
Crítica «Como arena entre las manos» por Marcela Fittipaldi
Una obra recomendada para aquellos que pasaron los 40. Recuerdos, vivencias, sensaciones, nostalgias, afectos, tradiciones… la vida misma son convocadas en esta pieza.
Un desafío profesional para Ana María Cores que está en escena en forma permanente generando emoción y empatía con el espectador. Tal vez, si el léxico fuera más llano, éstas estarían presentes en forma permanente.
La escenografía minimalista cobra protagonismo gracias a la interpretación de la actriz que con su cuerpo logra dar vida a cada elemento que la rodea.
Una composición que se queda «rumeando» en nosotros.