Moda

Mocasines de pasarela

El calzado mallorquín es un referente de calidad en todo el mundo, y especialmente Inca, considerado el epicentro de la artesanía de la piel, donde los gremios de zapateros se remontan a tiempos de la conquista catalana de la isla, en el siglo XIII. Algunas de las empresas de mayor proyección internacional surgen allí, herederas de esa tradición manufacturera centenaria. De Palma de Mallorca es Monge, una marca nacida en 2011 que fusiona el lujo artesano y la producción tradicional con un enfoque estético que sigue las tendencias más contemporáneas. «Desde el siglo XIII, el gremio de zapateros de Palma de Mallorca fue uno de los más activos y organizados, gracias, entre otras cosas, a la importancia de esta ciudad en el comercio del mar Mediterráneo», explica Pedro Monge (Soria, 4 de octubre de 1976), creador y diseñador de la firma, orgulloso de entrar a formar parte de esta tradición. «No hay que olvidar que los españoles introdujimos en Europa los procesos de curtido y trabajo de la piel que aprendimos de los musulmanes».
El de Monge es un calzado elegante, de raíces clásicas, pero innovador en los detalles, realizado completamente a mano con materiales selectos, dejando que el zapato madure en la horma el tiempo necesario para que cada par sea único y perfecto. «Nuestra seña de identidad es, además de la calidad que respira el producto, tanto por sus materiales como por su construcción, ese aire fresco que hemos introducido gracias al cuidado diseño de los patrones y los sutiles juegos de materiales y colores».
ATEMPORALES. La de otoño/invierno 2012-2013 ha sido su colección debut, formada por ocho modelos clásicos de líneas renovadas bautizados con nombres masculinos: Antoine, Chuck, Fernando, Ernesto, Antonio, Scott, Armand y Mario. Piezas que fusionan la originalidad del diseño con un aire de atemporalidad que les otorga vocación de permanencia, más allá de la dictadura de las mutables tendencias.
El periodista, y ahora diseñador y fundador de Monge, Pedro Monge (Soria, 1976).
El periodista, y ahora diseñador y fundador de Monge, Pedro Monge (Soria, 1976).
Estos zapatos son fruto de la poco ortodoxa experiencia de su creador, periodista de formación, que ha vivido diferentes lances profesionales que le han ido llevando a esta aventura. «Después de conocer los entresijos del mundo de la moda, trabajé varios años en Camper, en los departamentos de Marketing y Desarrollo de Producto», explica Monge, quien reconoce que ésas han sido sus verdaderas escuelas de diseño, además de su familia. Sus padres siempre prestaron especial atención al calzado, y enseñaron a sus hijos a apreciar un buen zapato y a saber cuidarlo.
En enero, la firma debutó en el circuito internacional en Pitti Immagine Uomo, la prestigiosa feria de la moda masculina que cada seis meses se celebra en Florencia y donde se da cita lo más granado del sector. «Desde el principio supimos que nuestro proyecto tenía que mirar al mercado exterior. Confiamos en darnos a conocer en Japón o Estados Unidos, pero siempre desde la coherencia y la responsabilidad, seleccionando los puntos de venta donde estarán nuestros productos».
La alta artesanía mantiene una clientela que no renuncia a ciertos estándares a pesar de la coyuntura económica actual. «Es un mercado que sigue creciendo. Además de las cifras objetivas, otra prueba de ello es la compra de empresas de este tipo por los grandes conglomerados del lujo. Como ejemplo reciente, tenemos la adquisición de Berluti por el grupo LVMH», reflexiona Monge poniendo el acento en la historia de España como potencia mundial dentro del escenario del calzado de alta calidad. «En ese tema no tenemos nada que envidiar a Francia o Italia. De hecho muchas firmas de estos países han producido aquí sus colecciones de calzado o marroquinería. En España cometimos el error de apostar por la cantidad frente a la calidad. Hace no muchos años, nosotros éramos «la China de Europa» y el sector se equivocó al competir en precio, en lugar de apostar por el diseño y un buen producto. Los italianos lo hicieron muy bien. Nos ha pasado lo mismo con el vino o el aceite. Pero el cambio ya ha comenzado, y ahora que ya hemos visto las consecuencias y tenemos más confianza en nosotros mismos, es el momento de salir afuera a demostrar el talento y el know-how que encierra nuestro país».
MODELOS. Con una horquilla de precios que va de los 365 € del Derby de líneas elegantes llamado Scott, en piel azul claro a los 400 € del clásico Brogue Ernesto en piel marrón, la colección de primavera está disponible en la web de la firma y en mecas del estilo del panorama nacional. «Es reconfortante haber conseguido pequeños grandes éxitos, como la confianza mostrada en nuestra primera colección por puntos de venta como Le Marché aux Puces en Madrid o The Outpost en Barcelona, dos de las mejores tiendas de hombre, donde compartimos espacio con las más prestigiosas firmas».
APOYO. LA ARRUGA ES BELLA
Pedro Monge coincide con el famoso zapatero californiano George Esquivel en que un zapato empieza a ser interesante cuando ha sido vivido, cuando cuenta una historia y tiene arrugas de expresión, que es, según Monge, «cuando florece su verdadera naturaleza, el alma de un producto bien hecho. Los artículos de piel siempre tienen un encanto especial cuando han sido usados. Vivimos inmersos en la cultura del usar y tirar, pero la calidad perdura. Podemos comprobarlo fácilmente al fijarnos en el ciclo de vida de un zapato. Cuanto mayor sea la calidad de los materiales, la construcción y los cuidados necesarios, mayor será su vida útil». Para ello, estos artesanos innovan apostando por el tratamiento de las pieles, su curtido y tintado, para que tengan esa estética de zapato «vivido» y que, en el futuro, tengan un digno envejecer que los revalorice.


Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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