Una mala experiencia: María  Rivolta

Por Marcela Fittipaldi

Hace más de 30 años que soy periodista, especializada en life style; he estudiado  procesos, materiales y técnicas que se utilizan en la realización de, como en este caso, la creación de bijoux. Hay diferentes clases: las Premium, las “ populares” –últimamente de muy buena factura-  y las child-bijoux –en pvc  o de delgadísimo metal- que cuentan con “muy buen lejos”  como solía decir una tía mía españolísima.

Este 22 de enero me regalan  un anillo, una alianza cuadrada y me advierten que tiene un baño de plata. Ni bien lo ví me enamoré: buen diseño, forma original y  grosor  ideal.  Lo había comprado en María Rivolta, del Recoleta Mall. A partir de ese momento fue mi aliado de todos los días. Advierto que soy una fanática de los anillos de diseño y éste lo tenía.

Pasé por el stand y quedé fascinada con los diseños de unos brazaletes hechos con cordón de cuero y detalles en plata. Consulté el precio, más de lo que pensaba, pero enseguida justifiqué el precio ya que el modelo era muy interesante.  Le comenté a la vendedora que lo pensaría –muy mi estilo si voy a invertir en algo que no necesito pero me fascina-. Debo reconocer que al ser asidua concurrente del shopping pasaba y lo miraba evaluando la posibilidad de comprarlo.

A los pocos días, el anillo comenzaba a tener zonas color cobre, algo que me llamó la atención. Antes del mes era una extraña mezcla de cobre con toques de plata. Ante mi asombro voy al stand a ver si me podían dar una mano ya que mi anillo “fetiche” necesitaba de un service.

Soy recibida por una coetánea –con esto aclaro que no es alguien joven, sin experiencia, por lo que estaría más que justificada-. Le comento lo sucedido, le muestro el anillo y, a partir de ese momento, comienza un sketch más parecido a un show de Gasalla que a una vendedora de una firma de diseño.

Me mira fijo y me dijo: una bijou no debe usarse todos los días, sólo se usa por momentos.

A lo que contesto: ¿usted me está hablando en serio? Hace 30 años que estoy en el mundo de la moda y es la primera vez que me dan semejante respuesta.

-Pues sí, es así.

Le digo-pero usted no podrá darle un nuevo baño?

-No, la bijou es así. No debe usarse todos los días.

– ¿Pero tiene menos de un mes?

-Pero usted, como me dijo, lo usó todos los días. No hay nada que hacer.

Además de recibir semejante devolución, ésta era acompañado de un tono de voz poco amigable.

Quedé atónita ante semejante respuesta y mal trato. Me alejé pensando qué sucedería si un turista se acercaba con un reclamo y se enfrentaba con semejante vendedora.

Pensé, basta de mal trato, basta de ser tolerante con la agresión ajena. Por lo tanto decidí buscar la página de María Rivolta y contactarme con prensa para comentarles que sus vendedores necesitan un coach urgente ya que en la vida hay que ser y parecer.

Envío un mail y comienza un cruce de preguntas tales, cómo es el anillo, que le mande una foto del diseño, que no lo terminaban de ubicar… Alrededor de 5 mails contesté. Cabe aclarar a esta altura que el anillo figura entre los primeros de su página, es una alianza cuadrada que ellos bautizaron Anillo Al. Cuadrado.

Obviamente: silencio absoluto. Ninguna disculpa, ninguna solución como por ejemplo: te lo volvemos a bañar en plata… Sólo quería darle valor a mi anillo fetiche y recibí una catarata de agresiones de parte de la vendedora  y una sensación de ninguneo de parte de la firma.

¿Cuándo vamos a tomar el mundo de la moda en serio?, sea cual fuere el lugar que ocupes en él. Cuándo vamos a empezar a tratarnos bien ante un reclamo. Cuándo vamos a darle valor al que si quiero ser también tengo que parecerlo en todas mis actitudes.