Doctorado en Gin tonic
07/07/2013
Dice el refranero que Cada maestrillo tiene su librillo y en el mundo del gin-tonic la afirmación no podría ser más acertada. Si a las 350 referencias de ginebra que aproximadamente hay en España le añadimos los cientos de ‘perfect serve’ ideados para degustarlas y una amplia variedad de tónicas las combinaciones resultan infinitas. Precisamente por ello y tras un período de investigación y cata, las periodistas gastronómicas Ana Lorente y Sara Cucala han reunido en una sola guía toda su sabiduría acerca del combinado de moda.El origen de esta bebida, anécdotas, curiosidades, un completo bazar, los mejores lugares para degustarlo… Con ‘El Gran Libro del Gin Tonic’ -Axel Springer, precio 5,95 euros- las autoras pretenden convertir a cualquier amante de la ginebra en un auténtico experto en la materia. «Para nosotras era importante transmitir que el gin-tonic es un trago excelente, fresco y elegante pero que, como todo, hay que consumirlo con coherencia», explica Sara Cucala, una de las socias de A Punto que, entre otros medios, ha pasado por El Mundo.En la portada del manual, del que ya han salido 30.000 ejemplares, aparece una refinada copa de balón a la que no le falta aderezo. Las autoras no han pasado por alto el eterno debate entre el gin-tonic de vanguardia y el de toda la vida. «Si vamos a la última página, veremos un código bidi que nos lleva a un fantástico monólogo de Leo Harlem sobre el gin-tonic donde pronuncia la gloriosa frase: ‘¿Me puede dar un cuchillo y tenedor para comerme el gin-tonic?’. Pues eso, no hay nada más delicioso que lo sencillo», opinan.Eso sí, ambas tienen sus preferencias muy claras. «En copa de balón o vaso de sidra, con buen y abundante hielo, una excelente ginebra, una tónica con alegre burbuja y un ‘twist’ de cáscara de limón sin la parte blanca, que le daría amargor», aclaran. Sobre si existe o no el ‘gin-tonic’ perfecto, las periodistas no son tan rotundas: «Es sencillamente aquel que, una vez conocidas las ginebras y las tónicas, a uno le apetece disfrutar». Pero si tuvieran que dar una única recomendación se centrarían en el hielo. «La ginebra está llena de matices que la hacen totalmente autónoma de complementos. A la tónica le pasa algo parecido. En cambio, sin un buen bloque de hielo, que se deshaga con calma, con la misma calma que se bebe un gin-tonic, no habría trago de moda«.
Y el vodka, ¿seguirá los pasos de la ginebra? «Antes de que triunfara el gin-tonic, era el amo de las barras», asegura Cucala. «Es un destilado tan completo y tan repleto de matices que invita a ser bebido bien frío y en vaso corto, sin nada más», añade.
Por el momento, y pese a la multiplicación de la oferta, parece que el vodka-tonic no amenaza el reinado del gin-tonic. «Ramón Parra, que ha sido nuestro maestro coctelero en este proyecto, nos contaba que en los concursos internacionales de coctelería los mejores del mundo tienen sus ojos puestos en España por la manera de tratar la ginebra en este combinado», cuentan.
Según este libro-revista de bolsillo, en España y, concretamente, el País Vasco se preparan muy buenos gin-tonics: «Eso es lo que nos ha convertido en un país modelo en este arte».
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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