Marc by Marc Jacobs
Por Suzy Menkes
Estaba tan fascinada – pero no en el buen sentido – por la música estratosféricamente alta en el show de Marc by Marc Jacobs, que estaba más preocupada por mis oídos que estallaban con el sonido de mil decibeless de El Danubio Azul de Johann Strauss que con lo que las estilistas Luella Bartley y Katy Hillier habían hecho en su segunda colección.
Mis ojos habían sido torturados con bombillas relampagueantes de las estructuras piramidales en andamios, era difícil de quitar cualquier cosa de la colección excepto la ira y la energía del desfile.
«Energía» es la palabra clave. El dúo de diseñadoras ha sacudido violentamente lo que solía ser la marca comercial de Marc Jacobs. Los modelos parecidos a boy-bands caminaban con en un armario andrógino de túnicas salpicadas de puntos, negro sobre blanco, o un top desafiante enrollado para revelar un bra cielo azul con un pantalón drapeado.
NUEVO SISTEMA MUNDIAL, se leía de slogan en una T-shirt. La actitud era hiper-agresiva, pero la ropa era un tanto dulce, como en una camisa y unos shorts de color rosa fucsia o vestidos sin tirantes. Leggings de goma brillantes y bolsas circulares, con un orificio central, miraron hacia los años sesenta de la era espacial.
Foto: IN DIGITAL
No dejaba de pensar de Stanley Kubrick, no sólo porque El Danubio Azul juega en su 2001: Una odisea en el espacio, sino por su película 1971, La naranja mecánica, con su miedo, rabia juvenil, la violencia y la energía salvaje.
E incluso si lo tapaba mis oídos con una bufanda, tuve una migraña miserable por el resto del día, tengo que admitir que había algo en este desfile de Marc by Marc que obtuvo un el momento de la moda.
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Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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