El mate en todo, el campo también
Un desayuno, una merienda, una jornada laboral, una noche larga de estudio o una juntada con amigos. ¡Siempre es un buen momento para un mate! Sea cual sea la ocasión ahí está él, dando el presente. Muchas veces tomamos mate tan automáticamente que nos terminamos un termo sin darnos cuenta. Pero ¿alguna vez nos pusimos a pensar de dónde viene ese mate que estamos tomando?
La yerba mate es uno de los cultivos más populares de nuestro país. De hecho, Argentina es el país que más superficie cultivada de yerba aporta al mundo. Se produce principalmente en Misiones y Corrientes, provincias que forman parte de la región subtropical húmeda argentina.
La infusión de sus hojas tiene propiedades energizantes y tonificantes. Estimula el sistema nervioso central y promueve la actividad mental, por eso es un gran aliado para el trabajo y el estudio. También tiene grandes cantidades de potasio, hierro, fósforo, sodio y magnesio; también contiene diversas sustancias antioxidantes, vitaminas (A, B1, B2, C y K) y carotenos. Increíble, ¿no?
Hay miles de formas de tomar mate. Algunos lo toman amargo, otros, dulce. Algunas personas son fanáticas del sabor tradicional de la yerba con palo; otras del sabor fuerte y amargo de la yerba sin palo. Otros consumidores prefieren un bajo contenido de polvo para disfrutar de un sabor suave y más homogéneo de principio a fin.
Las yerbas también pueden aromatizarse mezclándolas con plantas u otros ingredientes. Probablemente hayas visto yerbas con un porcentaje de tilo, cedrón, valeriana, menta, cáscara de naranja o limón. Incluso algunos le ponen café, coco o miel.
En fin, gran variedad de combinaciones y formas de tomar mate. De la misma manera, hay distintas formas en las que se produce la yerba. Hay yerbas hechas con producción orgánica, tradicional o, inclusive, agroecológica. Todas ellas conviven para producir uno de los cultivos más queridos y consumidos por los argentinos. Si alguna vez viste una plantación de yerba mate, seguramente notaste que se trataba de arbustos de pocos metros. Pero, lo que seguramente no sabías, es que en estado natural son árboles que pueden alcanzar los 12 a 16 metros de altura.
Con palo, sin palo o con aromáticas. Dulce o amargo. Con yerba orgánica, tradicional o agroecológica. Elijas lo que elijas, siempre es un buen momento para disfrutar de un rico mate. Y antes de terminarte el termo sin darte cuenta, destiná un minuto para saborear la yerba, sentir su textura y pensar que en cada sorbo hay campo. Porque incluso en ese desayuno, en esa merienda, esa jornada laboral o esa noche de estudio está #ElCampoEnTuVida.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial