Salud

Recomendaciones para una buena alimentación durante el embarazo

El periodo de gestación constituye una etapa en la que la alimentación juega un rol irremplazable. No sólo resulta ser una herramienta preventiva, sino que también es la encargada de poner al organismo materno en condiciones óptimas para afrontar el momento del parto.

 

“Dicha alimentación debe asegurar la presencia de los cinco grupos básicos de alimentos para cubrir las necesidades nutritivas propias de la mujer y las exigencias producidas por el crecimiento de feto”, explica la Licenciada Liliana Grimberg (MN: 978), Nutricionista, Dietista y Coordinadora del área de Nutrición del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna.

 

Cuando pensamos en la alimentación de la embarazada debemos pensar en una nutrición racional y adecuada.

 

Por otra parte, una adecuada alimentación es la mejor herramienta para prevenir complicaciones como partos prematuros y otras alteraciones en el desarrollo del recién nacido.

 

A partir de eso, durante el embarazo, la alimentación debe:

 

–          Cubrir las necesidades nutritivas propias de la mujer.

–          Satisfacer las exigencias nutritivas producidas por el crecimiento del feto.

–          Preparar al organismo materno para afrontar mejor el parto.

–          Promover la lactancia para el futuro.

 

 

¿Qué sucede con el ácido fólico?

La Licenciada Grimberg aclara que durante el embarazo, las necesidades de este componente aumentan: en la mujer embarazada están estimadas en 0,4 mg/día, frente a los 0,3 mg imprescindibles para la población en general.

El ácido fólico desempeña una función primordial en la formación y el funcionamiento del sistema nervioso del feto e interviene en el desarrollo y la fabricación de los glóbulos rojos y sobre todo en defectos del tubo neural del bebe.

Entre los alimentos que son ricos en ácido fólico se encuentran las hortalizas verdes (espinacas, lechuga, coles), la remolacha, la zanahoria, el pollo, el hígado, la yema de huevo, el pescado cocido, las lentejas, los garbanzos, el maíz, las naranjas y los frutos rojos.

 

 

Sumado a todo ello, entre las recomendaciones que propone la Licenciada Grimberg se encuentran:

 

–        Realizar 4 a 5 comidas diarias.

 

–        Beber 3 litros de líquido diario como agua, aguas saborizadas, caldos de verduras, infusiones, licuados.

 

–        Cocinar en forma sencilla como al vapor, a la cacerola, al horno para evitar pérdidas de nutrientes.

 

–        Evitar los fritos.

 

–        Utilizar condimentos suaves.

 

–        Controlar la ingesta de los alimentos ricos en grasas, azucares, productos de panadería, copetín, fiambres, embutidos, manteca, crema.

 

–        Consumir productos lácteos descremados, leche, yogurt, quesos como fuente de calcio y proteínas de buena calidad.

 

–        Consumir carnes magras, huevo como fuente de hierro, proteínas.

 

–        Incorporar todo tipo de vegetales y frutas. Si son crudas poseen gran cantidad de fibras, vitaminas y minerales y si son cocidas, al vapor para evitar en lo posible la perdida de vitaminas.

 

–        Alimentos con suficiente fibra como panes con semillas, avena, salvado, incorporar vegetales y frutas crudas, cereales integrales y legumbres.

 

–        Evitar el exceso de sal.

 

–        Incorporar en el almuerzo y en la cena 1 cucharada de aceite de uva, girasol, maíz, u oliva como aporte de ácidos grasos esenciales que el organismo no puede formar y ayuda absorber las vitaminas a, d, e, k.

 

–        Al estar fuera de casa, evitar verduras crudas.

 

–        Evitar el consumo de alcohol.

 

–        Evitar el consumo de pescados crudos, atún, viseras y embutidos.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *