La joyería argentina Rubi Rubi planea un 2025 de expansión y mayor presencia internacional

“Es siempre proyecto de nuestra empresa desembarcar con nuevos puntos de venta, por lo que estamos en constante estudio de opciones tanto en América como en Europa para seguir instalando la marca”, afirma Edith Miroznik, directora ejecutiva y diseñadora de Rubi Rubi, en una reciente entrevista con la edición argentina de la revista Forbes.

La historia de Rubi Rubi está profundamente vinculada con la tradición orfebre de la familia Miroznik. Edith creció rodeada de metales y piedras preciosas en el taller de su padre José, un joyero orfebre que abrió su propio taller en Buenos Aires en 1945, tras emigrar desde Europa en 1915.

Hoy, la empresa está en manos de la cuarta y quinta generación de la familia, con un equipo directivo conformado por expertos y profesionales que garantizan la continuidad de su legado.

Miroznik asegura que el éxito de la marca radica en su diseño exclusivo, la alta calidad y la vasta experiencia de sus orfebres. El proceso de fabricación de una pieza de Rubi Rubi comienza con el diseño, inspirado por formas, colores y la belleza de las gemas.

Con una facturación que alcanza los 1100 millones de pesos (aproximadamente un millón de dólares), Rubi Rubi apuesta a un 2025 de crecimiento sostenido y consolidación en mercados internacionales.

Fuente FashionNetwork