Adiós Jacques Polge. Hola, Olivier Polge

Jacques Polge se retira. Quizás mucha gente no conozca a Polge pero esas mismas personas puede que le hayan abierto la puerta de su casa. Este perfumista lleva décadas creando los perfumes de Chanel; sí, esos perfumes que hemos comprado/regalado/usado son idea suya. Ahora ha decidido que ya es hora de dejar de hacer feliz a la gente. Que ya lleva muchos años haciéndolo. La sucesión ha sido fácil: será su hijo Olivier, también perfumista, el que se encargue de crear las nuevas fragancias.

Conocí a este señor en un palazzo de Venecia hace un año. Fue uno de esos momentos en los que das las gracias a no se quién por colocarte en determinadas situaciones. Se presentaba su último perfume, Coco Noir. Y allí estaba él, exquisito pero no relamido, cordial y destilando ese je ne sais quoi que tienen pocos y que muchos intentan. Hablaba con sencillez: “Uno encuentra en el perfume lo que quiere”, “Lo más difícil del proceso de creación de una fragancia es hablar de ella”, “La mujer es libre de ser infiel y de buscar su propio perfume”, “El perfume es como la música, no se parece a nada”. Cuando Polge cita a Proust, es porque ha leído a Proust.

Jacques Polge lleva trabajando para Chanel desde 1978. Desde entonces ha tenido tiempo de crear totems como Antaeus, Coco, Allure, Egoiste, Coco Mademoiselle o los maravillosos Les Exclusifs, entre otros. Junto a él ha trabajado años el Director de Investigación y Desarrollo, Christopher Sheldrake, otro personaje al que una da las gracias por conocer.

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De Olivier Polge sabemos muy poco, menos aún que de su padre. Nació en Grasse (Francia), algo que marca carácter, y es un perfumista muy prolífico: ha creado fragancias para Dior, Dolce&Gabanna, Ferragamo, Jil Sander, Kenzo, Bulgari, Cacharel… entre muchos otros. Algunos de sus últimos trabajos son Florabotanica para Balenciaga o Spicebomb para Viktor&Rolf. En este caso el nepotismo tiene todo el sentido. Daría mucho por saber qué tienen los dos señores Polge en su cuarto de baño.