Juan José Campanella: «Dios bendiga a la gente que ríe fuerte»
19/07/2014
El director argentino es homenajeado esta semana en un curso de la UIMP en Santader
Juan José Campanella (Buenos Aires, 1959) alterna sus proyectos televisivos en Estados Unidos y sus rodajes en Argentina. La UIMP y laFilmoteca de Cantabria le rinden homenaje en un curso en Santander, donde recala arrastrando las huellas de unas anginas y la derrota de la selección albiceleste en la final del Mundial de Fútbol de Brasil.
-Este curso sirve de homenaje a su obra. La mirada atrás parece obligada. ¿Qué juicio hace de su carrera?
-Parece mentira que alguien decida hacer un seminario sobre mi obra y aún más que alguien quiera asistir. Es un orgullo al tratarse de una institución como ésta. Es increíble, pero no soy de andar y mirar hacia atrás ni de analizar las cosas que hice. Hasta me cuesta decir eso de «mi obra». No soy uno de esos artistas angustiados por saber cuál va a ser mi mensaje para la posteridad.
-Un Oscar suma, ¿pero también resta?
-Sí, a mí me quitó el anonimato en Buenos Aires. Tiene sus ventajas como la de conseguir con más facilidad mesa en un restaurante, pero el resto se añora. Me gustaba estar en un café durante horas sin ser reconocido. Y también otra cosa que aún no sé valorar del todo lo que supone: el peso de la responsabilidad ante la siguiente obra.
-¿El cine sigue siendo lo mismo que cuando empezaba?
-El hambre de querer filmar cualquier cosa ya no está. Ya solo ruedo si tengo algo distinto para decir y contar. No sé si es posible pero me gustaría ser el dueño absoluto de la película.
-¿Cómo definiría Hollywood?
-Es una maquinaria muy bien engrasada donde el jefe máximo es el ejecutivo de estudio cuyo perfil normal es una persona entre 24 y 28 años que no conoce ninguna de las «cien mejores película de mi vida». Ese es mi jefe, así que imagine las ganas que tengo de trabajar allí.
-¿Qué aporta el teatro frente al cine?
-La experiencia es increíble, pues cada función es única. Cuando uno asiste a una de esas carcajadas es una cosa de locos. Dios bendiga a la gente que se ríe fuerte. La experiencia de estar con la gente en el teatro es única. He dirigido mi primera obra («Parque Lezama») como antídoto a tanta tecnología, para volver a conectarme con los actores y el texto, y la verdad es que me enamoré. En el teatro cada espectador ve una cosa, en el cine ven lo que yo quiero.
-La esencia del cine, como en todo arte, ¿radica en contar historias?
-Claro. Lo que sucede es que las historias que quiero contar no sé si son realmente las que el cine sigue queriendo. Si los que ponen el dinero las siguen buscando. En este sentido la televisión americana e inglesa están muy por delante del resto de televisiones. Han encabezado esta apuesta por una historia más para adultos. Si tuviéramos que ver «El Padrino» de nuestra época me inclino más por «Breaking Bad» que por cualquier película.
-¿Diría de que hoy la vanguardia narrativa está en las series y no en el cine?
-Absolutamente. En las series anglosajonas.
-¿Se queda con el fenómeno de «El hijo de la novia» o con capítulos de «House»?
-Sin comparación, lo primero siempre.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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