ESCLEROSIS MÚLTIPLE: LA ENFERMEDAD DE LAS MIL CARAS

Cada 30 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple. No se conocen las causas de esta enfermedad, pero se sabe que afecta principalmente a mujeres dentro de un rango etario que va desde los 20 a 40 años. La Dra. Daniela Sosa neuróloga de DIM Centros de Salud profundiza sobre todo lo que debemos saber para reconocerla y actuar en consecuencia.

Según la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple más de 2 millones de personas tienen esta afección en el mundo. “La Esclerosis Múltiple es una enfermedad desmielinizante inflamatoria del Sistema Nervioso Central. Los síntomas pueden ser, entre otros, visión borrosa, debilidad en las extremidades, sensación de hormigueo, inestabilidad, problemas de memoria y fatiga. Inicia entre los 20 y los 40 años de edad y es de dos a tres veces más habitual en las mujeres que en los hombres”, explicó la profesional.

Actualmente no hay ningún medicamento que pueda curar esta enfermedad, pero sí hay tratamientos que pueden modificar el curso de la misma. Por eso es muy importante que – ante las primeras señales de advertencia – se consulte con un profesional para ser evaluado. “La detección temprana ayuda a evitar que la enfermedad progrese rápidamente. El diagnóstico se basa en el examen físico, estudios de resonancia magnética y pruebas en la recolección de líquido cefalorraquídeo” amplía la especialista.

¿En qué consiste un brote?

“Un brote se define por la aparición de nuevos síntomas, o la reaparición de síntomas antiguos, durante un período de 24 horas o más, en ausencia de un cambio en la fiebre o una infección”, indicó la neuróloga de DIM Centros de Salud. “Los ataques pueden durar algunas semanas y luego desaparecer. Pero las recaídas pueden empeorar progresivamente y ser más impredecibles, presentando diferentes síntomas”.

Para que los pacientes con esclerosis múltiple lleven una mejor calidad de vida, la profesional recomienda:

– Realizar ejercicio físico moderado, fundamentalmente aeróbico.

– Llevar una dieta nutritiva, sana y equilibrada.

– Beber abundante agua, fundamentalmente en verano, pero también a lo largo de todo el año.

– No fumar.

– Evitar el consumo de alcohol.

– Evitar la exposición a ambientes muy calurosos.

– Llevar una vida social adecuada a los gustos, posibilidades y horarios del paciente.

– En caso de duda, consultar a su médico neurólogo.

Con el asesoramiento de la Dra. Daniela Sosa

Especialista en neurología de DIM CENTROS DE SALUD

MN: 151795 – MP: 337838