Piaget Rose Day: 3 días de elegancia y encanto
Érase una vez una rosa
Para Piaget, la rosa es el testimonio de una pasión. La pasión de Yves Piaget, y también la de aquellos diseñadores y artesanos joyeros a quienes inspira. Gracias a su talento, una centena de creaciones han florecido en la rosaleda de Piaget.
Las rosas marcaron la vida de Yves Piaget, y forman parte, desde siempre, de la historia de su Maison. Verdaderas musas, las rosas han acompañado e inspirado sus creaciones. «Para mí, las rosas evocan la infancia», «Recuerdo la emoción y los sentimientos que despertaban esas rosas salvajes llamadas mosquetas, que crecían en libertad a 1.100 metros de altitud», comenta Yves Piaget en su libro de recuerdos. Desde los años sesenta, la rosa, motivo muy cercano a su corazón, enriquece las colecciones de relojería y joyería con sus pétalos en oro engastados con diamantes. Su pasión por las rosas se confirma en 1976, cuando entra a formar parte del jurado del concurso internacional de Rosas Nuevas de Ginebra, y presenta al ganador una rosa en oro realizada por los talleres Piaget.
Su pasión por estas maravillosas flores se ve recompensada en 1982, cuando la rosa ganadora del concurso, creada por la célebre maison de horticultura Meilland, es bautizada como «rosa Yves Piaget». ¡Había nacido una leyenda!
Una rosa voluptuosa
Dotada de una forma muy particular, similar a la de una peonía, esta rosa se abre en un voluptuoso torbellino de más de 80 pétalos dentados, exhalando entre los pliegos de su manto en gradaciones de rosa y malva un perfume tan intenso como abundante es su floración.
La rosa de oro
Este homenaje a Yves Piaget es la consagración de una pasión que se remonta a su infancia: «Siempre he sido un enamorado de las rosas, me siento fascinado por el trabajo de los obtentores, cuya imaginación está a la altura de su rigurosidad.» Para reconocer el trabajo de estos creadores, Yves Piaget el joyero, imaginó una rosa tamaño natural en oro de 18 quilates, un trofeo que tuvo ocasión de entregar no menos de 30 veces a los laureados del Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Ginebra.
Una pasión embriagadora
Treinta años después, la emoción sigue intacta. “Ese día, el color de mi tez era igual al de mi rosa…”, recuerda Yves Piaget. En 1982, el homenaje del que es objeto consagra su verdadera dedicación a la reina de las flores. Una pasión tan cercana a su corazón que en 1979 le llevó a crear para el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Ginebra un trofeo que tendría ocasión de entregar no menos de 30 veces: una rosa tamaño natural en oro de 18 quilates realizada en los talleres de Piaget.
30 años de pasión
En 2012, la rosa de Yves Piaget celebra sus 30 años. Piaget festeja este aniversario de la manera más natural posible: ofreciendo a sus colecciones una floración de nuevos modelos. Desde pendientes hasta el reloj secreto engastado con 668 brillantes, el sueño sigue intacto.
El amor por las rosas
La rosa tiene su historia, y Piaget se compromete a preservarla. Al convertirse en mecenas del proyecto de renovación de la “vieja rosaleda” del Castillo de Malmaison, el relojero y joyero contribuye a devolver la vida a uno de los más hermosos testimonios de amor por las rosas.
Fuí acompañada por el artista plástico Diego Raimando y Alberto Franko, un fanático de los relojes. Nos fuimos sintiendo que pasamos una noche en la que la elegancia, el lujo y el disfrute se fundieron para celebrar el día mundial de la Rosa, flor símbolo de amor. En este caso, amor por lo que se hace.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial