Terry de Havilland: «Louboutin cree que la mujer debe sufrir»

Innovador y rompedor, la apuesta por el color, la comodidad y nuevas técnicas de practicidad son parte de su sello. De ahí que no entienda trabajos como el de su colega de profesión Christian Louboutin: «Él cree que la mujer debe sufrir con unos zapatos y eso no es así, es una mala actitud», apunta Terry de Havilland, tratando de recalcar que es de los que tienen los pies en la tierra: «No hago arte, simplemente creo zapatos«, dice. Precisamente ésta es la máxima que ha tratado de inculcar a discípulos suyos como Jimmy Choo, alumno suyo en la Universidad de Artes de Londres, donde está considerado una auténtica eminencia. El por qué está claro: «Siempre he creado zapatos fetiche, inusuales, y eso gusta», confiesa Terry.

Tanto gustan que, según confesó el inglés en una entrevista, hasta la propia Miuccia Prada copió uno de sus diseños hace unos años. Al parecer, la italiana se «inspiró» en sus colecciones, y después de un largo proceso legal, llegaron a un acuerdo mediante el cual ella se encargaría de redecorar la casa que los Havilland tienen al norte de Londres. Lo que comenzó como un gran palo para el diseñador, terminó por dejarle un buen sabor de boca con un hogar de revista, y una genial campaña de marketing que lanzó de nuevo su nombre a lo más alto. Pero si hubo alguien que consiguió que el inglés apareciera en los principales medios del sector esa es Kate Moss. Porque aunque Terry siempre contó con una gran plataforma de admiradores, fue la top entre las top la que más promoción hizo de sus creaciones por todas las editoriales de moda. De hecho, unas altísimas plataformas rojas brillantes con la inscripción «Fuck me, fuck you» fueron el comentado regalo de boda del diseñador a su amiga, cuya imagen dio la vuelta al mundo. Y no solo para mujer, su idea es volver sus orígenes, a la década de los 70 en la que empezó creando los famosos creepers para hombres: «Puede que empiece una linea masculina como la que ahora hago solo para mí y algunos amigos», explica. Unos diseños que quizá también traslade al público femenino para tratar de seguir abriendo mercado. Porque aunque es de los que piensan que no todos los zapatos quedan bien a todo el mundo, tiene muy claro lo que quiere: «Toda mujer debería tener unos Terry de Havilland en su armario«, sentencia entre risas.