El frac que reconcilió a Ralph Lauren y Calvin Klein
11/05/2014
Los diseñadores estuvieron más de 40 años enfrentados por el éxito. Esta semana, la gala del MET acabó con la rivalidad
Calvin Richard Klein y Ralph Lifschitz (posteriormente convertido en Ralph Lauren) nacieron en el mismo sitio y en la misma época. Vieron la luz en el popular barrio neoyorquino del Bronx, al norte de Manhattan. El Bronx era conocido por ser una zona dedicada a la industria y la confección y es así como estos dos jovencitos, hoy ya con 70 años cumplidos cada uno, comenzaron en el mundo de la moda.
A principios de los años 40 comenzaron a llegar al Bronx inmigrantes judíos, italianos, irlandeses y alemanes para trabajar en las obras del ferrocarril. En el entorno de la comunidad judía del Bronx, se dieron varios creadores y empresarios, principalmente Ralph Lauren, Calvin Klein y el decorador de famosos y políticos Robert Denning. Ralph y Calvin vivieron paralelamente en muchos sentidos: para empezar, no acabaron sus estudios superiores, porque ambos estaban ansiosos por comenzar a trabajar en el mundo textil. Empezaron a venderle piezas a amigos y compañeros de clase. Sus familias, sin grandes posibles, les permitieron –no obstante– vivir cómodamente y dedicarse a un sector de su elección.
45 años de «pique»
Ralph comenzó vendiendo en Brooks Brothers –que por cierto abrió en Madrid antes de Navidad– donde aprendió a copiar el estilo clásico americano y los famosos polos que luego le llevaron al estrellato. Más tarde, se hizo vendedor de una marca de corbatas, de las que acabó creando una colección propia que vendía de modo ambulante a tiendas de Nueva York. Hasta que los grandes almacenes Neiman Marcus le hicieron el primer gran pedido de varios cientos de unidades. Calvin, por su parte, comenzó en la sastrería de Dan Millstein trabajando durante cinco años para otras tiendas de la ciudad.
Ralph abrió su primera tienda en 1967 con la ayuda financiera del fabricante Norman Hilton; Calvin se independizó y abrió su propio negocio en 1968, amparado por su amigo del colegio, Barry Schwartz. Ralph enseguida destacó por sus polos y corbatas mientras que Calvin,«protegido» por el sofisticado e influyente Barón de Gunzburg,saltó a la fama por su línea de vaqueros y pantalones para hombre. En esta época, los dos jóvenes del Bronx, Calvin y Ralph, ya se cruzaban por los pasillos de los más importantes grandes almacenes de Nueva York, compitiendo por vender ropa y accesorios. El pique entre ambos –por lo tanto– comenzó hace nada menos que 45 años.
Ambos tenían grandes ínfulas y deseaban llegar a ser famosos y millonarios, algo casi imprescindible para acabar siéndolo. Y tal cual lo escribió Ralph Lauren en su orla del colegio. Ya en los 70, ambos ampliaron sus colecciones de hombre a líneas de mujer. Ralph se hizo famoso mundialmente creando el vestuario de Diane Keaton en «Annie Hall» y el de los personajes masculinos de «El Gran Gatsby». Calvin Klein, se hizo universal con la campaña publicitaria con una casi infantil Brooke Shields enfundada en vaqueros y semi-desnuda.
Más adelante, Calvin y Ralph extendieron su negocio hacia los rentables accesorios. Ralph además, comenzó con la decoración. Ambos registraron sus marcas. Ralph, su Polo Ralph Lauren, vendiendo sobre todo su mágica prenda de algodón con cuello, tres botones y caballito. Calvin, ampliando la colección a ropa de mujer y firmando una ropa interior que le llevó al éxito. El resto es historia: perfumes, tiendas, colaboraciones y decenas de premios para ambos.
Y ambos contendientes en la lucha por un mercado cada vez más reñido, han salido bien parados hasta ahora: Calvin Klein con líneasmás juveniles y minimalistas y Ralph Lauren con un imperio sofisticado que abarca varias edades de un estilo preppy deluxe.
Reconciliación entre telas
Pero han enterrado el hacha de guerra con motivo de la gala del Metropolitan Museum del lunes pasado. Ralph Lauren ha contado personalmente a la prensa una anécdota que no tiene desperdicio: un Calvin Klein reacio a usar frac en la gala de la noche del día 5 de mayo,llamó desesperado a Ralph el jueves día 1, festivo antes de puente para más inri. Según cuenta Ralph, Klein le dijo por teléfono a las 8 de la mañana: «Ralph, necesito ayuda. No pensé llevar frac y a estas alturas ya no sé que hacer». Lauren, emocionado teniendo en cuenta la trayectoria algo torcida de la relación entre ambos, le dijo: «Déjame ver si yo te puedo hacer uno». Y abrió sus talleres durante el fin de semana para ayudar a un feliz Calvin Klein.
El día de autos, ya lunes 5, horas antes de la gala, se procedió a inaugurar el Centro de Moda Anna Wintour en el Metropolitan. Asistieron los invitados de la noche y cortó la cinta Michelle Obama. Y allí, delante de todos, vimos a un agradecido Calvin Klein abrazando a su entrañable y generoso rival, «mago creador» de su frac de esa misma noche. Un momento emotivo entre dos grandullones de la moda.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial