Anna Wintour resucita a John Galliano
02/02/2013
- Durante dos años, el diseñador gibraltareño John Galliano ha estado apartado del mundo de la moda, condenado por sus declaraciones antisemitas y en rehabilitación de su alcoholismo. Ahora regresa gracias a su ángel de la guarda: Anna Wintour.
Todo el mundo daba por seguro que Galliano nunca volvería al mundo de la moda. Sin embargo, cuando en esa industria cuentas con el apoyo de la editora de Vogue América, nada es imposible.Durante estos dos años que el diseñador ha permanecido en un silencio culpable, sometido a un largo tratamiento para combatir el alcoholismo y la adicción a los somníferos, Anna Wintour ha seguido a su lado, impertérrita ante las críticas que llegaban tras el escándalo de sus manifestaciones antisemitas.
Y a ella debe más que a nadie que ahora Oscar de la Renta le haya cedido su estudio de diseño en Manhattan para que trabaje durante tres semanas en la colección que el dominicano presentará en la Semana de la Moda de Nueva York -del 7 al 14 de febrero-.
«Todo el mundo se merece una segunda oportunidad en la vida, especialmente alguien tan brillante como John», afirmaba De la Renta cuando dio a conocer la noticia, el pasado día 18, en la publicación Women Wear Daily (WWD). La respuesta de Galliano estaba en esas mismas páginas: «Estoy agradecido a Oscar más de lo que puedo expresar por invitarme a pasar un tiempo con él en el ambiente familiar de un estudio de diseño. Su apoyo y su fe en mí son una cura de humildad». Wintour ha orquestado con enorme habilidad mediática esta reaparición sorpresa.
“Amo a Hitler”
De hecho, la ha preparado desde poco después de que la reputación de su amigo se hiciera pedazos en aquel café de París, en febrero de 2011, cuando a voz en grito se dirigió a una mujer que ni siquiera era judía: «Amo a Hitler… Todos vosotros deberíais estar muertos. Vuestras madres, vuestras familias… A todos os tendrían que gasear».
Un equipo de abogados hábiles podría haber sorteado la denuncia si en paralelo el diario ‘The Sun’ no hubiera publicado un vídeo en el que reconocía su admiración por Hitler. Había ido demasiado lejos. Ni su evidente estado de embriaguez podía justificarlo. La casa Dior le despidió pocos días después, tras 15 años como director creativo. La justicia le condenó a pagar una multa de 6.000 euros y le fue retirada la Legión de Honor que Nicolas Sarkozy le concedió en 2009. Para casi todos se convirtió en un paria, la perfecta metáfora del divo provocador al que se le había acabado el crédito.
Pero su ángel de la guarda seguía con él. De hecho, nunca le ha abandonado desde que se conocieron al inicio de los 90. Wintour ama el talento del diseñador y eso es un vínculo indestructible para el diablo todopoderoso de la moda. En 1995 convenció a Bernard Arnault, propietario del lujoso conglomerado LVMH, para colocarlo al frente de Givenchy.
Año y medio después volvió a promoverle, dentro de LVMH, a la dirección creativa de Dior en sustitución de Gianfranco Ferré. Ella lo creó y ella ha cuidado de él. Acababa de iniciar su rehabilitación cuando se supo que Galliano diseñaría el vestido de novia de Kate Moss.
Wintour, íntima de la modelo, ya planificaba su regreso cuando ni siquiera se había ido. El otro paso estratégico fue nombrar a Bill Gaytten como director de la marca John Galliano en lugar del titular, que ha seguido siempre en la sombra creativa. Continuar rodeado de patrones también ha sido parte de su terapia.
Quedaba por rehacer su imagen pública y eso no era posible sin antes realizar un acto de contrición creíble. Contactó con varias organizaciones judías, con los miembros de su equipo que también lo eran y con la Liga Antidifamación (ADL), una fundación americana de gran influencia que combate el antisemitismo y que se había mostrado muy beligerante contra él. A todos transmitió su arrepentimiento.
Abraham H. Foxman, director de ADL, declaraba en el artículo publicado hace unos días en WWD: «Galliano se ha esforzado enormemente en cambiar su visión del mundo y ha dedicado tiempo a leer, investigar y aprender sobre los demonios del antisemitismo y la intolerancia. Ha aceptado la completa responsabilidad por sus anteriores declaraciones y entiende que esta clase de comentarios dañinos no tienen cabida en nuestra sociedad».
Solo quedaba el testimonio final del protagonista, que acompañó al artículo de WWD: «Soy un alcohólico. He estado en rehabilitación los últimos dos años. Antes de volver a estar sobrio, descendí a la locura de la enfermedad. Dije e hice cosas que hirieron a otros, especialmente a miembros de la comunidad judía. He expresado mi pesar en privado y en público por el daño que he causado y voy a continuar haciéndolo. Estoy decidido a resarcir a todos los que haya herido». Recuperación física, rehabilitación moral y vuelta al trabajo de la mano de su querido De la Renta.
La vuelta a la moda
Wintour ha tenido éxito en su plan, que ahora refuerza con las reacciones periodísticas: «Oscar de la Renta es el rey del estilo más exquisito y John Galliano el príncipe del ‘glamour’ romántico. Será una unión mágica -afirmó Alexandra Shulman, editora del British Vogue-. Estoy encantada de que regrese».
Aunque todavía el modisto gibraltareño (52 años) debe demostrar que ha vuelto para quedarse, libre de adicciones y con el talento intacto. Si es así, su ángel de la guarda buscará para él un lugar adecuado donde convertirse de nuevo en un divo. Algunos especulan con que tomará el relevo de De la Renta (80 años), algo que este ha negado. Pero nada es imposible si Wintour lo desea.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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