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Charles Chaplin: la escandalosa vida de un genio

  • Tan admirado como controvertido, fue el actor más carismático del cine mudo y la primera estrella que Hollywood exportó al resto del mundo. Cuando se cumple el 125 aniversario de su nacimiento, Chaplin sigue siendo el genio que dio vida a Charlot, pero también el hombre apasionado cuya escandalosa vida amorosa hizo correr ríos de tinta y cuyos pasos siguió de cerca el FBI.
Tenía cinco años cuando, observando entre bambalinas a su madre sobre las tablas de un teatro en Londres, Charles Chaplin se subió por primera vez a un escenario. A Hannah, una estrella menor de la escena del ‘music hall’ londinense, la voz se le rompió en el momento más crítico. Para evitarle la humillación, su hijo saltó precipitadamente a escena y terminó su acto improvisando un pequeño numerito. 
Charles Chaplin había nacido en Londres el 16 de abril de 1889. Tuvo una infancia digna de una novela de Charles Dickens. Su padre, alcohólico y ausente, murió de cirrosis cuando tenía 38 años. Su madre, que había tenido tres hijos con tres hombres diferentes, hacía lo que podía para sacarles adelante cosiendo vestidos y ganando cuatro perras en los teatros más humildes de Londres. Pero sin un trabajo estable, Hannah era incapaz de mantenerles y con siete años Chaplin fue enviado a un orfanato. 
Años más tarde, la enfermedad mental de Hannah, desencadenada por la desnutrición y la sífilis, acabó confinándola en un psiquiátrico. Su hijo, que tuvo que dejar el colegio con 13 años, empezó a ganarse la vida yéndose de gira con pequeñas compañías de vodevil hasta que logró hacerse un nombre como cómico. 
Con 21 años, y después de firmar un contrato con la prestigiosa compañía teatral de Fred Karno, Chaplin llegó por primera vez a Estados Unidos. Cuando el barco se acercaba al muelle de Nueva York, el cómico gritó eufórico: «¡América, vengo a conquistarte!». Y así fue. Durante su segunda gira por Estados Unidos, Chaplin recibió una oferta para hacer una película. Cobraría 150 dólares semanales. 
Durante el rodaje de su segunda película en Hollywood, Chaplin creó al vagabundo, conocido en España como Charlot, a partir de unos pantalones anchos, una chaqueta demasiado ajustada, unos zapatos grandes, un característico bigote y un sombrero. Había nacido el personaje más carismático de la historia del cine. Gracias a él, Chaplin se convirtió en poco tiempo en la estrella más querida del mundo. 
Tenía 26 años y ya era multimillonario, con un contrato de 670.000 dólares anuales que le convirtió en una de las personas mejor pagadas del planeta. Con aquella fortuna, Chaplin decidió comprar su libertad como artista y en 1919 fundó su propio estudio, United Artist, junto a otras estrellas de la época como Mary Pickford o Douglas Fairbanks. Allí se rodaron sus títulos más míticos como La quimera del oro, Luces de la ciudad, Tiempos modernos o El gran dictador.

Debilidad por las mujeres
Pero aunque era famoso por ser un perfeccionista consumado y un adicto al trabajo, Chaplin también tenía una intensa vida íntima. Llegó a presumir de haberse acostado con más de 2.000 mujeres durante sus tours norteamericanos, pero cuando se instaló en Hollywood su debilidad por las mujeres más jóvenes que él –generalmente actrices en sus películas– le costó unos cuantos escándalos.
Aunque durante años, su novia oficial había sido Edna Purviance, su colaboradora más estrecha y actriz en 35 de sus películas, su relación terminó abruptamente cuando el actor conoció a Mildred Harris. Él tenía 30 años; ella, una aspirante a actriz, solo 16. Pocos meses después de conocerse, Harris anunció que estaba embarazada. En realidad, había sido una falsa alarma, pero el escándalo público obligó a Chaplin a casarse con ella en 1918. 
Unos meses después, y tras otro embarazo (esta vez real) la actriz dio a luz a Norman Spencer Chaplin, el primer hijo del actor, que murió tres días después de nacer. Fue la trágica puntilla a un matrimonio que estaba roto desde el principio y que terminó legalmente en 1920 entre denuncias cruzadas: ella le acusó de «crueldad mental» y él de haberle sido infiel. Harris recibió 100.000 dólares como compensación tras la separación y salió por la puerta de atrás de la vida del actor.
Solo cuatro años más tarde, la historia se repetía prácticamente al milímetro. Lita Grey, otra actriz de 16 años, se quedó embarazada del actor. Chaplin aplicó el mismo protocolo que había utilizado con Harris y se casó con ella en México en 1924 para evitar las consecuencias legales de una relación que podría haberle llevado a pasar una larga temporada en prisión. Apenas seis meses después, nació Charles Chaplin Jr. 
Fue un matrimonio infeliz desde el principio, tanto que Chaplin solía trabajar hasta altas horas en el estudio para no tener que volver a casa junto a Grey. Aunque tuvieron otro hijo en común, Sydney Chaplin, un año después de que este naciera la actriz solicitó la separación legal. 
Fue el divorcio más escandaloso de la época. Grey aireó los trapos sucios de su matrimonio en la prensa y acusó al actor de tener «pervertidos deseos sexuales». La separación se saldó con una indemnización de 600.000 dólares para ella, toda una fortuna para la época. Chaplin quedó destrozado por el escándalo.

Largas vacaciones 
Aunque seguía cosechando éxitos en la gran pantalla, la llegada del sonido le sumió en un mar de inseguridades. Luces de la ciudad había sido un éxito rotundo, pero a Chaplin le obsesionaba quedarse anticuado. Así, en 1931, decidió tomarse un respiro. Pero las vacaciones se alargaron. Durante 16 meses, el actor se dedicó a viajar. A su regreso a Los Ángeles, se sintió tan confundido y solo que pensó en retirarse e instalarse en China. 
Pero poco después, conoció a Paulette Goddard en una fiesta. Ella tenía 21 años y ya estaba divorciada. Se hicieron amigos íntimos y, con el tiempo, se convirtieron en pareja. Goddard era una actriz emergente y su romance con Chaplin, que le dio el papel protagonista de ‘Tiempos modernos’, la convirtió en una estrella
Después del estreno, Chaplin y ella se fueron de viaje a China, donde se casaron, aunque su unión nunca fue confirmada quizá porque el enlace no fue legal. Su matrimonio duró más que los anteriores, pero después de rodar juntos El gran dictador, decidieron separarse, aunque fueron amigos hasta la muerte del actor en 1977.
Pero antes de encontrar el descanso del guerrero, Chaplin protagonizó un último escándalo. De nuevo, la protagonista era una joven aspirante a actriz. Joan Barry y Chaplin habían vivido un ‘affaire’ breve e intermitente después del cual la actriz se obsesionó tanto con el director que fue arrestada un par de veces acusada de acoso. Meses después, Barry reapareció en escena embarazada y anunciando que el actor era el padre. 
Chaplin negó la paternidad y Barry interpuso una demanda contra él. Aunque las pruebas sanguíneas descartaron que el actor fuera el padre de la hija de Barry, la presión del FBI (ver recuadro) y la influencia de la columnista de sociedad Hedda Hopper, pudieron más y Chaplin fue condenado a pagar la manutención de la niña hasta que ésta cumpliera 21 años. 
Solo dos semanas después de que Barry interpusiera su demanda, Chaplin anunció que se había casado por cuarta vez. Su nueva mujer era Oona O’Neill. De nuevo, la diferencia de edad entre ellos era escandalosa. Y de nuevo, el flechazo había surgido durante el casting de una de sus películas. Él tenía 54 años y ella, 17. La película nunca llegó a rodarse, pero Chaplin y ella comenzaron una relación y se casaron siete meses después en Santa Bárbara cuando ella ya había cumplido la mayoría de edad. 
Pero el tecnicismo no evitó la controversia. Para empezar, porque el padre de Oona, el prestigioso escritor y ganador del premio Nobel Eugene O’Neill, no aprobó su unión. No tenían su bendición ni tampoco la de la opinión pública, pero Chaplin y Oona fueron felices. Tuvieron ocho hijos y un matrimonio de duró 18 años hasta la muerte del actor, el 25 de diciembre de 1977. En su autobiografía, Chaplin recordó el momento que conoció a Oona como el «acontecimiento más feliz de su vida». Una vida intensa, plagada de tragedias, escándalos y unos pocos destellos de felicidad. 


Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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