Hyundai i10

La marca coreana presentará oficialmente el nuevo i10 en el próximo Salón del Automóvil de Fráncfort para ponerlo a la venta antes de final de año en Europa. El coche ha sido específicamente diseñado y puesto a punto para el Viejo Continente, desde las instalaciones que el constructor tiene en Alemania y, además, será producido en la planta turca de Izmit. Las previsión de la marca es, durante su primer año completo de comercialización, despachar unas 74.000 unidades del nuevo i10, rival de modelos como el Fiat Panda, Chevrolet Spark o Peugeot 107/Citroen C1/Toyota Aygo o los benjamines del Grupo VW (Seat Mii, VW up! Y Skoda Citigo). Sobre todo, porque solo se ofrecerá solo con carrocería de cinco puertas.

En esta generación, construida sobre una plataforma completamente nueva, no se puede hablar de cambio revolucionario, pero sí de una importante mejora en todos los aspectos. Por ejemplo en la parte estética, con la introducción de un frontal y una trasera totalmente rediseñadas. El primero nos recuerda al del Kia Picanto (también del segmento A aunque algo más pequeño y con tres o cinco puertas) y el remate del pilar C, al anterior Mercedes Clase A. Pero el resultado es muy positivo, en parte también por el notable cambio en las proporciones.

Así, con 3,66 metros de largo, es nada menos que ocho centímetros más largo, pero también 6,5 más ancho y cinco centímetros más bajo. La distancia entre ejes apenas ha variado, porque el anterior i10 ya era especialmente amplio en el habitáculo, pero el mayor tamaño del coche sí ha permitido que cuente ahora con un maletero de 252 litros, un 10% más que antes y la mejor cifra entre sus competidores. La marca no ha ofrecido fotos del interior, pero durante una visita a la planta donde se fabricará el coche, El salto estilístico es también muy importante. Igual que lo ha dado la presentación, aunque predominen los plásticos duros dado el nivel de precios en el que compiten estos coches. En cambio Hyundai pretende que este modelo se desmarque con detalles propios de categorías superiores y las versiones más equipadas vendrán con elementos como asientos y volante calefactables, sensor de presión de neumáticos, climatizador o control de crucero con limitador de velocidad. EL ESP y los airbags de cortina delanteros serán de serie en todas las versiones.

El habitáculo resulta especialmente amplio, sobre todo en espacio para las piernas (el combinado delante y detrás es de casi 1,90 metros) y en altura libre al techo, incluso cuando el coche que se pudo ver tenía techo de cristal eléctrico. En cuanto al maletero, tiene hueco bajo el suelo para poner una rueda de repuesto de emergencia. No obstante, la marca no prevé montar un suelo a doble altura, una formula cada vez más habitual que permite crear un doble fondo y, además, enrasar el plano de carga cuando se abaten los asientos traseros.

Estos se pliegan usando un mecanismo similar al de algunos Honda: es decir, se eleva y desplaza hacia adelante la banqueta y sobre ella descansa luego el respaldo abatido. Pero también así sigue quedando un notable escalón.

En la parte mecánica, el coche estará disponible con dos motores, ambos de gasolina: 1.0 (tricilíndrico) y 1.2 con unos 70 y 85 caballos de potencia, respectivamente. El cambio podrá ser manual de cinco marchas o automático con el mismo número de relaciones.

Ambas versiones pudieron ser conducidas en un pequeño circuito instalado junto a la fábrica de Izmit y siempre sobre unidades camufladas. Aunque la toma de contacto fue breve, sí fue suficiente para apreciar el superior agrado de uso y respuesta del motor de mayor cilindrada ya que el pequeño obliga a usar el cambio con más frecuencia y a estirar las marchas, lo que eleva notablemente el ruido.

No obstante, Hyundai afirma haber mejorado el silencio de marcha del coche y también su comportamiento gracias al replanteamiento de la suspensión trasera para dotar al coche de mayor precisión en el guiado.