“La enfermedad no tiene que ser sinónimo de quietud”
La enfermedad de Parkinson requiere de un tratamiento integral y atención personalizada. El ejercicio motor mediante el baile funciona como un buen complemento terapéutico.
(*) Asesoró, Diego Ballesteros, neurólogo especialista en Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio de Los Arcos.
Buenos Aires, abril de 2016 – La Enfermedad de Parkinson es la segunda patología neurodegenerativa más frecuente en la población. Afecta del 1 al 2 % de los mayores de 60 años y se estima que 1 de cada 100 pacientes de dicho grupo etario podría padecerla. Aunque no es frecuente, en los últimos años se evidenciaron casos en personas menores de 50 años “esto se debe, probablemente, a mejores estrategias que son claves para realizar un diagnóstico temprano para que se pueda acceder cuanto antes a un tratamiento. La atención debe ser integral y el paciente necesita mucha información y ser escuchado”, explicó Diego Ballesteros, neurólogo especialista en Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio de Los Arcos. El experto destacó que el aumento de la expectativa de vida probablemente eleve la prevalencia de la enfermedad en el futuro”, y enfatizó que “la enfermedad no tiene que ser un sinónimo de quietud”, por lo que alentó a la realización de los tratamientos médicos y señaló que bailar es un buen ejercicio para los pacientes a la hora de atenuar algunos de los síntomas.
El paciente diagnosticado de Parkinson puede comenzar a bailar para aliviar algunos síntomas de la enfermedad y la “mochila” de autoexclusión que muchos suelen cargar. Las prácticas de baile son utilizadas para dichos pacientes en distintas partes del mundo y en la Argentina, el ritmo elegido es el tango. Es que el 2×4 funciona como una terapia motora musical en pacientes con Enfermedad de Parkinson, “al combinar ejercicios de balance, estrategias cognitivas y actividad física, control muscular y postura, a la vez que se hace foco en el disfrute del movimiento con la música en lugar de pensar en las limitaciones motoras”, explicó Ballesteros.
Entre los síntomas característicos de la enfermedad se encuentran: rigidez muscular, lentitud en los movimientos, temblores de distintos tipos que pueden afectar los brazos, piernas o aparecer a nivel de la mandíbula. Muchos de los pacientes sufren alteraciones cognitivas: memoria, atención, capacidad de organización y en los últimos años han cobrado gran importancia los síntomas no motores como la alteración del olfato, la constipación, la depresión y los trastornos del sueño REM (los pacientes gritan, patean o pueden hablar dormidos), todos estos síntomas pueden preceder en años la aparición del cuadro motor y ser aún más discapacitantes.
La enfermedad de Parkinson afecta las áreas del cerebro encargadas de coordinar y controlar el tono muscular y la motricidad. Si bien las causas de la enfermedad no fueron descubiertas en su totalidad, se conoce que en el cerebro existe un área denominada Sustancia Nigra, es allí donde se produce la muerte de neuronas y una disminución en la producción del neurotransmisor dopamina, de vital importancia para el movimiento. Se han descubierto alteraciones genéticas que favorecen el desarrollo de la enfermedad de Parkinson, aunque los casos hereditarios son menos frecuentes.
El abordaje es complejo y multidisciplinario, y debe optimizarse para cada paciente en particular. Existen tratamientos farmacológicos eficaces para el manejo de los síntomas y, en algunos pacientes seleccionados, si bien no es curativa, la cirugía funcional puede ser de utilidad para controlar aquellos síntomas refractarios a los fármacos. Otras terapias como la kinesiología, la fonoaudiología o la psicoterapia pueden ser también de utilidad.
Además, según el doctor Ballesteros, “la rehabilitación mediante el tango podría tener un impacto en la calidad de vida de los pacientes con Parkinson, optimizando el equilibrio y la movilidad, y ofrecer la posibilidad de ampliar su actividad social, mejorar la autoestima y la forma de relacionarse con otros”. Al bailar tango, los individuos deben concentrarse en la coordinación motora, los movimientos de la pareja y los pasos en conjunto y requiere de movimientos rítmicos hacia delante y atrás, lo que podría ser de utilidad en la rehabilitación de los trastornos de la marcha y en la prevención de caídas. También es un ritmo que necesita de atención, memoria de trabajo y ejercita la capacidad de realizar varias tareas a la vez.
Efeméride
El 11 de abril: El Día Mundial del Parkinson se efectúa año a año desde 1997 por decisión de la Organización Mundial de la Salud en conmemoración del nacimiento de James Parkinson, médico que describió por primera vez esta enfermedad en 1817.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial