Moda

Chanel Otoño Invierno 2014/15

Suzy Menkes — Como si fuera el último rescoldo de un mundo barroco, un espejo dorado colgaba de un modernista espacio blanco sobre una chimenea de llamas digitales al más puro estilo de Bill Viola, tal y como se pudo ver en la exposición del artista en el Grand Palais de París.

Pero en el caso de la colección de Alta Costura que Chanel mostraba hoy en el mismo edificio, Karl Lagerfeld encendía su propia visión de la modernidad. Lejos quedan ya todos esas ordas de espectadores y esos mastodónticos escenarios. Todos ellos fueron sustituidos hoy por una cercanía minimalista, moderna y ciertamente modesta.
Las modelos comenzaron a moverse por este espacio llevando vestidos con la silueta curvilínea de un edificio diseñado por Le Corbusier, mientras los tejidos moldeaban el cuerpo con formas ovaladas sin rastro de costuras laterales.
A los mágicos artesanos de Chanel tampoco les supuso ningún problema esculpir esa magia en neopreno o seda. Incluso llegaron a crear bordados a partir de pequeñas baldosas emulando un elegante cuarto de baño, enlazados con hilo dorado, en el frontal de un top de tweed.
“Es el Barroco encontrándose con Le Corbusier”, decía Karl, explicando su inspiración en imágenes de un apartamento diseñado por el arquitecto del modernismo, quién en su día erigió también un espejo oval dorado en una pared de hormigón en un altísimo edificio sobre los Campos Elíseos.
Quién sabe dónde se prendería el fuego de este proceso creativo, pero el desfile de Chanel deslumbró a base de imaginación: por un lado veíamos un vestido con preciosos retales ardiendo en color rojo; por otro, un vestido plateado del que cenizas grises parecían recobrar de nuevo su vida. Esos colores ceniza estuvieron representados en todos los tonos posibles del cemento al metalizado, incluso conlooks de tarde que intensificaban su decoración.
Todos los intrincados barroquismos de la superficie eran contrastados con sandalias planas, atadas con lazos de satén, y un pelo salvaje al viento peinado por Sam McKnight.
Los ejemplos más convincentes del trabajo artesanal fueron las siluetas ovaladas, reforzadas por el modelo final de un vestido nupcial en el que se enfundó una modelo embarazada de 7 meses.
Karl acertó bastante con esta colección, dejando ver que ha llegado el momento de extinguir el fuego de aquellos feroces desfiles y dejando la cálida lumbre de la Alta Costura sólo apreciable para una audiencia reducida. Se centró en la exquisitez de la artesanía, sin mostrar prendas extravagantes o bizarras. Incluso las bermudas que se veían salir de las faldas se antojaron apropiadas.
Los últimos modelos, algo más Cenicienta, resultaron frescos, juveniles y adorables, y ofrecieron a la audiencia un modernismo de moda que a pesar de ser del siglo XXI también eran muy Coco Chanel.
Los bolsos, cruzando el cuerpo, estaban cortados en curva y llenos de decoración: otra visita moderna a Coco.
¿Pero a quién excepto a Karl, con su profundo conocimiento de la historia y de la moda, se le habría podido ocurrir que un estilo tan barroco podría encender tal llama de modernidad?


Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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