Vuelta al mundo en 10 restaurantes
21/06/2014
No son los más nuevos, ni los mejor decorados, pero te garantizamos que estos 10 locales te trasladarán con sus delicias culinarias
Salís a cenar. A un chino. Una vez fuera, salta la pregunta: ¿este chino te ha sabido distinto al de la semana pasada?, la respuesta, seguramente, será no.
Los restaurantes chinos, a pesar de la excelente gastronomía de un país tan ingente como variado, son el ejemplo claro de que la denominada “cocina internacional” es mucho más que un gusto monótono, unas cartas calcadas y, sobre todo, una falta absoluta de memoria gustativa. ¿O acaso no se debería recordar un buen restaurante de cocina internacional?
Por eso, porque últimamente poner el subtítulo de turno de “cocina internacional” parece justificar muchos desmanes culinarios, vamos a hacer un recorrido por algunos restaurantes que, sin ser caros, ofrecen unos platos realmente internacionales, bien por fusionar distintos sabores, bien porque realmente recogen la esencia del país al que representan en cada comanda. Bon appétit!
© Corbis
Breizh, bretón, bretón
Su enganche suena a tópico (Las auténticas galettes y crêpes de Bretaña), pero tiene razón. La carta deBretizh, con un buen puñado de este tipo de preparados (tanto salados como dulces), así lo demuestra. Además, puedes pedir cerveza bretona, otra rareza que seguramente si la buscas en otros lados, no la encuentras. El local es acogedor y coqueto, con pocas mesas (se recomienda reserva) y un ambiente íntimo.
La dueña sabe latín respecto al producto que ofrece, pero sus camareros no se quedan atrás. Trato cordial, amable y recomendaciones basadas en los deseos del comensal, no en el excedente. Además, acaba de recibir su certificado correspondiente sin gluten. Todo esto no lo decimos nosotros, sino las opiniones de los usuarios que, a golpe de Google, encontrarás sobre ellos.
Dónde: Madera, 36 (Madrid)
© Breizh, La Creperie
Bànitsa, la dulce Bulgaria
La gastronomía no solo se caracteriza por sus platos salados, sino por sus atrayentes dulces. Es el caso de esta pastelería ubicada en Barna y que te ofrece todo tipo de azucarados platos de Bulgaria. Las chicas que la regentan te recomendarán todo aquello que busques, te contarán con detalle lo que necesites saber y, sobre todo, te darán a probar quesos o mermeladas. Además, su oferta da un salto fuera de Bulgaria y también es posible comer pastas o galletas de otros países más o menos cercanos, como Bosnia, Grecia o Rusia. Y todo artesanal.
¿Algunas recomendaciones? La tarta de cinco cítricos o la de castañas; sus pasteles especiales (dependiendo de tus alergias o intolerancias); las mermeladas de pétalos de rosa; el queso kaskaval (una delicia) y, por supuesto, las banitsas, que son los pasteles típicamente búlgaros fabricados con pasata phyllo. ¡Ñam!
Dónde: Diputació, 188 (Barcelona)
La cocina nikkei de De Tokio a Lima
El passeig del Born, en Palma de Mallorca, está de moda y allí se concentran ya un buen número de coquetos hoteles, buenas tiendas y estupendos restaurantes. Es el caso de De Tokio a Lima, emplazado en la planta principal del hotel Can Alomar, encuadrado en el rimbombante pero seductor nombre de luxury boutique hotel.
Y el restaurante no se queda atrás con su cocina nikkei, es decir, la que mezcla los mejores sabores de la peruana y de la japonesa, un concepto conocido pero difícil de elevar a la excelencia. Este restaurante lo consigue con platos como la ensalada de quinoa con algas y vinagreta de mandarina y wasabi; el sashimi de pescado blanco con mojo de ñoras, ají panca y crujiente de maíz, o los variados y suculentos ceviches a tu disposición. Y dirás: «tanto lujo y tanto nombre, ¿es caro?». Depende de lo que te quieras gastar, pero una media de entre 35 y 50 €.
A falta de web propia, aquí puedes ver su carta.
Dónde: Sant Feliu, 1 (Palma de Mallorca)
© De Tokio a Lima
Osteria L’Oca Giuliva: Italia no podía faltar
Los restaurantes italianos también proliferan por doquier y, en ocasiones, es difícil discernir cuál puede ser mejor que los demás. En este caso, los sevillanos tienen la suerte de contar con este restaurante en pleno barrio de Santa Cruz, donde se mezcla la buena comida del país con el ambiente familiar e íntimo que requiere, en ocasiones, dar gusto al paladar sin estridencias acústicas alrededor.
En 2011 recibió el reconocimiento de ‘Marca de la hospitalidad italiana’, otrogado por las cámaras de comercio italianas en el extranjero a los restaurantes italianos auténticos en todo el mundo. Ya sabes:degustazioni, antipasti, insalate, pasta asciutta, fresca, con il pesce, pizze… pero de verdad. Hablando de Italia, no obvies lo obvio y pide un buen vino (o dos). También cuentan con menú diario (de lunes a viernes).
Dónde: Mateos Gago, 9 (Sevilla)
© l’Oca Giuliva
Bambi Gourmet, Rumanía en Puerto de la Cruz
Hasta esta ciudad tinerfeña se fueron Rodica y Daniel Gurau para inaugurar este restaurante que mezclalos platos típicamente rumanos con la gastronomía local, en un intento por ofrecer una cocina creativa y adaptada al gusto culinario de tantas nacionalidades como pasan por la isla.
Por ello, en la carta encontrarás platos que van desde los huevos rotos con papas (tu cena una vez por semana), al gulash de ternera transilvana con puré y encurtidos o la tochitura (estofado de cerdo con polenta y queso). Si quieres probar una buena cantidad de ellos, también te ofrecen un menú degustación.
Dónde: Enrique Taig, 15 (Puerto de la Cruz, Tenerife)
Appetite: el sureste de Asia, al gusto del chef
Apettite Bistro quiere convertirse en un referente del denominado menú omakase, es decir, “al gusto del chef”: de un conjunto de ingredientes y platos, el chef ofrecerá lo que él considere, teniendo en cuenta ciertos parámetros como la calidad del producto, el buen gusto en su mezcla y presentación y, obviamente, en el precio.
La cocina de Appetite es una buena mezcla de toda la que puedes encontrar en el sureste de Asia, y también japonesa. En él priman las combinaciones de sabores y texturas, y puedes elegir, por ejemplo, menús personalizados sorpresa de seis u ocho selecciones, postre incluido. Si sales del restaurante y cruzas la calle te encontrarás con La Cantina de Appetite, más desenfadada, con oferta de los platos del restaurante… algo más sencillo y económico.
Dónde: Pintor Salvador Abril, 7 (Valencia)
© Appetite Bistro
Thai Lounge, 10 años
Sin salirnos de la comida asiática pero centrándonos aún más en una de las más exquisitas, la tailandesa, el restaurante barcelonés Thai Lounge cumple una década ofreciendo los sabores y gustos de aquel país en la Ciudad Condal. Su ambientación, relajada y de colores dorados, ocres y amarillos, invita a relajarse y probar sus exóticos platos, que te gustarán más cuando compruebes que la relación calidad-precio es justa.
Puedes probar sus khung kiss (langostinos envueltos en pasta de arroz frita), un surtido de vapores, la sopa tom kaa gai (leche de coco, especias y pollo), el ped paad phaak (magret de pato al wok con verduras al dente y salsa de ostras) o la ensalada de flores del mar.
Dónde: València, 205 (Barcelona)
© Thai Lounge
Estocolmo bärs, un sueco en Madrid
No destaca por su amplitud, por su vajilla o por su servicio de camareros. Es pequeño, la comida se sirve sobre cartón y tienes que acercarte a la barra a pedir. Pero es especial, tiene ese «algo» que lo hace entrañable. Quizá sea por su original decoración, por su ubicación alejada de las amplias avenidas madrileñas pero en pleno centro de la ciudad, por esos vídeos manga que aparecen en su televisor (y que no puedes dejar de mirar) o por su hilo musical con temazos (de ayer, de hoy y de siempre).
Aunque, sin duda, lo que lo hace imprescindible son sus espectaculares perritos al estilo sueco. Y dirás: todos los perritos son más o menos iguales. ¡Eso es porque no has probado los de Estocolmo! Su crujiente salchicha, su salsa remoulade, su cebollita… ¡inigualable! Sus 25 años de actividad así lo constatan. Y es que, además, también podrás encontrar pitas, hamburguesas, frikadelas… Todo con un sabor distinto y nuevo. Las noches de los viernes y sábados puedes continuar la fiesta disfrutando de sus mojitos, vodkas y cervezas de importación, todo a muy buen precio.
Dónde: La Palma, 72 (Madrid)
© Estocolmo Bärs
De Boca Madre y Las Rosas de Guadalupe
Porque te encanta la comida mexicana y eres fan de sus picores infernales por la garganta, no te recomendamos uno, sino dos restaurantes. El primero, De Boca Madre, está en Bilbao, y no escucharás nada nuevo si te hablamos de nachos, nopales, guacamoles, bigote, jalapeños o enchiladas, pero sí que, para muchos, es de lo mejor de México en la zona norte. Las Rosas de Guadalupe está en Valladolid, y sus ingredientes son más o menos los mismos pero con muy buena mano para mezclarlos y presentarlos. Además, en su web podrás ver todos sus platos mientras escuchas música del país. Canción tras canción.
Dónde: De Boca Madre en Manuel Allende, 5, Bilbao. Las Rosas de Guadalupe, en Hernando de Acuña, 46 (Valladolid)
Cocina Portuguesa en la frontera
Pequeño, acogedor, sin grandes ostentaciones, discreto… Adjetivos que sirven tanto para el restaurante como para el país. Cocina Portuguesa está en Badajoz, a apenas cuatro kilómetros de la frontera y, quizá por eso, se la juega más que otros en otras provincias lejanas.
Una excelente relación calidad-precio y, aunque la variedad no es excesiva, hay que recordar que el tener muchos platos no significa que vayas a comer mejor. Evidentísimo que tienes que probar el bacalhau à brás (o asado, o con salsa narcisa, o rebozado, o cocido, o dorado…), pero también las almejas al bulhaonde pato o cualquiera de sus muchísimas carnes (si has comido las extremeñas, te puedes hacer una idea). Y el vinito, que no falte.
Dónde: Muñoz Torrero, 7, bajo (Badajoz)
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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