S.O.S ¡Quiero ser feliz!
Pasos para alcanzar la verdadera felicidad
Basados en una antigua tradición de la cultura tolteca (que se dio en el México prehispánico) estas recomendaciones de vida nos serán muy útiles en el recorrido hacia la fuente de la verdadera felicidad y nos servirán especialmente cuando la vida nos someta a pruebas difíciles.
-Sé impecable con tus palabras. Una de las fuerzas de creación y destrucción más potentes con que cuenta el ser humano es la palabra. Una persona que siempre está quejándose o criticando, seguro que tiene un destino diferente que quien siempre utiliza palabras radiantes, colmadas de gratitud y amabilidad. Para que las fuerzas del universo, por ley de correspondencia, atraigan hacía ti una felicidad permanente debes cuidar tus palabras. Utilízalas para alabar las buenas cualidades en otras personas, para proyectar lo positivo en tu vida y en la de los demás, para bendecir la tierra, para invocar la paz, etc.
-Implícate en la vida lo máximo que puedas. Todo lo que nos rodea espera nuestra intervención, nuestra cercanía o, simplemente, que reparemos en ello. Para obtener resultados de cualquier actividad que emprendamos en la vida (estudios, trabajo, relaciones, etc.) debemos actuar. Las cosas buenas de la vida no suelen venir a buscarnos a casa. Debemos generar las oportunidades emprendiendo una y otra vez acciones, moviéndonos, implicándonos en lo que nos rodea… Aunque los resultados no sean los esperados, nos quedará la satisfacción del deber cumplido.
-No te tomes nada personalmente. Los toltecas decían: “Nada de lo que los demás hacen es por ti, lo hacen por ellos mismos”. Y así es, sin embargo, le damos demasiada importancia a lo que los demás piensen o digan de nosotros y esa identificación con los demás, es la fuente de infelicidad más común. Vamos a poner un ejemplo: te dicen que estás gordo justo antes de ir a la playa y, aunque no hayas aumentado ni un gramo, la influencia de ésta programación puede hacerte sentir incomoda en bañador. Es un tremendo error convertir la opinión de los demás en una referencia imprescindible para nosotros.
-No hagas suposiciones. La mayoría de las veces nuestra gran imaginación supera la realidad y esto se puede convertir en una fuente real de frustración y sufrimiento. Hablar, hablar es la clave. Conocer la verdad de las cosas a través de una buena y sana comunicación nos ayudará a tener la imaginación bien atada. Si no sabemos algo con seguridad, en lugar de hacer suposiciones, es mejor que preguntemos y así obtendremos relaciones edificantes y positivas. No olvides que los demás no tienen por qué suponer lo que deseas o necesitas. Exprésate con firmeza, sin perder la ternura, así te evitarás disgustos.
Bueno, ya conozco la teoría… ¿y ahora qué?
-Asume responsabilidades: hazte responsable de tus acciones. Si logras tomar las riendas de tu vida con decisiones efectivas y decididas, podrás cambiarla. Asumir tu propio liderazgo hará que se te abran puertas. Culpar a otros por tus circunstancias o dejar que lleven el peso de tus decisiones sólo evitará que progreses.
-Expresa tus sentimientos: no acumules ni guardes tus sentimientos de modo tal que se vuelvan tóxicos. No existen los sentimientos incorrectos. Reconócelos, permítete inundarte por completo de ellos, tan sólo así serás capaz de seguir adelante.
-Practica la gratitud: cada mañana pregúntate: ¿Qué tengo que agradecer? Y escribe en una lista 10 cosas, personas o lugares, por los cuales estés agradecido. Revisa la lista antes de irte a la cama y disfrutarás mejor de tus horas de sueño. La gratitud crea un espacio para que nuevas energías ingresen en tu vida.
-Céntrate en el aquí y el ahora: no arrastres el pasado a tu presente ni sueñes con un futuro que aún no ha llegado. La vida es sólo este momento. Si estás completamente sumergido en el presente, no hay espacio para el equipaje del pasado, ni para miedos del futuro.
-Controla a los ‘perturbadores’: llamamos así a una especie de vocecilla interior desagradable y pesimista que tiran por tierra todas tus aspiraciones, esas que dicen: “no eres lo suficientemente bueno” o “nunca llegarás a nada”. Para acabar con ellas escribe esas frases negativas y modifícalas en afirmaciones positivas. Léelas en alto para que te den fuerza para seguir avanzando.
-Practica el perdón: olvida y perdona a todos y, por supuesto, a ti mismo. Así saldrás de la rueda de la culpa y del juicio permanente. El perdón libera. Suelta el enfado y el resentimiento y sentirás que eres una persona nueva. Haz contacto con otro tipo de personas: deja de lado a las personas negativas. Tú no tienes tiempo para ellas. Rodéate de personas positivas y compasivas y aprende de ellas. La positividad que emanes la atraerás luego.
-Sonríe, por favor: la sonrisa nos destensa y nos permite ver las cosas con un nuevo enfoque. La risa es una vibración energética muy atractiva. Numerosos estudios demuestran que es una de las pocas actividades que estimulan impulsos eléctricos en todas las partes del cerebro. Afina el pensamiento, mejora la creatividad, reduce el estrés, aumenta la energía y nos vuelve más productivo.
-No temas a lo desconocido: hay que arriesgarse. Ese es parte del precio que debemos pagar por la verdadera felicidad, ser valientes para cambiar, afrontar nuevos restos y dar un giro radical a nuestra vida si no nos satisface. Nadie dice que vaya a ser fácil pero hay que hacerlo.
-El cambio es bueno: la vida siempre está en movimiento y tú debes aprender a ser flexible. No te encajones en una cosa o situación porque a medida que todo a tu alrededor cambie y tu no, te irás sintiendo cada vez más desgraciado e infeliz. No te detengas, ni te limites e intenta moldear tu camino, de la manera que deseas.
-Aprende, aprende, aprende: es importante permanecer en constante aprendizaje, pues el conocimiento de nuevas cosas nos abre al deseo a nuevas experiencias y nos permite, además, adaptarnos mejor a los maravillosos cambios que la vida nos presenta día tras día. Aprende también a decir ‘no’ a todo aquello que chupe tu buena energía y que te desgaste (ya sean personas, sitios, cosas…). Puede ser difícil al principio pero verás la satisfacción que te produce experimentar que controlas tu vida y haces sólo lo que quieres hacer.
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Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial