La transformación del hogar en escuela y oficina generó estrés en padres e hijos
Astrid Barrera Enriquez
La cuarentena ha cambiado todo, tanto para padres como para profesores y alumnos. La cantidad de horas online, las tareas, el home office, el confinamiento, los padres que no saben o no pueden ayudar a sus hijos, que haya menos computadoras de las necesarias, entre otros problemas, generan situaciones de estrés, angustia y depresión en todos los niveles.
Hace algunos meses era algo común pedirle ayuda a los padres para hacer la tarea, generalmente por la tarde noche, cuando todos habían vuelto a casa. Pero desde que los chicos no pueden ir a las aulas y muchos padres deben trabajar en sus casas, las cosas cambiaron…para mal. Y por el lado de los docentes, ellos tuvieron que aprender a dar clases y tareas online, algo que les costó y mucho.
“Uno de los mayores problemas que trajo el cierre de los establecimientos educativos es que los padres también se sienten evaluados cuando intentan hacer la tarea con sus hijos, y si no pueden, sienten que les están fallando. Eso genera una frustración tanto en los padres, que quieren ayudar; como en los chicos, que necesitan ayuda”, explica Astrid Barrera Enriquez, licenciada en pedagogía y fundadora y creadora de apruebalo.net y nivelalo.com, empresa digital educativa que comunica a profesores de apoyo escolar con alumnos que lo necesitan y facilita recursos digitales para la educación .
En tal sentido, observa que las consultas por clases particulares en la plataforma apruebalo.net creció exponencialmente. “Por supuesto los que más consultan son los alumnos, pero notamos un incremento notable de padres y hasta docentes que necesitan reforzar sus conocimientos para poder preparar las clases o ayudar a los hijos”. agrega Astrid, y destaca además que desde que ofrecen clases de apoyo gratuitas la demanda se incrementó un 100% en todas las materias y niveles, como así también en la búsqueda de apuntes.
¿Exceso de tareas?
Juan M. tiene 12 años, y una jornada escolar “normal” hace unos días incluyó ver un vídeo de 12 minutos de Ciencias Naturales para luego hacer un resumen y un esquema, resolver 3 problemas de Matemáticas, leer unos 50 minutos y hacer un resumen para Literatura, estudiar 3 fichas para Inglés y realizar ejercicios físicos para Gimnasia, y además toda la tarea para el otro día.
Paula Soriano, psicopedagoga, indica que «No es lo mismo hacer todo eso en el colegio, con el ambiente de clase y con los profesores presentes; que en la casa, con una pequeña tablet o compartiendo la computadora y preguntando a los padres las dudas. Es demasiado. Somos conscientes del esfuerzo que debemos hacer como padres, pero las familias no pueden asumir el papel del sistema educativo y del profesorado”.
Además, la psicopedagoga indica que “la educación es mucho más que solo el aprendizaje en el aula. Para millones de niños y jóvenes las escuelas son un salvavidas de oportunidades y un escudo. Las aulas ofrecen protección, un alivio, de la violencia, la explotación y otras circunstancias difíciles; y tenemos muchos casos de padres se ponen demasiado nerviosos, molestos y hasta agreden a los chicos porque ´no hacen bien la tarea´, algo que claramente el confinamiento agrava”, observa.
El problema en la voz de los padres
Sabrina J. va a un colegio público bilingüe. Le dan, todos los días, tareas que le llevan unas dos horas y media. Marta, su madre, explica que “se desespera, porque siente que no puede más, que llega la noche y aún no termina; y claramente no es lo mismo estar en clase, con estímulos, cambios de asignaturas y amigos que en la mesa de casa”
Más difícil aún lo tiene Carmen J, madre de 4 hijas (11, 15, 16 y 20 años) en una casa con una sola computadora: “Está siendo una tortura«, se lamenta, y agrega que «mientras no se corte el servicio de Internet, empieza la mayor, que está cursando una carrera terciaria, y se van turnando luego sus hermanas. Y de noche, me pongo a trabajar yo. Ninguna llega a cumplir sus tareas, pero no podemos hacer otra cosa y no me da el dinero para comprar otra máquina”.
Los casos se suman, y las experiencias complicadas dan cuenta de infinidad de tarea que se recibe por whatsapp o e-mail, que debe imprimirse luego y enviarse a los profesores. Astrid Barrera Enriquez observa que “hay que entender que los padres no son docentes y además muchos están trabajando en sus casas, mientras que otros han perdido el trabajo, sin ingresos, y tienen que hacer frente a estos problemas “de adultos” y a la vez intentar ayudar a sus hijos con las tareas “de alumnos. Todo eso en un ambiente de angustia generado por el confinamiento”. Barrera Enriquez destaca además que “La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que las tareas escolares en exceso son causantes de estrés y ansiedad, más aún en un contexto de encierro. Entiendo que se ha intentado mantener la actividad al máximo como un mecanismo de defensa psicológica para no venirse abajo; pero en esta necesidad de que se pueda seguir en casa con el ritmo de las clases se ha sobrepasado el límite y tal vez haya que bajar el ritmo”, opina.
Los docentes también lo sufren
Hay un punto en el cual padres y alumnos están de acuerdo: para los docentes también es tediosa la situación, y además, muchos de ellos también tienen hijos en edades escolares. Todos están haciendo un esfuerzo enorme por adaptarse a la situación: “En Apruébalo tenemos testimonios de sobra con docentes que nos consultan sobre cómo adaptar sus clases y tareas para que a los chicos les sea más leve todo”, explica Astrid.
Para más información, clases particulares, apoyo escolar y docente y material gratuito para bajar, ingresar en www.apruebalo.net
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial