Uruguay: una institución al ritmo de los tiempos
Dr. (HC) Jorge Abuchalja, Presidente de la UNIVERSIDAD DE LA EMPRESA, Montevideo
La Universidad de la Empresa -UDE- comenzó en 1992 como una Escuela de Negocios bajo el auspicio de la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM). En 1998 fue reconocida como casa de estudios terciarios. Hoy se expande por Uruguay en busca de brindar herramientas para el desarrollo socio-productivo del país
El Dr. Jorge Abuchalja, Presidente de la Universidad de la Empresa, UDE comenta: “En nuestra institución, su espíritu es la formación continua de profesionales de calidad, proactivos, investigadores, que contribuyan al desarrollo equitativo, sustentable, en un marco ético-laico basado en valores universales para lograr una sociedad libre, justa. Nuestros principios parten de la excelencia académica en un ambiente interno de compromiso tanto para mantener como afianzar la libertad de cátedra, velar por incorporar nuevas áreas del conocimiento, ampliar las existentes, proyectar la acción académica hacia la internacionalización.”
MF: ¿Con qué criterio iniciaron la ampliación de la propuesta académica de Ciencias empresariales a las seis facultades que los conforman? (Ciencias Agrarias, Ciencias Empresariales, Ciencias de la Educación, Ciencias Jurídicas, Ciencias de la Salud, Diseño y Comunicación, Ingeniería y una Escuela de Desarrollo Empresarial).
JA: A partir de la demanda del mercado. Nos encontramos frente a un mundo que tuvo que hacer cambios significativos en todos los sentidos, nuevos descubrimientos, avances. Con la aparición de la pandemia covid19 cambiamos la forma de socializar, dar clases, comprar, vender, del ejercicio de todas las disciplinas. No todos estaban preparados. Ante estos cambios, sumado a la automatización y virtualización de casi todos los procesos, las empresas comenzaron a demandar nuevos cargos. Generamos propuestas formativas que aseguraran a nuestros estudiantes satisfacer esas necesidades ya que fueron modificando sus expectativas. Ante tanta incertidumbre, no es fácil planificar un futuro a largo plazo. Hay que adaptarse pensando a corto plazo.
MF: UDE fue sumando sedes comenzando por Montevideo, luego en 2012 Colonia del Sacramento, 2017 Punta del Este y en el 2021 Ciudad de la Costa- Canelones. ¿Qué criterios estratégicos tuvieron en cuenta para sus localizaciones?
JA: El crecimiento territorial busca colaborar con la necesaria descentralización del sistema de educación superior,
brindar una opción que facilite el arraigo geográfico generando su desarrollo socio-productivo. La Sede de Maldonado se caracteriza por albergar a estudiantes tanto de las diferentes localidades del departamento, así como los del área de influencia. Su buena conectividad terrestre con el resto del país favorece no tener que pasar por Montevideo. Su población estable, tanto nacional como extranjera, se ha incrementado considerablemente en los últimos años, generando la necesidad de responder a esta realidad, así como el objetivo del gobierno nacional y departamental para promoverla como polo universitario.
Canelones es el segundo departamento más densamente poblado, con el 15,8% del total de habitantes del país. La Ciudad de la Costa es la más extensa y poblada, encontrándose en el “área metropolitana”, zona que -por su conexión y desarrollo- guarda estrecha relación con Montevideo. Dentro de su matriz productiva se destacan tres grandes áreas: la agropecuaria; la industrial (con especial destaque de bodegas y frigoríficos) de servicios y la turística mientras que a nivel educativo no posee ninguna oferta de carreras universitarias tanto en el ámbito público como el privado.
MF: ¿Encuentra diferencias entre los perfiles de estudiantado respecto de dónde cursan?
JA: Los estudiantes de UDE se caracterizan por buscar la excelencia. Cada sede ha sido proyectada de acuerdo a las necesidades específicas de la comunidad a la que sirve. Por ejemplo, en Colonia donde el transporte departamental no permite un traslado cómodo, se han organizado los cursos para que los estudiantes puedan concentrar su estadía e incluso dormir en el campus universitario. Mientras que, en Maldonado, donde se concentra una actividad importante de viernes a domingo, se busca que los cursos se dicten de lunes a jueves. Cada sede contempla las características de su entorno, así como la de sus habitantes.
MF: ¿Qué diferencias encuentra entre el estudiante millenials y el centennials?
JA: En las generaciones de la era digital hay diferencias importantes. Mientras los primeros tienden a ser más consumistas, a los segundos les preocupa más el medio ambiente, la sustentabilidad. Los Millennials buscan libertad para poder desarrollar su trabajo, sus proyectos. Son innovadores, cuestionan la autoridad, son expertos en la
utilización tanto de herramientas tecnológicas como de redes sociales. Su motivación es el goce, tienen incorporado el idioma como requisito para explorar el mundo, son buscadores de desafíos. Son jóvenes impacientes, tienen espíritu emprendedor y poseen más características de liderazgo que el resto de las generaciones. Para las empresas representan un gran desafío porque deben desarrollar ofertas atractivas que les brinde un balance adecuado entre el trabajo, la vida personal y los proyectos particulares.
Los Centennials que tienen entre 12 y 19 años, son realistas, no se sienten definidos por lo que poseen. No consideran a la tecnología como un elemento de consumo sino como una herramienta que les facilita el acceso a la comunicación, a la información, a la socialización, al intercambio, a la educación y al entretenimiento. Forma parte de sus vidas. Son independientes, les preocupa la sustentabilidad del planeta, la movilidad, se educan bilingües, se juegan por el equilibrio y se forman apostando a la seguridad laboral. Son más pragmáticos, tienen una consciencia responsable del consumo. Realmente son nativos digitales 100 por ciento. Todavía, no están en el mercado laboral, pero tienen amplia consciencia de la necesidad de la educación universitaria y post-universitaria para entrar al mundo del trabajo. Lo que tienen en común es la tecnología como así también las redes sociales. La diferencia es cómo las abordan. Mientras los segundos consumen lo último que les ofrece el mercado, los primeros lo hacen de un modo mucho más pragmático.
Los Centennials representan un desafío en la educación para los gobiernos, las universidades y las empresas que los van a incorporar a sus plantillas en cinco años. A los padres les preocupa mucho el aprendizaje de sus hijos porque saben que necesitan conocer más que las generaciones anteriores como idiomas, estudios en el exterior, posgrados, entre otros.
MF: ¿Qué cambios implicó en la docencia?
JA: El futuro incierto, así como el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico demandan estudiantes que, más que repetir contenidos, deben elaborar sus propias ideas desde un espíritu emprendedor.
Tenemos que enseñarles a desarrollar el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación y la colaboración. Deben estar presentes en el docente: la autonomía y la autorregulación de los alumnos. Si desea conseguir una educación personalizada e inclusiva, debe ir más allá de las cuatro paredes del salón de clase. Deberá promover el desarrollo de esos elementos en sus estudiantes. Tuvo que pasar de ser el transmisor único del conocimiento a ser el motivador para que el niño desarrolle el pensamiento crítico, la comunicación, la autonomía y la reflexión. Debe convertir el grupo en equipo para que surja la colaboración. Hay que creer en él hasta conseguir que crea en sí mismo. Si le demostramos confianza, se va consolidando su autoconfianza y capacidad de decidir. Debemos pasar de las asignaturas a las grandes preguntas, motivarlos a cuestionar no dando todo como cierto. Es la manera de ayudarlos a desarrollar un pensamiento crítico, así como el aprendizaje profundo que permanece el resto de la vida del estudiante.
MF: ¿En qué considera ha afectado la pandemia en sus estudiantes y en los docentes?
JA: Si bien la pandemia nos tomó de sorpresa porque nadie pensaba que algo así podría ocurrir, lo que sucedió fue un modo de catalizador de lo que a la larga se iba a dar antes o después. Quizás no de manera tan determinante, pero sí nos acercó a una realidad que, considero, llegó para quedarse. El impacto fue duro, pero a medida que fue transcurriendo, tanto estudiantes como docentes se han acostumbrado a esta nueva realidad. Su lado positivo es una manera de acercarnos, de no limitarnos en cuanto a la distancia, entre otros beneficios. Sin dudas, no sustituye a la presencialidad, pero ha sido una solución a un problema que nos tomó por sorpresa, pero ha sido un nuevo espacio de aprendizaje. Solo pienso en afectaciones positivas: resiliencia, compromiso, compañerismo, empatía. En Uruguay, como en el mundo, la crisis sanitaria vino acompañada por una inestabilidad económica. La UDE realizó un importante sacrificio económico para que cada estudiante pudiera continuar con sus carreras, posibilitando una estabilidad en un momento inestable. Las clases para muchos se convirtieron en un refugio, un espacio donde poder continuar habitando en un estado de normalidad, podrían ser virtuales, pero seguían siendo un espacio de encuentro con sus compañeros, docentes, en sus días y horarios.
MF: ¿Este contexto mundial, ha promovido que tomaran definiciones académicas diferentes?
JA: La oferta académica siempre va acompañada de los nuevos requisitos del mercado. En lo que sí tuvo injerencia fue en la forma de dar continuidad a las clases, de llevar adelante los programas, los que de una semana a otra migraron de la presencialidad a la virtualidad absoluta. Esta rápida toma de decisiones del equipo directivo con la actuación del grupo de informática, decanos, coordinadores y docentes permitieron el éxito en la continuidad de cada curso. La pandemia ha servido para acelerar procesos que veníamos trabajando, permitiendo fortalecer los lazos de la comunidad académica en pos de una meta común: la educación de calidad. El objetivo de cambiar el centro de atención del docente al estudiante fue fundamental en el proceso virtual de enseñanza. Permitió una reflexión sobre las practicas pedagógicas, los roles, los métodos más eficientes y eficaces puestos al servicio del estudiantado.
MF: ¿Qué proyectan para el 2022?
JA: UDE se proyecta siempre para estar a la vanguardia, buscando la mejora académica continua. No hay pandemia que lo detenga. Seguimos el camino con sólidas bases, pero atendiendo las necesidades y estando un paso adelante. Si algo nos ha enseñado este tiempo tan especial es la importancia que la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad. Otro gran aprendizaje de estos últimos años ha sido el potencial de la educación a distancia. Es un objetivo proyectar sistemas híbridos que combinen lo mejor de ambas modalidades educativas.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial