Trastornos de la conducta alimentaria: cuáles son las principales señales para reconocerlos
Los trastornos de la conducta alimentaria son condiciones de salud mental que afectan la relación de una persona con la comida, el cuerpo y el peso. Con motivo del Día Internacional de lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, desde Fleni brindan tips para su reconocimiento temprano.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son condiciones de salud mental graves que inciden en el vínculo que establece una persona con la comida, el cuerpo y el peso y muchas veces no son visibles. Son trastornos que pueden afectar a individuos de todas las edades, género, contexto cultural y se caracterizan por presentar patrones de alimentación persistentes y pensamientos disfuncionales que pueden afectar a nivel físico y psicológico.
Si bien los TCA pueden comenzar a cualquier edad, lo más frecuente es su inicio en la adolescencia y adultez joven. Entre los TCA más comunes se ubica la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón como también por evitación o restricción de alimentos. El Dr. Sebastián Soneira, Jefe de la Sección de Trastornos Alimentarios y Psiquiatría Nutricional del Servicio de Psiquiatría de Fleni explica que también existen otros cuadros que no se ajustan en estas categorías, pero generan un significativo malestar general. Aunque una persona no cumpla con todos los criterios diagnósticos, aún puede presentar comportamientos alimentarios desordenados que requieren atención.
Los TCA no se limitan a conductas alimentarias inusuales, sino que suelen coexistir con ansiedad, depresión, trauma previo u otras dificultades emocionales. Es importante reconocer que los TCA pueden generar complicaciones médicas graves que involucran el corazón, los huesos, el sistema digestivo y otras funciones vitales.
“El abordaje de estos trastornos es interdisciplinario e incluye el apoyo médico, psicológico y nutricional, porque la recuperación no sólo implica cambios en la alimentación, sino que implica el trabajo sobre la percepción corporal, la regulación emocional y las creencias relacionadas con el peso y el valor personal” explicó el Dr. Soneira.
Señales de alarma
La detección temprana de estos trastornos es fundamental para mejorar la recuperación. Aquí, algunas señales de alerta para tener en cuenta por parte del entorno de la persona: la familia, amigos, docentes, pares:
- Cambios en la alimentación: cuando la persona evita comidas o cierto tipo de alimentos; hay un ritual en la forma de comer (ya sea con cortes muy específicos o tiempos prolongados). Otras señales son cuando la persona come en secreto o desaparece después de las comidas; presenta episodios de atracones o purgas.
- Cambios físicos: la persona presenta pérdida o fluctuación notable del peso; presenta mareos, fatiga, intolerancia al frío; la piel y el cabello está seco, hay debilitamiento de uñas. También puede presentar irregularidades menstruales o problemas gastrointestinales.
- Cambios emocionales y conductuales: la persona muestra una preocupación excesiva por el peso, las calorías o el ejercicio físico; hace comentarios negativos sobre el propio cuerpo y se muestra irritable, se queda asilada y hay pérdida de interés social. Se niega el problema o hay resistencia a recibir ayuda.
- Señales en el contexto escolar o social: la persona evita comer junto a otros; muestra un estrés significativo en actividades que implican comida y hay una disminución del rendimiento escolar o la concentración.
“Es importante divulgar estas señales para poder reconocerlas y actuar con empatía, sin juzgar, criticar o presionar a la persona. Porque de esta forma se facilitará que la persona reciba ayuda profesional de forma temprana”, sostuvo el Dr. Soneira.
Si bien los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades complejas y multifactoriales, su recuperación es posible, en especial cuando se interviene a tiempo y con un abordaje integral que reúne el apoyo médico, psicológico y nutricional.
Acerca de Fleni
Fleni es una entidad de bien público dedicada a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades neurológicas tanto en niños como en adolescentes y adultos. Cumple sus objetivos procurando utilizar las técnicas más avanzadas de organización y equipamiento en cada una de las etapas de detección, asistencia e investigación. Además, fomenta la difusión de conocimientos médicos a través de la adjudicación de becas y subsidios, y organización de seminarios y reuniones tanto en el país como en el exterior.
El Hospital de Agudos de Neurología y Neurocirugía que conforma la Sede Belgrano cuenta con 19.000 m2 cubiertos y un total de 870 empleados, y la Sede Escobar con 21.000 m2 y 430 recursos humanos.
Para más información: www.fleni.org.ar
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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