Dimore Studio. Los príncipes de la decoración
29/03/2014
Este dúo de diseñadores afincados en Milán son los nuevos gurús del interiorismo. Su estilo: el eclecticismo dramático. Su clave: ¡prohibido el blanco! Pero hay más..
Estamos trabajando en muchos proyectos. En los últimos meses se han cuadruplicado, tanto en espacios públicos como privados. Entre otras cosas, actualmente estamos con un hotel en México, showrooms en Milán, Nueva York o Copenhague, tiendas en París, Londres… y diversas residencias privadas alrededor del mundo», comenta el diseñador italiano Emiliano Salci, el cincuenta por ciento de Dimore Studio. Junto al estadounidense Britt Moran, acaba de recibir el premio al creador del año en la feria Maison & Objet. Y no paran.
En apenas una década se han convertido en la firma más demandada por las casas de lujo Hermès, Bottega Veneta, los hosteleros, los gurús de las tendencias Ian Schrager, Thierry Costes y los particulares de cartera abultada. Están por todas partes. Encontramos perfiles suyos en The New York Times o en la revista Vogue en la auténtica, la de la Wintour. Para unos son los reyes del vintage; para otros, los maestros de lo teatral. «Un cliente nos dijo una vez que nosotros creamos sueños, mundos bajo pedido. Esto es lo que define nuestro trabajo. En mi opinión, porque el cliente (ya sea un hotel, un restaurante…) quiere que creemos un lugar en el que pueda hacer soñar a su propio público», explica Moran.
Enric Pastor, subdirector de la biblia del vintage, la revista AD, los conoce muy bien. Ha publicado muchos de sus proyectos y las navidades pasadas visitó el palazzo del siglo XVIII donde tienen su estudio y residencia, en Milán, para un reportaje especial. «Armarios de sacristía decimonónicos con la silla Superleggera de Gio Ponti, biombos chinos de los años veinte enmarcados en plexiglás y apliques metálicos de Mouille, el pop de Verner Panton y el gustaviano clásico… Todo en un mismo espacionos cuenta. Los extremos decorativos se tocan. Sin duda, su propuesta es la voz más clara y personal de este principio de siglo».
¿Cuál es la clave de su éxito? Han creado un estilo fácilmente reconocible, al modo de grandes maestros como Phillippe Starck o Renzo Mongiardino. Todo empieza con la elección de una rica paleta de colores donde abundan las gamas fuertes y oscuras que dan a los ambientes una gran teatralidad. En su espacio, el blanco está prohibido. «Siempre tenemos que decir a los clientes italianos: ¡Confiad en nosotros! Podemos pintarlo de blanco si no os gusta», confiesa el dúo. Apuestan por una soberbia mezcla de estilos donde se yuxtaponen diferentes periodos históricos. Combinan elementos anónimos con grandes iconos del diseño del siglo XX. «Nos encanta la pátina de las cosas con cierto tiempo, pero también nos gusta alterarlas ligeramente». Todo para evitar la nostalgia de tiempos pasados, aunque en sus interiores nos podemos imaginar a los personajes de Antonioni o Fellini paseando por sus estancias.
¿Cómo lo consiguen? Incorporando obras de arte o mobiliario contemporáneo. La prensa, muy dada a etiquetar, ha denominado su estilo como eclecticismo dramático. Se conocieron en 2003 trabajando en el proyecto de un hotel en Singapur. Ambos estrenaban la treintena y el flechazo fue al instante. Socios, compañeros… Ahora viven uno enfrente del otro en el piso principal de un palacio dieciochesco de Brera, el histórico y bohemio barrio de la capital de la moda italiana. Emiliano, toscano de nacimiento y milanés de adopción, es un seguidor de Carlo Scarpa y Gio Ponti; Britt, nacido en Carolina del Norte, se decanta por Mies Van der Rohe y James Turrel. Y el estilo de este dúo tiene algo de ambos mundos: de las filigranas y el gusto por los detalles de los primeros y del menos es más de los segundos.
«Escogimos Milán porque es la capital del diseño y la arquitectura, pero también porque es una ciudad muy sofisticada y con muchísima cultura. Aquí, el lujo es discreto. Lo vas descubriendo poco a poco, como nuestro trabajo, que no es evidente desde un primer momento». Reconocen que son coleccionistas empedernidos. «Al principio comencé acumulando, pero ahora trato de encajar una pieza con otra para conseguir comunicarlas», afirma Salci.
Las claves de su estilo
-El color es el carácter. Olvídese del blanco y de los matices claros. Viaje a los interiores y lienzos barrocos en busca de inspiración. Combine un tono frío con uno más cálido e incorpore algún detalle neutro para matizar. Cree combinaciones inesperadas: rosa pálido y burdeos, azul cielo y rojo, amarillo y gris antracita.
-El terciopelo y el mármol. Son dos grandes aliados. No olvide poner algo de oro (latón) y plata (acero).
-Combinar muebles de clásicos con piezas de los maestros del diseño del siglo XX. Apueste por piezas de Eileen Gray, Gio Ponti, Carlo Scarpa, Eero Saarinen… No olvide un toque oriental y alguna obra de arte contemporáneo.
-Las lámparas no son para iluminar. O sí, pero también son verdaderas esculturas en el aire. Entre sus preferidas, las piezas móviles del diseñador francés Serge Mouille, la Madreperla de Verner Panton o móviles gigantes con globos firmados por ellos o de Apparatus o Lindsey Adelman.
-Resaltar en blanco tiza las jambas de ventanas y puertas. En una habitación desnuda sale muy económico resaltar estos elementos con unas simples molduras de madera o DM. En casas de reciente construcción, inspírese en los ornamentos más sencillos de los años cuarenta y cincuenta.
-Cuando esté bloqueado, visite o googlee Villa Necchi Campiglio de Piero Portaluppi en Milán, fuente de inspiración del dúo milanés.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial