Moda

Marcolin, la fábrica italiana de gafas de lujo

OPTICA

Así se trabaja en Marcolin, la fábrica italiana de donde salen las gafas de lujo

Visitamos Marcolin, el grupo óptico donde se diseñan y producen las gafas de las grandes firmas internacionales de moda. De sus tres factorías salen al año más de 14 millones de monturas.

En la gran fábrica

Usted seguramente no lo sabe, pero es muy probable que las gafas que utiliza salgan directamente de la factoría que Marcolin tiene al noreste de Italia. Resulta sorprendente que las tendencias que marcan la moda en el eyewear procedan de una recóndita fábrica, aislada del bullicio de alguna de las ciudades que se convierten en referente de lo cool. La sede de uno de los cinco grandes grupos de gafas se encuentra en Longarone, un pueblo perteneciente a la provincia de Belluno, situado en un paraje verdaderamente exuberante. En el valle de Piave, rodeada de las verdísimas montañas Toc y Salta, un grupo de expertos se afana en dibujar cómo serán las monturas, y las lentes, que formarán parte de las colecciones de algunas de las firmas de moda más importantes.

Giovanni Zopas, CEO de Marcolin, posa con uno de sus modelos de gafas de sol Luis de las Alas

La historia de la compañía se remonta a 1961 y, desde sus inicios, su propósito ha sido establecer una relación duradera con las marcas. «Esta es nuestra gran baza y lo que nos permite investigar y dar un valor a lo que hacemos», defiende con orgullo Giovanni Zoppas (58 años), CEO de Marcolin desde 2012. Precisamente, una de las grandes dificultades del grupo óptico es «estar en la misma onda que las firmas. Es necesario comprender su valor intangible para transformar una idea en producto», continúa. La sala de reuniones donde se gestan las grandes líneas de acción está presidida por un lema impreso en mayúsculas en una de las paredes: «Apertura al cambiamento«. Esta apertura al cambio es lo que le ha permitido estar en lo alto de la pirámide del lujo y la moda del sector óptico, un mercado que está en plena ebullición: en 2015 se produjo un crecimiento del 5% con respecto al año anterior.

Los números de Marcolin son elocuentes. Si en 2012 contaba con 1.100 empleados, en 2015 la plantilla aumentó hasta sumar 1.720. Su crecimiento económico mejoró en un 28%: pasó de facturar 204 millones de euros en 2012 a alcanzar los 432 millones tres años después, lo que supone más de 14 millones de gafas vendidas. «Gracias a las ventas de gafas de sol, hemos podido mejorar las lentes de corrección visual», apunta Massimo Stefanello, el director corporativo.

Antes de pasar por el proceso de fabricación, el departamento de diseño realiza los prototipos. En la imagen, un modelo de la marca Web. Luis de las Alas

Su producción se divide entre las marcas de lujo -como Ermenegildo Zegna, Tod’s,Roberto Cavalli, Moncler, Montblanc, Balenciaga y la citada Tom Ford- y las de difusión, entre ellas Guess, Swarovski, Timberland y sus dos sellos propios: Web y Marcolin.

Los datos mejoraron notablemente en el ejercicio anterior auspiciados, en parte, por las obras de remodelación a las que sometieron su fábrica de Fortogna, a sólo unos kilómetros de los headquarters en Longarone. En enero empezaron a reestructurar la actividad y en mayo, la producción a gran escala. El 89% de la cual corresponde aTom Ford, y el tanto por ciento restante a las otras marcas del sector lujo. Porque es en Italia donde se realizan los productos de la gama premium, mientras que en Asia y en Estados Unidos se lleva a cabo la producción para el mass market. Zoppas explica que «el lujo y lo fashion ya no están tan unidos como antes, la gente ya no se interesa por los productos usuales, lo que quiere son cosas que no haya visto antes, que le sorprendan». Por eso, en Marcolin hacen un estudio minucioso de las colecciones. La fuente de inspiración de sus diseñadores no son precisamente las verdes montañas que ven desde sus mesas, por muy idílicas que sean. El presidente apunta con sorna que «es muy difícil tener ideas en Longarone. No se puede saber lo que quiere la gente estando entre montañas, nuestros diseñadores viajan y escuchan lo que quieren los consumidores». El ejemplo a seguir es la línea eyewearde Tom Ford, a través de la cual la empresa hace gala del made in Italy. ¿Qué significa? «Un estilo de vida, símbolo de belleza, potente y poderoso. Es una forma de disfrutar tu propia vida», señala Zoppas. «Nosotros hemos hecho de Tom Ford lo que es hoy, un producto líder, porque la línea de eyewear está por delante incluso de la cosmética».

Paso a paso

Las patillas de una montura son supervisadas por una empleada de la fábrica Luis de las Alas

Cada etapa del proceso de elaboración es supervisada minuciosamente. Sonia Caviola, directora de producción, explica que en la fábrica de Fortogna tienen «23 máquinas, que se encargan de dar forma a cada montura, una labor que dura alrededor de cinco o seis minutos. Cada día se fabrica un modelo diferente». Dentro de una máquina con forma de cubo, una especie de pistola láser pule con precisión el acetato. Después llegará el momento de darle el acabado con el que se pondrán a la venta y de insertar, esta vez a mano, cada una de las ínfimas piezas que sirven para unir la montura con las patillas. Para comprobar que todo el proceso es satisfactorio, se llevan a cabo entre 65 y 70 pasos, hasta conseguir la aprobación final, a la que se llega al cabo de 20 días de trabajo.

Antes de que las máquinas se pongan en funcionamiento, el equipo de creativos junto al de dirección, ha trabajado en concebir los prototipos que saldrán al mercado un par de años más tarde. Hay una doble línea de desarrollo: una diseñada para el mercado europeo y otra para el asiático, ya que cada uno tiene sus propios rasgos faciales. Una vez que se tiene el ok de la marca, los expertos en color eligen los tonos de la montura y de la lente. Al final lanzan una treintena de piezas para la colección de cada firma –15 de sol y 15 ópticas-, salvo para Tom Ford, para la que diseñan 50 modelos distintos. «Si hay algo que diferencia las gafas de otros productos premium es que representan algo aspiracional, pero que se puede comprar y, lo que es más importante, enseñar. Algo que no pasa con los cosméticos o los perfumes», defiende Zoppas. No es extraño que haya quien no salga de casa sin gafas.

El proceso de fabricación consta de 65 a 70 pasos, es decir, unos 20 días de trabajo

FUERA DE SERIE-EXPANSION: «http://www.expansion.com/fueradeserie/moda-y-caprichos.html«>Moda y caprichos</a></li>

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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