La élite busca al nuevo mayordomo
Son los ‘personal assistant executive’, el nombre con el que se define actualmente al mayordomo estilo inglés pero del siglo XXI, un servicio ligado al lujo que se ha disparado y que está convirtiendo este oficio en una profesión con mucho futuro.
Adineradas familias sobre todo de Oriente Medio, China y Rusia; hoteles de cinco estrellas, yates y mansiones de lujo… Aunque pudiera parecer que los mayordomos sólo existen en las series de televisión y en las novelas de la Inglaterra victoriana, esta profesión se ha vuelto a poner de moda.
La crisis económica, que no ha podido con el negocio del lujo, ha provocado una nueva oleada de vocaciones de servicio de alto copete, y la demanda de mayordomos de guante blanco, al estilo de la serie ‘Downtow Abbey’, se ha disparado.
Esta figura intrínsecamente británica vinculada a la alta aristocracia vivía momentos de declive hasta que una nueva clase pudiente en países emergentes la ha vuelto a reclamar como señal de distinción.
Lejos de caer en el olvido, son muchos los ricos que requieren ahora sus servicios y pocos los mayordomos debidamente entrenados, por lo que los que tienen experiencia y prestigio puede llegar a cobrar más de 150.000 euros al año.
‘Downton Abbey’ del Ibex 35
Aunque cueste creerlo, en España actualmente hay muchos mayordomos. De hecho, el 75% de las empresas del Ibex 35 aplican un protocolo y servicio en sus encuentros muy similar al de la serie ‘Downton Abbey’, por muy lejanas que nos parezcan sus formas.
Trajes impolutos, un excelente cuidado en las formas, sonrisa permanente y, sobre todo, el deseo de servir y atender las necesidades del otro parecen seguir siendo las máximas para triunfar en esta profesión, asegura Juan de Dios Orozco, consejero de la Escuela Internacional de Mayordomos de Madrid.
Un oficio con una formación amplísima y muy especializada, que no se limita a servir la mesa, sino que «dirigen personas y propiedades» y resuelven «antes de que se lo pidan» todas las necesidades de los señores de la casa, asegura Orozco, quien recibe solicitudes de todas partes del mundo para formar y proporcionar este exclusivo «personal de confianza».
Pero la profesión se ha modernizado, ahora el mayordomo es un organizador profesional, con idiomas y conocimientos informáticos, capaz de llevar adelante una casa moderna, de manejar última tecnología o servir en hogares domóticos. Y ya no es sólo un oficio de hombres.
Un oficio de hombres y mujeres invisibles
También su vestuario se ha transformado. Atrás quedaron las cofias y el frac. Impecable traje sastre con camisa blanca para ellos y falda negra, hasta cubrir las rodillas, con una ligera blusa beige para ellas son el nuevo uniforme.
Una profesión cada vez más demandada que requiere de la máxima dedicación. Para ellos no existen horarios ni la palabra imposible, por extravagante que sea la petición. Son los primeros de la casa en levantarse, los últimos en acostarse, y su máxima sigue siendo que siempre están, pero nunca se les ve.
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Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial