Seth MacFarlane y los Oscar, nunca más

En la cadena ABC se empezaron a frotar las manos en cuanto vieron crecer casi un 20 por ciento los índices de audiencia delos Oscar, indiferentes al arreciar crítico de las más conservadoras, insultadas de una forma u otra por los chistes subidos de tono de Seth MacFarlane. El caso es que el negocio parece haberse venido abajo a las primeras de cambio porque el brillante comediante, actor y director ya ha dicho que hasta aquí le ha llegado la fiebre con los Oscar.

No se sabe si por la crítica o por la presión que implica presentar una ceremonia semejante, pero el caso es que el responsable de‘Family Guy’ confirmó a través de Twitter que ‘de ninguna manera. Mucha diversión por haberlo hecho, sin embargo’.

Y eso que hizo autocrítica desde el primer momento con William Shatner en su habitual papel de ‘Star Trek’, burlándose de las cualidades como presentador de MacFarlane. No gustaron, sin embargo, sus presuntos chistes antisemitas en boca del osito ‘Ted’, —la película que el mismo MacFarlane se encargó de dirigir— acompañado por su compañero de reparto en la película, Mark Whalberg.

De acuerdo con comentaristas consultados por la cadena Fox, sus bromas resultaron «sexistas, ofensivas y un terrible ejemplo para los niños pequeños viendo el espectáculo», con un «monólogo de apertura inapropiado para la etiqueta de la Academia de Hollywood».

Sin embargo, esa irreverencia tan molesta para algunos analistas resultó ser todo un fenómeno en las redes sociales, atrayendo el interés de la gente joven hacia unos premios que rara vez consiguen retener al personal juvenil frente al televisor durante las tres horas que dura la retransmisión, y eso sin contar la previa de la alfombra roja.

Ahora la Academia deberá darse a la tarea de encontrar de nuevo alguien que quiera enfrentarse a semejante ocasión, con una aparente lista de candidatos pero sin nadie firme que pueda marcar una época. MacFarlane, como el británico Ricky Gervais en los Globos de Oro, parecía el candidato perfecto pero al final se ha quedado en un espejismo temporal.