Como ví a mis colegas periodistas cubriendo el G20

No puedo creer lo que escuché y ví en TV en estos días de los “periodistas especializados” sobre el G20.

Todos eran “expertos” en protocolo, incisivos críticos de los líderes mundiales, animándose con total desparpajo a dar definiciones rotundas sobre comportamientos o actitudes de los mismos.

Por ejemplo, aunque parezca frívolo -que para nada lo es ya que es una seña de identificación- hablar de los looks de las primeras damas con total desconocimiento de las tradiciones de cada país así como también de firmas que las vistieron. Por ejemplo, confundir un diseño de Gucci por uno de Ralph Lauren.

Poner el acento en las lágrimas de Macri durante la función del teatro Colón no entendiendo el por qué. Es tan difícil comprender que alguien que está dictando aumentos y medidas tan difíciles de afrontar por la población, sienta que esos mismo están vitoreando a la Argentina como grito de orgullo ante el mundo representado por esos líderes que los aplauden?

Decir ligeramente, y con cierto tono socarrón, que Lagarde ponderaba el desarrollo del encuentro como el mejor en 10 años por tener cierto “interés” en Macri me pareció una falta de respeto imposible de aceptar de un colega.

Estos medios de comunicación distan mucho de lo que siempre supe que era y es el periodismo. Informar sin dar opinión personal, ser los más estricto en el relato del hecho y así dejar que el lector forme su opinión.

Considero que el periodismo también enfrenta un “G20”. Es hora que se replantee la función del periodista de hoy: si quiere ser un “protagonista” del minuto a minuto o un profesional que informa con responsabilidad y seriedad los hechos que suceden.

Marcela Fittipaldi