Amplio y ágil, la versión sport del Range Rover
26/06/2013
La versión Sport del Range Rover viene a complicar la vida del resto de todoterrenos deportivos de lujo. Llega con una agilidad y una aceleración impropias de un coche de 2,3 toneladas. Pasa de 0 a 100 km/h en 5,3 s.
Con el Range Rover Sport, Land Rover quiere garantizarse un hueco en el Olimpo, entre los 4×4 más dinámicos del mundo, junto a modelos tan exclusivos como el Porsche Cayenne Turbo S o el BMW X6 M. Las primeras impresiones de conducción dejan muy buenos indicadores sobre sus posibilidades. La marca inglesa, ahora en manos del grupo indio Tata, ha usado toda su tecnología para desarrollar el Sport, que se ha realizado a la vez que la renovación del Range Rover, que llamaremos normal. “Empezamos a trabajar en él con una hoja en blanco. Un 75% de las piezas son diferentes”, afirma Nick Rogers, director de Línea de Vehículos de la marca. Las diferencias se hacen visibles desde el momento en que nos asomamos al habitáculo. En lugar de ser neutro y alejarse visualmente de los pasajeros, como en el caso del original, el habitáculo del Sport pretende arroparles. Algo similar ocurre con los asientos, deportivos pero confortables, con soportes laterales reforzados. El coche transmite la sensación de una construcción sólida. Pero si en el Range Rover hay detalles en madera –que refuerzan su noble carácter británico–, en esta variante brilla el aluminio. La altura se ha reducido en 5,5 cm, por lo que el conductor dispone de menos espacio entre su cabeza y el techo. Pero, aun así, el Sport es confortable para ocupantes con una altura de hasta 1,93 m, lo mismo en los asientos delanteros que en los traseros. Los asientos de la segunda fila se pueden desplazar longitudinalmente hasta 10 cm para dar mayor comodidad a los pasajeros, y hay disponible una tercera fila con dos asientos individuales. Cuando éstos no se utilizan, se pueden recoger bajo el piso del maletero. Mientras la versión normal dispone de un botón rotativo para el cambio automático, este nuevo modelo cuenta con una leva, parecida a la que existe en los todoterrenos de BMW. La señal que transmite es muy clara: al Range Rover Sport le gusta ser maltratado. La gama está compuesta por cinco versiones: una de gasolina –con ocho cilindros y 510 CV–, tres diésel y una variante híbrida (diésel y eléctrico) con un consumo medio de 6,4 l/100 km. En la versión más alta, el motor V8, proveniente del Jaguar F Type, genera un enorme placer de conducción mientras seduce el oído con el sonoro staccato de la combustión. La ficha técnica muestra que la elocuencia de este motor no se limita a la acústica. El Sport logra pasar de 0 a 100 km/h en poco más de cinco segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h limitada electrónicamente. Pero su excelente suspensión nos convence de que aguantaría fácilmente a velocidades muy superiores. Rara vez 2,3 toneladas de coche habrán transmitido una sensación de agilidad como la que comunica el Range Rover Sport. Eso tiene que ver, por un lado, con su peso, reducido en 420 kg respecto a su antecesor y, por otro, con la suspensión retocada (hay nuevas barras estabilizadoras, por ejemplo) y con una batalla casi 18 cm más larga. Las curvas rápidas no son problema. Cuando seleccionamos el modo dinámico entre los programas de conducción, el Sport las deja atrás con enorme agilidad. La dirección electrónica ayuda a que el vehículo vaya justo donde queremos, y eso permite al conductor hacer cualquier tipo de maniobra con mucha precisión. Además, dispone de una tecnología de vectorización del par motor que consiste en que, durante la frenada, éste se reparte libremente entre las ruedas. Los cambios de marchas en la versión automática de ocho velocidades, casi imperceptibles de lo rápidos que son, completan el cuadro de deportividad.
ALMA DE 4X4. Hay dos versiones de tracción total. Una cuenta con reductora y embrague multidisco en el diferencial central que reparte el par (50%50% en condiciones normales) y permite bloquearlo. La otra variante, sin reductora, usa un diferencial central Torsen que envía un 42% hacia la parte delantera y un 58% hacia atrás (aunque puede enviar desde un 38% hasta un 78% a las ruedas traseras). Pero es al pasar sobre las irregularidades del asfalto cuando este Range Rover se gana el apellido de Sport. Se porta bien sobre los baches, de manera cómoda, aunque no sea tan suave como su hermano mayor. La segunda generación del sistema All Terrain Response con reductora hace que este mastodonte no se transforme en un atleta de segunda fuera del asfalto. Y para el usuario que realmente quiera atravesar cursos de agua con su deportivo, la capacidad de vadeo es ahora de 85 cm (15 más que antes). A pesar de que la marca insista en que el Sport no es rival directo del BMW X6 o del Mercedes Clase M, el tipo de cliente no es tan distinto. Y con precios que van desde los 66.000 € para el diésel de 3 l hasta los 101.000 € para el V8 con compresor (el que hemos probado), el Range Rover Sport viene a complicar la vida del resto de todoterrenos deportivos de lujo.
Más información: www.landrover.com
RANGE ROVER SPORT MOTOR: V8. POTENCIA: 510 CV. PAR MÁXIMO: 625 Nm. TRACCIÓN: 4×4. CAMBIO DE MARCHAS: automático, ocho velocidades. SUSPENSIÓN: independiente. DIMENSIONES: largo / ancho / alto: 4.850 / 1.983 / 1.780 mm. BATALLA: 2.923 mm. CAPACIDAD DEL MALETERO: 784 l. PESO EN VACÍO: 2.310 kg. VELOCIDAD MÁXIMA: 225 km/h. ACELERACIÓN: 0-100 km/h en 5,3 s. ÁNGULO DE ENTRADA: 33º. ALTURA LIBRE: 278 mm. ALTURA DE VADEO: 850 mm. PRECIO: 101.300 €.
Marcela Fittipaldi
Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial
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