y caracterización inconfundibles. Quién ha olvidado el estilo exquisito de El Gran Gatsby, personaje al que vistió en su adaptación cinematográfica, en 1974, con Robert Redford como protagonista. También feminizó el look masculino inspirándose en “una joven Katharine Hepburn”, una apuesta que culminó en 1976 con el vestuario de Diane Keaton para Annie Hall, de Woody Allen.
Progresivamente fue ampliando e incursionando en distintas áreas de la moda y la vida cotidiana, pero siempre diferenciándose.
En 1981 inauguró la primera tienda en Londres y, dos años después, Lauren se convirtió en el primer diseñador de moda en sacar a la venta una colección completa para el hogar. El cénit de su espíritu creador llega en 1986. En ese año, el diseñador convirtió la mansión Rhinelander, de Nueva York, un espectacular edificio de finales del siglo XIX, en la tienda insignia de la casa y, por ende, en la representación última de su estética “dinero viejo”. De los noventa en adelante, la empresa amplió su espectro hacia lo deportivo (la muy exitosa línea Polo Sport), los segmentos más altos del mercado (la colección Purple Label, introducida en 1994) y la consolidación financiera, avalada por una salida a bolsa en 1997. Desde entonces, la necesidad de contentar a los accionistas ha hecho de Polo Ralph Lauren un gigante en todo sentido, comprando otras marcas, como Club Mónaco; optimizando su densa red de licencias y desarrollando su presencia en Internet con Polo.com, proyecto que se presentó en el año 2000 con bombos y platillos en forma de joint venture millonario con la cadena televisiva NBC. Además, el All England Club Wimbledon y la empresa Lauren han anunciado una nueva alianza que designa a Polo Ralph Lauren como el proveedor de la ropa oficial de Wimbledon hasta 2010. Con esta unión, la marca se convertirá en el primer diseñador de la historia de este Grand Slam en crear y vestir a todos los representantes asistentes, incluyendo los jueces de silla, jueces de línea y recogepelotas. El imperio no se detiene. No está mal para un chico que, cuando le preguntaron en el colegio qué quería ser, respondió: “Millonario”.
Un auténtico paradigma de aquellos a los que se designa como “artífices de su propio proyecto”, que supo transmitir en las diferentes líneas que fue incorporando en su empresa el sello que marca su propia vida y concepto de vida. “Mis ojos son mi vida. Son mi propia y privada cámara de fotos. Proyecto todas las experiencias de mi vida privada a mi trabajo porque ésa es mi biblioteca.”
Para saber más: www.ralphlauren.com
Un estilo que cumple 40 años
El 2007 marca el cuadragésimo año de la marca Ralph Lauren. Para celebrar este importante hito en una carrera asombrosa, este creador ha decidido compartir una mirada íntima de su evolución profesional, filosofía y proceso de diseño, además de sus pasiones personales, en un lujoso libro de más de quinientas páginas que contiene aproximadamente setecientas cincuenta fotografías e ilustraciones. Está dividido en cuatro secciones: Life (la vida de Ralph), Movies (las campañas publicitarias de la firma), Heroines (las icónicas mujeres que ha creado) y History (la vida profesional del diseñador entre 1967 y 2007). Tal vez, una forma más de interpretar a este diseñador, que afirma: “Moda tiene que ver con un cambio. Tiene que ver con aspiraciones. Tiene que ver con lo que está pasando en el mundo. Es una mezcla de muchas cosas que están sucediendo…”
Fanático de los autos
El diseñador fue el primer impulsor de una exposición de autos de su propia colección en el Museo de Bellas Artes de Boston, que giró alrededor de la búsqueda de la perfección, e incluyó algunos de los autos más memorables de la historia. Por ejemplo, un Bugatti Tipo 57SC Atlantic Coupe y un Mercedes-Benz SSK, de 1930, con su inconfundible cola. Otras maravillas, de antes de la Guerra, son el Jaguar XKD, el Porsche 550 Spyder y el Ferrari 250 Testa Rossa, junto con el GTO. Estas máquinas son hijas de grandes escultores cuyas manos dejaron en ellas detalles muy cuidados y en profusión. Son sólo 16 autos, pero más que suficientes para demostrar que arte, diseño y tecnología están unidos para dejarnos obras que confirman los logros de las más altas aspiraciones del espíritu humano.
Qué dicen de él
- Audrey Hepburn, en la ceremonia del premio al logro de vida del Council of Fashion Designers of America (CFDA), en Nueva York, el 3 de febrero de 1992, afirmaba: “… Si usted dice que algo es «muy Ralph Lauren», usted entendió el concepto.”
- Paul Goldberg, crítico de arquitectura de The New York Times, afirmó en los 80: “El verdadero ícono del diseño de los ochenta no son Philip Johnson ni Robert Stern, sino Ralph Lauren”.
- “¿Quién más ha creado una prenda de ropa llevada y reconocida en todo el mundo? Sólo Ralph, con su camisa Polo.” El periódico Women’s Wear Daily incluía esta cita de Donna Karan cuando Ralph Lauren, la marca, cumplía 35 años.
- Karl Lagerfeld no dudó en decir, en 1992: “Mantiene la mejor idea de América posible. Vende un estilo de vida. No cambia cada seis meses porque no es su espíritu. Le da el tono americano adecuado a gente que de otra manera probablemente tendría mal gusto”.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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