LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA: SÍNTOMAS Y FASES DE LA ENFERMEDAD
La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) es una enfermedad mieloproliferativa crónica que surge de una translocación recíproca entre los cromosomas 9 y 22, razón por la cual se eligió este día. El gen de fusión resultante es el BCR/ABL (la translocación es conocida como cromosoma Philadelfia). El gen de fusión resultante desregula la actividad quinasa intracelular y da lugar al desarrollo de la enfermedad.
Esta condición afecta tanto a hombres como mujeres y es más frecuente su aparición en mayores de 60 años, aunque también puede manifestarse en jóvenes y niños. Esta enfermedad mieloproliferativa, sin un tratamiento adecuado tiene una sobrevida media de 4 años, pero en las últimas décadas con el advenimiento de los tratamientos “blancos moleculares”, los inhibidores de la tirosina quinasa (ITK) han logrado una sobrevida muy prolongada en los pacientes.
Cansancio y pérdida de peso, fiebre y debilidad. Dolor en los huesos y en el estómago, como si estuviera lleno. Sudores nocturnos y agrandamiento del bazo son algunas de las señales a tener en cuenta para lograr el diagnóstico precoz. La leucemia es un cáncer que se origina en las células productoras de sangre de la médula ósea. Cuando una de estas células cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura de la manera que debería. A menudo, se divide para formar nuevas células más rápido de lo normal. Además, las células leucémicas no mueren cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la médula ósea y se desplazan a las células normales. En algún momento, las células de leucemia sale n de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo, causando a menudo un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre. Una vez en la sangre, las células leucémicas pueden propagarse a otros órganos, en donde pueden evitar el funcionamiento adecuado de otras células corporales. En contraposición, la leucemia es diferente a otros tipos de cáncer que comienzan en órganos (como los pulmones, el colon o el seno) y que luego se propagan a la médula ósea.
El Imatinib constituye el primer inhibidor de la tirosina quinasa, cuyo uso data del año 2000. Luego siguieron otros que mejoraron la eficacia del tratamiento como son el Dsastinib, Nilotinib, Bosutinib y el Ponatinib. La evolución de las técnicas genéticas y moleculares permitieron avances en el monitoreo de la enfermedad desde un doble enfoque. Cuantitativo, como para poder conocer la carga tumoral del gen BCR/ABL y cualitativo, para detectar resistencia al tratamiento por la aparición de mutaciones nuevas.
La enfermedad se caracteriza por la presencia de tres fases conocidas como: Fase crónica, Fase acelerada y Fase de crisis blástica. Esta puede presentarse al inicio en cualquiera de estas 3 fases.
-Fase crónica: Existe en sangre periférica leucocitosis con neutrofilia y presencia de precursores inmaduros. Blastos 1-3 %. Plaquetas normales o aumentadas. En la biopsia de médula ósea se observa hipercelularidad a predominio mieloide y en el examen físico se observa esplenomegalia.
-Fase acelerada: En sangre periférica aparecen células blásticas entre 10-19 %. Puede haber anemia y plaquetopenia.
-Fase blástica: En sangre periférica las células blásticas superan el 20 %, anemia y plaquetopenia. La biopsia de médula ósea muestra nidos de células blásticas.
Con el asesoramiento de la Dra. Ester Rosenfeld, hematóloga de DIM CENTROS DE SALUD, (MP 36024/ MN 55749)
Más en dim.com.ar
Redes: Instagram @dimcentrosdesalud
Facebook DIM Centros de Salud
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial