Primeros auxilios preservan vidas
Por el Dr. Fernando Burgos, MN° 81759 Red de Pediatras “Niños sanos, niños felices”. Jefe de Pediatría Ambulatoria del Hospital Universitario Austral.
Los primeros auxilios son la ayuda básica y necesaria que se le otorga a una persona que ha sufrido algún tipo de accidente o enfermedad hasta la llegada de un médico o profesional paramédico que se encargue de la situación, esto con el fin de preservar la vida del paciente. Las urgencias que requieren primeros auxilios con más frecuencia son los accidentes en los que se produce asfixia, paro cardíaco e infarto cardiaco, sangrado grave, envenenamiento , quemaduras, golpe de calor e insolación, desvanecimiento, coma, esguinces, fracturas y mordeduras de animales.
Según datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, los accidentes domésticos en niños son la segunda causa de mortalidad, luego de los siniestros viales. Por ello, accionar la cadena de sobrevida correctamente permitirá finalmente salvar la vida de otro ser humano por lo que es fundamental pedir ayuda especializada de inmediato. Siempre hay que evitar el pánico y la precipitación. A no ser que la colocación de la víctima lo exponga a lesiones adicionales, deben evitarse los cambios de posición hasta que se determine la naturaleza del proceso.
La primera actuación, la más inmediata, debe ser procurar al paciente una respiración aceptable: conseguir la desobstrucción de las vías respiratorias para evitar la asfixia, extrayendo los cuerpos extraños (sólidos o líquidos) y retirando la lengua caída hacia atrás. Si el paciente no respira por sí sólo habrá que ventilarlo desde el exterior mediante respiración boca a boca .
El segundo aspecto a corregir es el referente al sistema circulatorio para evitar el shock cuyos signos característicos son la piel fría y húmeda, los labios cianóticos (azulados), la taquicardia y la hipotensión arterial (pulso débil y rápido), la respiración superficial y las náuseas. Estos síntomas no son inmediatos; el shock puede desarrollarse varias horas después del accidente. Además, se deben valorar la frecuencia cardiaca y la tensión arterial . Una valoración inicial se obtiene tomando el pulso: permite valorar la frecuencia y ritmo cardiaco, y su “fortaleza” nos indica una adecuada tensión arterial.
Como consejos generales:
* La cabeza debe mantenerse al mismo nivel que el tronco excepto cuando exista dificultad respiratoria. En ausencia de lesiones craneales o cervicales se pueden elevar ligeramente los hombros y la cabeza para mayor comodidad.
* Si se producen náuseas o vómitos debe girarse la cabeza hacia un lado para evitar aspiraciones.
* Nunca se deben administrar alimentos o bebidas y mucho menos en el paciente inconsciente.
* En el caso de quemaduras, la asistencia inmediata es eliminar la causa de la quemadura: apagar las llamas, retirar el producto químico del contacto con la piel, todo ello para disminuir la agresión térmica. Para apagar las llamas, se debe hacer que la persona ruede. Además, hay que buscar otras posibles lesiones comohemorragias, fracturas. Se tratará siempre primero la lesión más grave. En quemaduras de primer grado, cremas hidratantes y especialmente el aloe vera resultan muy beneficiosas. Asimismo es preciso refrescar la zona quemada: para ello, podemos aplicar agua en abundancia (20-30 minutos) sobre la superficie quemada, evitando que sea muy fría, porque podemos provocarle hipotermia. Previamente, hay que quitar al quemado ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor. Envolver la lesión con gasas o paños limpios, humedecidos en agua. El vendaje debe ser flojo.
Hay ciertas acciones que en ningún caso se deben llevar a cabo, ya que resultarían dañinas para el enfermo. Tal es el caso de aplicación de pomadas, cremas, pasta dentífrica sobre la quemadura, es suficiente con agua; enfriar demasiado al paciente, solamente la zona quemada; dar agua, alcohol, analgésicos por vía oral; romper las ampollas pues el líquido que contienen protege de la posible infección y al romperlas abriríamos una puerta para la entrada de gérmenes; despegar la ropa o cualquier otro elemento que esté pegado a la piel; dejar sola a la víctima; apagar las llamas de la persona con agua. Siempre se deben apagar haciendo que ruede o cubriéndolas
* Si se trata de un corte o herida, primero hay que lavarse la manos antes de tocar la herida para evitar infecciones. Luego se procede a lavar completamente la herida con agua y jabón blanco (no usar alcohol) y gasas estériles (no usar algodón porque puede dejar residuos) desde dentro hacia fuera sin olvidar desinfectar los bordes. Secar sin frotar y aplicar un antiséptico y si el ambiente no es agresivo, dejar al aire para una mejor cicatrización. Si sangra, hay que aplicar una tela limpia sobre la herida haciendo presión fuerte hasta que desaparezca la hemorragia. Los torniquetes deben ser siempre el último recurso y utilizarlos solamente cuando no haya otra forma de detener la hemorragia. Los torniquetes sólo funcionan si son lo suficientemente apretados como para detener el flujo de sangre de las arterias. En términos generales, deben ser de entre 2,5 y 5 centímetros de ancho y no deben estar demasiado apretados o podrían cortar los tejidos por la presión aplicada.
* Un elemento clave para todos es saber reanimación cardiopulmonar básica, cuya técnica cambia ya se trate de niños o adultos. Los pasos son:
- a) Usar el talón de una o dos manos para hacer las compresiones del pecho.
- b) Empuje el esternón hasta aproximadamente un tercio de la profundidad del pecho. (Como 2 pulgadas) por lo menos 100/minuto.
- c) Incline la cabeza hacia atrás y escuche si tiene respiración. Si no está respirando normal, pellizque la nariz y cubre la boca con la suya y sople hasta ver subir el pecho haga 2 soplos. Cada soplo debe tomar 1 segundo.
Continuar con un ritmo de 30 compresiones y dos ventilaciones hasta que llegue la emergencia.
* En un caso de golpe de calor o insolación, se debe poner a la persona en un sitio fresco y a la sombra, colocarle los pies en alto, desvestirla y aplicarle tela mojada o hielo en las axilas o ingles para intentar disminuir la temperatura corporal. Si la persona tiene una temperatura superior a 40ºC bañarla con agua fría hasta llegar a 38ºC y controlarla cada 15 minutos y ofrecerle de beber agua en cantidad. Para prevenir el golpe de calor hay que evitar el ejercicio o la actividad intensa en las horas de pleno calor y o es conveniente quitarse la camisa si siente calor y está al sol ya que el tejido retiene humedad que desaparece al quitárnosla.Sobre la dieta, no beber alcohol ni excitantes ya que aumentan el metabolismo y con ello la temperatura corporal y evitar las comidas grasas o muy calientes.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial