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Falsa alarma

Terry Hutt, el jubilado de 78 años que lleva nueve días esperando la llegada del bebé de la Duquesa de Cambridge frente al hospital St. Mary de Londres, se resignó a pasar un noche más durmiendo en el duro banco que es ya como su segunda casa.«Nos dijeron que estaba ya en camino, pero al final fue una falsa alarma», reconoció el ilustre vecino de Cambridge. «Han sido ya tres desde que llevo aquí, aunque estoy convencido de que queda ya poco. A la cuarta será la vencida… Y será niña».Terry Hutt, también conocido como el ‘hombre de la Union Jack’ («llevo la bandera hasta en los calzoncillos»), lleva siguiendo a la familia real desde que se cruzó casualmente con la Reina Madre y su hija Isabel en 1940. «Estuve en la coronación, estuve en la boda de Guillermo y Catalina y por supuesto no me voy a perder esto. Aquí me quedo de guardia. Varias televisiones me han prometido una recompensa si les aviso a tiempo. Así que dormiré una vez más con un ojo abierto».Hutt se dejó engañar, como tantos otros, por el revuelo creado a partir de una sucesión de informaciones nunca confirmadas en la web. Que si Catalina ha sido recogida de la casa de sus padres en helicóptero. Que no, que ha sido en coche. Que si los guardias de seguridad han abandonado la casa familiar de los Middleton en Buckleburry. Que si la pareja está ya en el palacio de Kensington, o camino del hospital, o dentro incluso de la privadísima maternidad del ala Lindo, donde nadie los ha visto llegar.El desconcertante silencio oficial -ni siquiera se puede saber dónde está Catalina, ni qué día salía exactamente de cuentas- contribuyó aún más al desconcierto y a la impaciencia, que como es sabido afecta también ya a la reina Isabel: «Me da igual que sea niño o niña, el caso es que venga ya porque tengo que irme de vacaciones».Y encima, este bochorno instalado desde hace diez días en Londres, que parece que el calor haya alterado definitivamente a los británicos, que desean que el niño o la niña venga con la aliviante lluvia bajo el brazo.La ausencia precipitada de la Reina de un acto público contribuyó a crear el tam-tam de que el parto era inminente. Pero la calma volvió al sombrío callejón en los entresijos del hospital St. Mary, donde las televisiones se ha repartido hasta 160 ‘microparcelas’ en el improvisado plató con vistas a la llegada del coche oficial o la ambulancia en la que se espera llegue la Duquesa de Cambridge, si es que llega…La falsa alarma se desató también tras la llegada precipitada de los bomberos a la casa familiar de los Middleton. Según el ‘Daily Mail’, la intervención de los bomberos poco o nada tenía que ver con el parto, sino más bien con la peripecias del perro de Catalina, un spaniel llamado Lupo, que metió la cabeza entre las barras metálicas de una cancela y se quedó atrapado.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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