El cuidado de la piel del bebé en invierno
En invierno la piel del cuerpo se expone diariamente a agresiones externas que perjudican su normal funcionamiento. Menor cantidad de luz solar, contaminación, viento, humedad, cambios bruscos de temperatura y sobre todo el frío, hacen que la piel se deshidrate y se vuelva seca y tirante; o bien transpire y se irrite por exceso de humedad y roce con la ropa. Si todo esto ocurre en la piel de los adultos ¡hay que prestar especial atención al cuidado de la piel de los más chiquitos!
La piel del niño, y sobre todo la del recién nacido, necesita mayores cuidados porque tiene características especiales que la hacen diferente en relación con la del adulto.
Desde el punto de vista físico, la piel del recién nacido es 40 a 60% más delgada y la relación entre la superficie corporal con respecto al peso, es cinco veces mayor, lo que le confiere mayor permeabilidad a muchas sustancias. Esto aumenta el riesgo de toxicidad por agentes aplicados sobre la piel, por lo que los medicamentos que se administran en ella (cremas, pomadas, ungüentos, etc.) no pueden ser utilizados en la misma concentración y duración que en el adulto. Por ello es muy importante seguir las indicaciones del pediatra, quien aconsejará a los adultos sobre el producto y la cantidad a aplicar para cada niño.
Asimismo, la piel más delgada favorece la pérdida de agua y calor, evento más importante en los prematuros. En esta etapa de la vida la piel es químicamente menos ácida, debido al ácido láctico y bajo contenido en ácidos grasos, lo que disminuye su resistencia a agentes infecciosos y parasitarios.
También es insuficiente el desarrollo de los mecanismos defensivos: las glándulas sebáceas son escasas y el desarrollo del sistema inmune (de defensa) es inmaduro todavía, lo que condiciona el riesgo a contraer enfermedades de la piel de tipo infecciosas e inflamatorias.
Por eso, en invierno, la piel de los bebés es muy propensa a contraer dermatitis, especialmente la producida comúnmente por el pañal debido al roce del mismo con la piel demasiado seca por el frío, o en aquellos pliegues donde transpirar por la calefacción y la ropa.
Para prevenir y contrarrestar irritaciones y la aparición de dermatitis es útil contar con cremas, pomadas y ungüentos que contengan vitamina A, óxido de Zinc y aceite de bacalao, componentes cicatrizantes y antisépticos que contribuyen a regenerar la piel del bebé y protegerla de los efectos de la humedad y el roce permanente al que la piel del bebé está expuesta.
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Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial